AMERICA LATINA: Expertos piden revisar ajuste por aguda pobreza

La aguda pobreza de las mayorías y la concentración de riqueza en pocos grupos, agravados con el modelo de libre mercado, deben conducir a los gobiernos de América Latina y el Caribe a redefinir con urgencia sus políticas económicas de ajuste.

Esa invocación es una de las principales conclusiones del trabajo que durante tres días cumplieron en La Paz más de 40 expertos de varios países de la región, reunidos en el seminario "Articulación de políticas económicas y sociales en América Latina".

"Es válido redefinir las políticas económicas de ajuste a la luz de los resultados no satisfactorios, que provocan presiones sociales de la población y generan tensiones ambientales", señala un documento de conclusiones.

El encuentro fue organizado el fin de semana por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Sistema Económico Latinoamericano (SELA), la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), la UNESCO, el Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo (CLAD) y la Fundación Milenio de Bolivia.

El marco global de reflexión del seminario giró en torno a la certeza de que las desigualdades económicas y sociales se profundizaron dramáticamente en los países latinoamericanos en los que se aplicó políticas de ajuste estructural a partir de 1980 para superar la crisis de aquella década.

Para los expertos, la región sólo alcanzará buenos niveles de desarrollo económico y superará la pobreza si aplica estrategias de largo plazo que deberán ser ejecutadas en forma continua y sucesiva por varios gobiernos.

En esa línea, sugirieron aplicar el modelo económico del "desarrollo compartido", que promueva el crecimiento de los mercados interno y externo con una base amplia de producción.

"Sólo así se facilitará la expansión de la riqueza y se doblegará la vulnerabilidad externa", dijeron.

Oswaldo Hurtado, ex presidente de Ecuador, advirtió que los países de la región no podrán superar la aguda pobreza si no alcanzan tasas de crecimiento económico superior a cinco por ciento y no logran, a la vez, una distribución equitativa de los ingresos.

Un crecimiento de la economía por debajo de ese índice implica un sistemático aumento de la cantidad de pobres, precisó.

Hurtado señaló que mientras las políticas sociales reducen la pobreza, el bajo crecimiento económico aumenta el número de pobres.

El ex mandatario ecuatoriano recordó, sin embargo, que el crecimiento económico por sí solo no resuelve el problema de la pobreza, pero es indispensable para cumplir con ese objetivo.

"Sin el crecimiento no es posible resolver el problema de la pobreza. Se dice también que el crecimiento no necesariamente incrementa el empleo, por lo que hay que formular políticas que aseguren empleos", afirmó.

Una de los ejemplos a los que con frecuencia se recurre en este tipo de reuniones es el caso de los países asiáticos, en los que el Producto Interno Bruto se acrecentó en los últimos 25 años 400 por ciento, mientras la pobreza disminuyó de 35 a 10 por ciento.

Marcelo Lazcano, economista argentino y consultor de las instituciones organizadoras del seminario, dijo que una de las principales virtudes de los países asiáticos fue que nunca se endeudaron, diversificaron su producción, incentivaron sus exportaciones y distribuyeron sus ingresos en forma equitativa.

Eso no ocurrió en América Latina, donde el sustento del crecimiento fue el incremento de la deuda externa.

En los países asiáticos, continuó, la población tiene una creencia fuerte en los lazos familiares, en el ahorro y en las inversiones, y el trabajo tiene una dinámica de grupo al punto de que la diferencia de salarios entre obreros y efes es de sólo 10 por ciento.

La deuda externa fue señalada como un obstáculo para el progreso en América Latina.

"La deuda externa es un detonante y los países americanos para pagarla dejarán de aumentar salarios a los maestros, trabajadores y suprimirán otros gastos sociales", dijo Lazcano.

Para el legislador cubano Osvaldo Martínez, la deuda externa de América Latina y el Caribe alcanzó a 600 mil millones de dólares en los últimos tres años.

"América Latina nació debiendo y morirá pagando su deuda externa", sentenció.

Para el consultor chileno Luis Felipe Jiménez, los países de América Latina y el Caribe deben mantener el equilibrio macroeconómico y ejecutar una equitativa distribución de los ingresos.

Asimismo, deben prevenir y atenuar los efectos de la caída de los precios internacionales (los shocks externos), a fin de superar la pobreza emergente de las reformas estructurales.

"Hay que buscar la estabilización de los recursos que el Estado dispone para las políticas sociales orientadas a los más pobres", dijo.

Como varios otros expositores, Jiménez coincidió en que los gobiernos deben evitar las desigualdades en la distribución de la riqueza, ya que -afirmó- la inversión social incide positivamente, en el largo plazo, en el crecimiento de la producción.

Sin embargo, esa inversión perdurará si los gobiernos evitan que los gastos estatales superen sus ingresos, precisó.

Uno de los avances señalados en la lucha contra la pobreza es que los gobiernos de la región le otorgan ahora la misma importancia a las políticas económicas y a las sociales, aunque no ocurre lo mismo en los organismos multilaterales de crédito.

Para el consultor peruano Humberto Campodónico, organismos como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial aún priorizan las políticas económicas y consideran en segundo plano a las sociales.

En ese sentido, destacó los esfuerzos para articular las políticas económicas con las sociales en las experiencias de Ecuador, Guatemala, Paraguay y Perú, donde se han logrado "resultados considerables aunque diferentes". (FIN/IPS/jcr/dg/ip-if/96

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