GEORGETOWN – La presencia de China en el Caribe insular se está ampliando más allá de sus ámbitos tradicionales de cooperación bilateral para apoyar el impulso agrícola de la región, que aspira a una mayor autosuficiencia para fortalecer su seguridad alimentaria, un tema tan crucial como debil en la zona.
Las naciones caribeñas dependen en gran medida de la importación de alimentos. Un estudio realizado en 2022 por el Programa Mundial de Alimentos constató un deterioro de los patrones de consumo alimenticio en la región, con las personas de bajos ingresos gravemente afectadas por el aumento de los precios de los alimentos, la limitación de las horas de trabajo, las alteraciones de los medios de subsistencia y la inestabilidad de los mercados.
En abril de 2024, la Comunidad del Caribe (Caricom), el organismo intergubernamental de 15 naciones, la gran mayoría insulares y con su sede en la capital guyanesa, estimó que aproximadamente 3 millones de personas de los 7,1 millones (43 %) del Caribe anglófono y neerlandófono padecían inseguridad alimentaria.
Esto suponía una reducción de 17 % con respecto a mayo de 2023, pero seguía siendo un aumento de 78% con respecto a 2020, al comienzo de la pandemia de covid-19.
Los objetivos agrícolas del Caribe también se ven debilitados año tras año por fenómenos meteorológicos catastróficos.
El sistema alimentario de Dominica, por ejemplo, aún se está recuperando del huracán María en 2017: seis días después del paso de la tormenta, la agencia intergubernamental Caribbean Disaster Emergency Management Agency informó de que 100 % de la agricultura de la isla había quedado destruida.
Los datos recopilados por el Banco Central del Caribe Oriental ilustran que las importaciones dominiqueses de alimentos han aumentado significativamente, pasando de 110 millones de XCD (40,6 millones de dólares) en 2017 a 195 millones de XCD en 2023.
Una evaluación del Ministerio de Agricultura de Dominica tras el huracán reveló importantes pérdidas y daños. Las pérdidas totales en los sectores agrícola y ganadero, incluidos los daños en edificios y equipos agrícolas, se valoraron en 179,6 millones de dólares.
La evaluación gubernamental de las necesidades tras la catástrofe reveló que el sector pesquero también se había visto muy afectado, con aproximadamente 128 embarcaciones y una gran cantidad de artes y motores de pesca destruidos.
En 2024, la Iniciativa de Adaptación Global de la Universidad de Notre Dame actualizó su índice de países vulnerables al cambio climático. Esta lista, que se actualiza periódicamente, subraya que la región del Caribe cuenta con algunos de los sistemas alimentarios nacionales más vulnerables del mundo.
La clasificación alimentaria ―basada en indicadores como el rendimiento de los cereales, el crecimiento demográfico y la dependencia de las importaciones de alimentos― sitúa a Antigua y Barbuda en el puesto 181 de 189 países, a San Cristóbal y Nieves en el 176, a Dominica en el 127, a las Bahamas en el 120 y a Barbados en el 110.
Un informe de 2022 sobre los sistemas alimentarios del Caribe Oriental explica esta vulnerabilidad: “Los cambios estructurales en detrimento de la agricultura y en favor de los servicios han conducido a una dependencia mucho mayor de las importaciones para satisfacer la demanda local y turística de consumo de alimentos”.
Coeditado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la Unión Europea y el Centro de Cooperación Internacional de Investigación Agrícola para el Desarrollo, el informe constata que la dependencia de los países del Caribe insular de los cereales importados es de casi 100 %.
El apoyo técnico de China a través de tecnologías agrícolas climáticamente inteligentes está sirviendo de salvavidas.
Varias naciones insulares caribeñas, como Bahamas, Barbados y Dominica, han recibido ayuda tanto del sector estatal como del privado chino para desarrollar sus capacidades e impulsar sus sectores agrícolas. Este apoyo se ha materializado tanto en equipos como en el respaldo a técnicas agrícolas que mejoran las prácticas agrícolas locales.
En ese contexto, datos de la Comisión de Asuntos Exteriores del partido republicano estadounidense indican que las inversiones chinas en el Caribe ascendieron a más de 10 000 millones de dólares entre 2005 y 2022.
