ESTADOS UNIDOS: El bando "internacionalista" renueva su receta

El bando "internacionalista" de la política de Estados Unidos, que reúne a personalidades de los dos partidos, afirma que el gobierno de Bill Clinton debe hacer más que adaptarse a la nueva realidad mundial a 50 años de estallada la guerra fría.

Dos nuevos informes elaborados por grupos académicos liberales afirman que Washington admitió con demasiada lentitud los peligros y oportunidades de la "globalización" económica, al tiempo que se resistía a reconocer el multilateralismo como el mejor modo de proteger los intereses del país.

Cuando Estados Unidos actuó, lo hizo solo en cuestiones concretas y con mucha parsimonia, según los autores de ambos estudios.

Uno de los informes, elaborado en conjunto por el Consejo de Desarrollo Extranjero (ODC) y el Centro Henry L. Stimson, reclama la promoción gubernamental de "sociedades ambiciosas" en materias como economía y seguridad, en especial con países europeos y del este de Asia.

Estas "sociedades" incluirían cuestiones comerciales, ambientales, de control de armas y de combate al terrorismo.

El segundo estudio, coordinado por el más izquierdista Instituto de Estudios Estratégicos (IPS), cuestiona el "multilateralismo unilateral" que, afirma, dispuso Clinton.

El IPS propuso la adopción de un "nuevo internacionalismo", a través del cual Washington usaría su poder "para alentar la participación en la toma de decisiones mundiales tanto de las grandes potencias como de los países del Sur" en desarrollo.

La publicación de ambos informes coincidió esta semana con el 50 aniversario del pedido del entonces presidente Harry Truman de asistencia masiva a los gobiernos anticomunistas de Grecia y Turquía para contener la supuesta agresión de la hoy disuelta Unión Soviética.

La declaración de Truman marcó el comienzo de la guerra fría, etapa signada por el internacionalismo que revirtió el aislacionismo practicado hasta entonces por Washington, en especial con respecto a Europa.

Apenas tres meses después, se implementó el Plan Marshall de asistencia a los países europeos destrozados por la segunda guerra mundial y, más tarde, la creación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

El internacionalismo de la guerra fría, respaldado tanto por el Partido Republicano como por el Demócrata, justificó el gran desarrollo bélico de Estados Unidos, sus programas de asistencia al extranjero, las concesiones comerciales y las intervenciones militares encubiertas o abiertas en países en desarrollo.

Pero, tras el colapso de la Unión Soviética, el Congreso, dominado por los republicanos, continúa impulsando un gran presupuesto de defensa, mientras la asistencia al extranjero cayó al nivel más bajo en 50 años en términos reales.

El derechista Partido Republicano, que tiende a una diplomacia unilateral, puede bloquear las iniciativas internacionalistas en el Congreso, a pesar de que las encuestas de opinión pública revelan un fuerte respaldo a las Naciones Unidas y otras instancias multilaterales.

Al mismo tiempo, muchos izquierdistas que consideraron el internacionalismo de la guerra fría una excusa para aumentar el presupuesto del Departamento de Defensa (Pentágono) y proteger las inversiones de empresas multinacionales estadounidenses, prestan atención ahora a la creciente ansiedad de la clase media.

El IPS se ubica en ese bando, mientras el ODC, tradicional impulsor de la asistencia al extranjero, y el Centro Stimson, un instituto académico liberal a favor del desarme, han sido menos críticos al consenso de la guerra fría.

Pero, seis años después del colapso de la Unión Soviética, ambos grupos parecen compartir sus puntos de vista en muchos asuntos cruciales, incluso la poca adecuación del gobierno de Clinton a las realidades posteriores a la guerra fría. Ambos, además, postulan nuevas formas de internacionalismo.

Los dos estudios consideran que la actualidad está dominada por la globalización económica y tecnológica y afirman que Clinton, un vocero extravertido acerca de la importancia de estas tendencias, no ha hecho suficiente para adaptar el país a la situación.

"La sociedad imperativa", el informe del ODC y el Centro Stimson, tiene una posición más favorable hacia la globalización económica, que contribuye a la creación de "mayor riqueza", si bien anota como efectos del proceso "nuevos tipos de desigualdad económica y social entre los países y dentro de ellos".

Esta es, en cambio, uno de los puntos fundamentales de "Enfoque mundial", el estudio del IPS. "La creciente brecha entre los ganadores y los perdedores de la globalización conducida por las corporaciones es una de las principales fuentes de tensión y conflicto del mundo actual", según el informe. (FIN/IPS/tra- en/jl/yjc/mj/ip/97

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