Aumentan las remesas hacia América Latina y el Caribe

El flujo de remesas hacia la región está en crecimiento y México es el principal destino, junto con países de América Central. La demanda sostenida de empleo en Estados Unidos es señalada como el principal factor que favorece esa afluencia de capitales hacia las naciones en desarrollo. Imagen: Lester Ledesma / ADB

WASHINGTON – Las remesas hacia América Latina y el Caribe llegaron a 156 000 millones de dólares en 2023, y crecen respaldadas por la solidez del mercado de trabajo en Estados Unidos, de acuerdo con un reciente reporte del Banco Mundial.

México es el mayor receptor de la región –y segundo del mundo después de India-, con 66 200 millones de dólares, seguido de Guatemala, con 20 000 millones, República Dominicana, con 10 600 millones, Colombia con 10 100 millones, Honduras con 9000 millones y El Salvador con 8200 millones de dólares.

Otros grandes receptores fueron Ecuador, con 5500 millones de dólares, Nicaragua con 4700 millones, y Brasil y Perú con 4400 millones de dólares cada uno.

Porcentualmente el crecimiento regional fue muy variado, desde un aumento de 44,5 % en Nicaragua hasta una disminución de 13,4 % en Argentina, y se espera que los flujos de remesas hacia la región aumenten 2,7 % en 2024.

El costo de enviar a la región 200 dólares, una cantidad ya convertida en unidad de medida mensual, a la región fue de 5,9 % en promedio, prácticamente el mismo valor que el año anterior.

El incremento de las remesas fue más modesto en otras regiones, de 5,2 % en Asia meridional, de 4,8 % en Asia oriental y el Pacífico (excluida China), y hubo descensos, de casi 15 % en Oriente Medio y Norte de África, de 10,3 % en Europa y Asia central, y de 0,3 % en África subsahariana.

En el conjunto mundial, las remesas tuvieron un crecimiento modesto, de 0,7 % (se desaceleró la tendencia alcista de 2021-2022) y alcanzaron un total de 656 000 millones de dólares, esperándose sin embargo más crecimiento en 2024.

De cara al futuro, el banco prevé que las remesas hacia países de ingreso bajo y mediano crecerán a un ritmo más rápido en 2024, de 2,3 %, aunque este crecimiento no será igual en todas las regiones.

Entre los posibles riesgos a la baja para estas proyecciones figuran un crecimiento económico menor de lo previsto en los países de ingreso alto que reciben a migrantes, y la volatilidad de los precios del petróleo y de los tipos de cambio.

La recuperación del empleo en los países de renta alta, después de la pandemia covid-19, es reconocida como un motor para el incremento de las remesas.

Los principales destinos de los 300 millones de migrantes internacionales estimados el año pasado son Estados Unidos, Alemania, Arabia Saudí, Rusia y Reino Unido.

Grandes países de origen de migrantes fueron el último año India, Ucrania, China, México y Venezuela, y el de México a Estados Unidos es el corredor de migración más transitado del mundo.

Iffath Sharif, directora de Práctica Global de Protección Social y Trabajo del Banco Mundial, afirmó que “la migración y las remesas conexas son motores esenciales del desarrollo económico y humano”.

Muchos países “están considerando gestionar la migración debido a los desequilibrios demográficos mundiales y el déficit de mano de obra, por un lado, y los altos niveles de desempleo y la deficiencia de capacidades, por el otro”.

Dilip Ratha, economista principal y autor responsable del informe, expuso que “aprovechar las remesas para promover la inclusión financiera y el acceso a los mercados de capital puede mejorar las perspectivas de desarrollo de los países receptores”.

Un objetivo del Banco Mundial, según el reporte, es reducir los costos de las remesas y facilitar los flujos formales, mitigando los riesgos políticos y comerciales para promover la inversión privada en este sector.

El banco considera que el envío de remesas sigue siendo demasiado costoso.

En el cuarto trimestre de 2023, el costo promedio mundial de enviar 200 era del 6,4 % del monto enviado, valor ligeramente superior al 6,2 % del año anterior y muy por encima de la meta de tres por ciento establecida en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que sostienen la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.

Las remesas digitales tuvieron un costo más bajo, del cinco por ciento en comparación con siete por ciento de los métodos no digitales, lo que subraya los beneficios de los avances tecnológicos para reducir la carga financiera de los migrantes.

Los canales informales permanecen como un factor importante, y un ejemplo de ello es el caso de los migrantes que llevan dinero en efectivo cuando regresan a sus hogares.

A-E/HM

 

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