La ayuda humanitaria a Gaza se reduce a la mitad

Los camiones que llevan ayuda humanitaria a la Franja de Gaza enfrentan obstáculos como restricciones de acceso en los puestos fronterizos y el peligro de los constantes bombardeos y combates de infantería. Desde las Naciones Unidas crecen las advertencias de una catástrofe para más de un millón de civiles si la guerra no se detiene. Imagen: Eskinder Debebe / ONU

AMÁN – La ayuda humanitaria a la población en la Franja de Gaza, escenario de la ofensiva militar de Israel sobre el movimiento islamista Hamás, se ha reducido a la mitad en el último mes, señaló este lunes 26 la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (Unrwa).

El comisionado general de la Unrwa, Philippe Lazzarini, expresó en la red social X que “se suponía que la ayuda aumentaría, no disminuiría, para abordar las enormes necesidades de dos millones de palestinos en condiciones de vida desesperadas”.

Entre los obstáculos citados por Lazzarini están “falta de voluntad política, cierre regular de los puntos de cruce, falta de seguridad debido a las operaciones militares y colapso del orden civil”.

Según ese responsable de la ONU “hace tiempo que es necesario un alto el fuego, con levantamiento del asedio para permitir una ayuda significativa para salvar vidas –que es poca y se redujo en 50 % entre enero y febrero- , además de suministros comerciales”.

El actual curso de la guerra se desató después de que el 7 de octubre milicianos de Hamás atacaron el sur de Israel con saldo de unas 1200 muertes y tomaron 240 rehenes, según Tel Aviv.

La respuesta de Israel ha sido una operación militar a gran escala, que hasta la fecha ha causado la muerte de 29 800 palestinos, heridas a unos 70 000, varios miles de desaparecidos y el desplazamiento de sus hogares de casi dos millones de personas.

Servicios esenciales como agua potable, alimentos, electricidad, combustible,  comunicaciones, salud y educación están interrumpidos en Gaza, y su población, con cientos de miles de personas en refugios improvisados, sobrevive apenas con la escasa e intermitente ayuda humanitaria que llevan unas decenas de camiones.

En febrero entraron en promedio 98 camiones por día a través de los cruces de Kerem Shalom y Rafah, en el área de la triple frontera entre Gaza, Egipto e Israel, y con dificultades significativas” debido a limitaciones de seguridad y cierres temporales, señaló la Unrwa.

El objetivo es que puedan entrar hasta 500 camiones cada día. El ingreso de ayuda se ve afectado por los constantes bombardeos, ataques aéreos y combates de la infantería israelí contra milicianos palestinos, dijo la agencia.

El mayor foco de la preocupación para las agencias humanitarias de las Naciones Unidas está en Rafah, extremo sur de la Franja de 365 kilómetros cuadrados, donde se refugian alrededor de 1,5 millones de palestinos, seis veces la población de esa ciudad antes del inicio de la actual confrontación  en octubre.

Mientras decenas de familias que huyen de los combates en la ciudad sudoccidental de Jan Yunis siguen dirigiéndose hacia Rafah, desde esta última otros refugiados se desplazan de nuevo hacia ciudades en el centro de la Franja, Nuseirat y Deir Al Balah, a pesar de informes sobre nuevos combates y ataques aéreos en esas zonas.

Según las cifras de Unrwa, más de 75 % de la población de Gaza, hasta 1,7 millones de personas, se ha visto desplazada desde el inicio de las hostilidades. Hasta 1,9 millones viven en sus 154 refugios o en zonas cercanas a esos emplazamientos.

Las agencias de la ONU siguen advirtiendo de la agudización de la crisis de hambre en Gaza. Más de dos millones de personas se enfrentan a niveles de crisis o peores de inseguridad alimentaria, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios.

Además, solo una de las tres tuberías de agua procedentes de Israel está operativa, pero a menos de la mitad de su capacidad, mientras 83 % de los pozos de agua subterránea no funcionan. Tampoco funcionan los sistemas de tratamiento de aguas residuales y no hay acceso a agua potable en las áreas del norte.

Finalmente, la Unrwa informó que, al 25 de febrero, el número total de sus trabajadores asesinados desde el comienzo de las hostilidades ascendía a 158.

Mientras, el secretario general de la ONU, António Guterres, dijo ante el Consejo de Derechos Humanos de la organización que “una expansión de la operación de ataque terrestre israelí en el sur de Gaza no sólo sería aterradora para más de un millón de civiles palestinos refugiados allí: pondría fin a nuestros programas de ayuda”.

Agregó Guterres que “nada puede justificar los asesinatos, las lesiones, las torturas y los secuestros deliberados de civiles por parte de Hamas, el uso de la violencia sexual o el lanzamiento indiscriminado de cohetes hacia Israel”, pero tampoco “nada justifica el castigo colectivo de los palestinos”.

Por ello, reiteró su llamado a “respetar los derechos humanos sin dobles raseros”, y pidió “un alto el fuego inmediato” en Gaza y “una liberación incondicional de los rehenes en poder de Hamás”.

A-E/HM

 

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