El Comité se basó en el informe China Global Investment Tracker, coeditado por el American Enterprise Institute y la Heritage Foundation, dos think-tanks conservadores estadounidenses con sede en Washington. Según el informe, estas inversiones abarcan ámbitos como las infraestructuras, el turismo, el transporte y la energía.
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Bahamas apuesta por la experiencia agrícola china
Según la Comisión de Asuntos Exteriores, el comercio bilateral entre China y Bahamas ascendió a 492 millones de dólares en 2022, un incremento de 40 % más que el año anterior. Las relaciones diplomáticas entre ambas naciones se habían establecido en 1997.
Ya en 2009, el gobierno de Bahamas y los inversores chinos participaron en varios proyectos diplomáticos y comerciales. Por ejemplo, en 2019 China firmó un acuerdo de 12 millones de dólares para financiar “mejoras en el Estadio Nacional y otros proyectos de desarrollo de Bahamas”.
Un área en la que China apuesta es la agricultura. Las autoridades bahameñas reciben con satisfacción este interés por aumentar su seguridad y autosuficiencia alimentarias. La Administración de Comercio Internacional del Departamento de Comercio de Estados Unidos calcula que Bahamas importa 90 % de sus alimentos, con un costo anual de 1000 millones de dólares.
En el primer trimestre de 2023, el Ministerio de Agricultura de Bahamas firmó un memorando de entendimiento con el Departamento de Agricultura y Asuntos Rurales de la provincia de Hunan, “para iniciar la cooperación agrícola”. Al año siguiente, China donó tractores y motocultores al Ministerio de Agricultura de Bahamas.
Deon Gibson, director de agricultura de Bahamas, afirma que la implicación de China en el desarrollo agrícola ha dado resultados prometedores. Describe la creación de invernaderos e instalaciones de ensayo al aire libre, en colaboración con expertos del departamento de agricultura y asuntos rurales de la provincia china de Hunan.
Están experimentando con diversos cultivos, como tomates, pimientos dulces y picantes, y verduras de hoja verde. El objetivo es evaluar simultáneamente la compatibilidad de estos cultivos con el clima y las condiciones del suelo de Bahamas, y su resistencia al cambio climático.
“El plan, según el memorando de entendimiento, es ayudar a los agricultores bahameños a mejorar y aumentar su producción, mejorando la seguridad alimentaria local y la soberanía alimentaria”, dice Gibson. “La visión del Ministerio y del departamento es (que China) nos ayude a equipar mejor a los agricultores bahameños para que aumenten su propia capacidad”, añade.
En el Centro Agrícola de Gladstone Road, en Bahamas, la embajada china ha donado invernaderos, que se complementarán con oportunidades de formación e intercambio de conocimientos. Gibson afirma que a estas últimas asisten personal técnico del departamento de agricultura de las islas, agricultores locales y escuelas con programas de agricultura.
“Todos los productos que se han conseguido se han donado a causas benéficas”, dice Gibson. Y añade: “Hemos utilizado algunos de los pimientos en nuestro laboratorio de tecnología alimentaria para el procesado de alimentos. Nuestro laboratorio de tecnología alimentaria se utiliza para mostrar a los agricultores diferentes procesos agrícolas, diferentes mercados, procesamiento, y encurtido”.
La ‘santísima trinidad’
En un momento en que Bahamas intenta mejorar su autosuficiencia en la producción de alimentos, Gibson afirma que el proyecto respaldado por China forma parte de una reactivación de la “santísima trinidad” de cultivos del país: tomates, pimientos y cebollas. Según Gibson, este trío ocupa actualmente los primeros puestos entre los productos más importados por el país.
Ahora se cultivan tomates y pimientos en el marco de este proyecto. Gibson afirma que así se está cultivando la posibilidad de un futuro reinicio de las exportaciones, de una mayor autosuficiencia y de una producción con valor añadido.
“Irónicamente, el tomate, el pimiento dulce y la cebolla son productos que antes exportábamos. Así que lo ideal sería reconstruir localmente esas industrias, las industrias específicas de cada cultivo”, añade el director.
