NACIONES UNIDAS – El matrimonio infantil desciende en el mundo, pero todavía hay 640 millones de niñas y mujeres que se casaron en la infancia, unos 12 millones cada año, indicó un análisis divulgado este miércoles 3 por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
La directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell, dijo que “el mundo está sumido en una crisis tras otra, lo que está destruyendo las esperanzas y los sueños de la infancia vulnerable, especialmente de las niñas, que deberían ser estudiantes y no esposas”.
Según Russell, “la crisis económica y sanitaria, la escalada de conflictos armados, y los devastadores efectos del cambio climático, están obligando a las familias a buscar una falsa sensación de seguridad en el matrimonio infantil”.
Esa policrisis amenaza con revertir los logros conseguidos con tanto esfuerzo, destaca el análisis de Unicef, tras indicar que la proporción de mujeres jóvenes que se casaron en la infancia descendió de 21 % a 19 % desde que se publicaron las últimas estimaciones hace cinco años.
Sin embargo, a pesar de este progreso, las reducciones mundiales tendrían que ser 20 veces más rápidas para cumplir el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de poner fin al matrimonio infantil para 2030.
En el ODS 5, Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas, la meta 5.3 contempla “eliminar todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, precoz y forzado, y la mutilación genital femenina”.
“El mundo está sumido en una crisis tras otra, lo que está destruyendo las esperanzas y los sueños de la infancia vulnerable, especialmente de las niñas, que deberían ser estudiantes y no esposas”: Catherine Russell.
Las niñas que son casadas en la infancia se enfrentan a consecuencias inmediatas y para toda la vida. Tienen menos probabilidades de permanecer en la escuela y se enfrentan a un mayor riesgo de embarazo precoz, lo que a su vez aumenta el riesgo de complicaciones de salud y mortalidad infantil y materna.
Esta práctica también puede aislar a las niñas de su familia y amigos, y excluirlas de la participación en sus comunidades, lo que afecta gravemente a su salud mental y su bienestar, agrega el análisis con base en datos de más de 100 países.
Al presentar la situación por regiones, Unicef señala que Asia meridional sigue impulsando las reducciones mundiales y está en vías de eliminar el matrimonio infantil en unos 55 años.
Sin embargo, la región sigue albergando a casi la mitad (45 %) de las niñas casadas del mundo. Y aunque India ha registrado avances significativos en las últimas décadas, sigue representando un tercio del total mundial.
África subsahariana, que tiene la segunda mayor proporción mundial de niñas casadas (20 %), está a más de 200 años de acabar con esta práctica al ritmo actual.
El rápido crecimiento de la población africana, junto con las circunstancias actuales signadas por la policrisis, parece que aumentará el número de niñas casadas, en contraste con los descensos previstos en el resto del mundo.
Mientras tanto, en América Latina y el Caribe hay 58 millones de niñas casadas, nueve por ciento del total mundial, y el informe advierte que la región se encamina a tener el segundo nivel regional más alto de matrimonio infantil para 2030, solo por detrás de África subsahariana.
Unicef explica que el matrimonio infantil es un fenómeno poco frecuente entre los segmentos con más poder adquisitivo de la sociedad, pero continúa siendo una práctica habitual entre los más pobres.
Tras períodos de progreso constante, Oriente Medio y Norte de África, y Europa del Este y Asia Central, también se han estancado.
Insiste Unicef en que, en todo el mundo, los conflictos, las catástrofes relacionadas con el clima y las repercusiones de la covid-19, especialmente el aumento de la pobreza, las crisis de ingresos y el abandono escolar, contribuyen a aumentar los factores que impulsan el matrimonio infantil.
Al mismo tiempo, dificultan el acceso de las niñas a la atención sanitaria, la educación, los servicios sociales y el apoyo comunitario que las protegen de esta práctica.
Como resultado, las niñas que viven en entornos frágiles tienen el doble de probabilidades de convertirse en novias infantiles, en comparación con la media en el resto del mundo, señala el análisis.
Por cada 10 veces que se multiplican las muertes relacionadas con los conflictos, aumenta en siete por ciento el número de matrimonios infantiles.
Al mismo tiempo, los fenómenos meteorológicos extremos provocados por el cambio climático aumentan el riesgo de las niñas, ya que cada desviación de 10 % en las precipitaciones (que llueva 10 % más o 10 % menos de lo previsto) se relaciona con un aumento aproximado de uno por ciento en la prevalencia del matrimonio infantil.
En este sentido, el informe explica a modo de ejemplo cómo Pakistán, que ha avanzado enormemente en la reducción el matrimonio infantil, sufrió intensas inundaciones en 2022, un fenómeno meteorológico extremo que podría poner en riesgo años de avances.
“Las pruebas demuestran que fenómenos meteorológicos están relacionados con un mayor riesgo de matrimonio infantil. En un año con un fenómeno de esta magnitud se espera un aumento de 18 % en la prevalencia del matrimonio infantil, lo que equivale a borrar cinco años de progreso”, indica el análisis.
Se advierte que los avances logrados en la última década para acabar con el matrimonio infantil también se ven amenazados, o incluso anulados, por los efectos de la pandemia, que ya afectó a más de 1000 millones de niñas en todo el mundo.
A-E/HM