NACIONES UNIDAS – Los derechos de las mujeres a la tierra están limitados en más de 100 países y deben ser ampliados como cuestión de justicia y para mejorar la producción de alimentos y combatir la pobreza, planteó una campaña lanzada este viernes 16 en la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
“La igualdad de derechos sobre la tierra protege la tierra y promueve la igualdad de género”, dijo el secretario general de la ONU, António Guterres, al iniciar la campaña “Her Land (Su tierra)”, en vísperas del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, que se celebra cada el 17 de junio.
Las mujeres constituyen alrededor de la mitad de los trabajadores agrícolas en los países en desarrollo y producen entre 60 y 80 % de los alimentos cultivados en esas regiones, pero poseen menos de una quinta parte de todas las tierras del mundo.
Cuando la tierra se degrada y el agua y otros recursos escasean, las mujeres y las niñas quedan expuestas a la pobreza, el hambre, el desplazamiento y la violencia, reconoció un documento de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación.
Las prácticas discriminatorias relacionadas con la tenencia de la tierra, el acceso al crédito, la igualdad salarial y la toma de decisiones a menudo impiden su participación activa en el mantenimiento de la salud de la tierra.
Hoy en día, menos de una de cada cinco propiedades de tierras en todo el mundo es de mujeres, y sus derechos a heredar la propiedad de sus maridos siguen negándose en más de 100 países, según el reporte de la Convención.
Si las mujeres tuvieran los mismos derechos a la tierra, la producción agrícola en las regiones más pobres aumentaría hasta cuatro por ciento, y la desnutrición disminuiría entre 12 % y 17 %, lo que daría como resultado 150 millones menos de personas hambrientas en todo el mundo, destaca la campaña Su Tierra.
Por ello “invertir en la igualdad de acceso de las mujeres a la tierra no es solo un acto de justicia. Es un compromiso con la prosperidad de nuestro planeta. Valoramos no solo la tierra que pisamos, sino las manos que la trabajan”, dijo el mauriciano Ibrahim Thiaw, secretario ejecutivo de la Convención.
Guterres, en su mensaje al acto inicial de la campaña en la sede de la ONU, deploró que “dependemos de la tierra para nuestra supervivencia, pero la tratamos como basura”.
Expuso que “la agricultura insostenible está erosionando el suelo 100 veces más rápido de lo que el proceso natural puede restaurarlo, y hasta 40 % de la tierra de nuestro planeta ahora está degradada, poniendo en peligro la producción de alimentos, amenazando la biodiversidad y agravando la crisis climática”.
“Esto afecta más a las mujeres y las niñas. Sufren de manera desproporcionada por la falta de alimentos, la escasez de agua y la migración forzada que resulta de nuestro maltrato a la tierra, mientras tienen el control mínimo”, añadió Guterres.
La campaña sostiene que cuando se eliminen las barreras legales para que las mujeres posean y hereden tierras, podrán tomar decisiones sobre cómo administrar la tierra, y mejorarán tanto la salud del suelo como los rendimientos agrícolas.
Las mujeres también tienen más probabilidad de invertir en la nutrición, la salud y la educación de su familia, lo que beneficia a toda la sociedad.
Resalta el dato de que los países con más parlamentarias dan prioridad al papel de las mujeres y las niñas en la protección de la tierra, y es más probable que ratifiquen los tratados pertinentes y reserven tierras para la conservación.
Mientras tanto, solo 12 % de los 881 ministerios y despachos nacionales relacionados con el ambiente, dirigidos por funcionarios electos, están en manos de mujeres.
La campaña ha sido impulsada por las primeras ministras de Islandia, Katrin Jakobsdóttir, y de Namibia, Saara Kuugongelwa-Amadhila, y la vicepresidenta del gobierno de España, Teresa Ribero Rodríguez.
A ellas se han unido la cantante franco-maliense Inna Modja, el senegalés Baaba Maal y el compositor y ecologista indio Ricky Kej.
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