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Gibson considera que hay que prestar más atención a las verduras de hoja verde, que, según él, son una fuente de ingresos cada vez más importante para el país gracias al aumento de la producción. “Creo que debemos centrarnos en el cultivo de nuestras verduras de hoja verde. Ya producimos bastante lechuga”, asegura.
“Desde el punto de vista agrícola, creo que poder ayudar a los agricultores a adquirir nuevos métodos o aprender cosas nuevas les da esperanza… Realmente esperamos ayudarlos a aumentar la producción”, dice el funcionario bahameño.
Gibson afirma que Bahamas puede beneficiarse de la tecnología agrícola china y de sus conocimientos sobre prácticas sostenibles, uso eficiente de fertilizantes y experiencias de marketing. Quiere que la asociación evolucione y se centre en otros cultivos específicos que son elementos clave de la dieta local y la industria turística.
Proyectos conjuntos en Barbados y Dominica
En Barbados y Dominica se han firmado memorandos de entendimiento similares con socios chinos.
En abril de 2024, la Barbados Agricultural Development and Marketing Corporation firmó tres acuerdos con Zoomlion, un fabricante de maquinaria de alta tecnología con sede en la ciudad de Changsha, en el centro de China.
Esta asociación proporcionará a Barbados dos tractores, conocimientos técnicos sobre el cultivo de arroz y la creación de sistemas avanzados de gestión hidropónica. Otros firmantes fueron el ministro barbadense de Agricultura y Seguridad Alimentaria y Nutricional, Indar Weir, y el gobernador de Hunan, Mao Weiming.
Este nuevo acuerdo sigue a la creación del Proyecto de Arroz de Tierras Altas, una iniciativa agrícola conjunta entre China y Barbados.
Sus parcelas de prueba, situadas en la sede de la Barbados Agricultural Development and Marketing Corporation, en Christ Church, en el sur de Barbados, ya han producido cosechas satisfactorias de arroz de tierras altas (también conocido como arroz seco).
Esto ha animado al gobierno de Barbados a ampliar el proyecto a una parcela de seis hectáreas en la cercana zona de Pine Basin.
Según Weir, el éxito de los ensayos significa que el arroz seco es adecuado para Barbados, a pesar de estar clasificado como país con escasez de agua.
En Dominica, por su parte, China lleva más de 10 años prestando apoyo agrícola a través de nuevas tecnologías de producción. En febrero de 2024, la isla recibió equipos agrícolas por el valor de 750 000 dólares, como parte de la octava fase de este proyecto de cooperación. Se trataba de sistemas de cultivo hidropónico, materiales para invernaderos, aparatos de propagación de semillas y tractores.
Se pidió a funcionarios barbadenses y dominiauenses que comentaran estos proyectos y relaciones, pero no se recibió respuesta.
Hacia Caricom 2025
En 2022, los países miembros de la Caricom acordaron trabajar para reducir las importaciones de alimentos, que se calcula cuestan a los países del grupo en su conjunto 6000 millones de dólares al año. En agosto de ese año, las naciones firmaron un acuerdo relacionado para reducir las importaciones de alimentos en 25% para 2025.
Sin embargo, tras los desastrosos huracanes, los esfuerzos de seguridad alimentaria de algunas islas caribeñas se están viendo frustrados. Por ejemplo, la llegada del huracán Beryl a principios de julio de 2024 provocó pérdidas agrícolas por unos 150 millones de dólares en los países miembros de la Caricom.
El presidente de Guyana, Mohamed Irfaan Ali, cree que estos desafíos no son insuperables. En una conferencia de la Caricom en julio de 2024, afirmó: “Conseguiremos reducir la factura de importación de alimentos y aumentar nuestra producción”.
En su 48 reunión anual de los jefes de gobierno de la Caricom, celebrada en Bridgetown, la capital de Barbados, entre el 19 y 21 de este mes de febrero, el tema de la seguridad alimentaria ocupó un lugar destacado en el orden del día.
Este artículo se publicó originalmente en Dialogue Earth.
RV: EG