MÉXICO – Con 252 homicidios registrados el año pasado, 68 % del total mundial de esos crímenes, América Latina y el Caribe fue la región más mortífera del mundo para los defensores de derechos humanos, expuso este martes 29 la organización humanitaria Amnistía Internacional (AI) al presentar su informe anual.
Colombia es el país más letal, pues se registraron 138 homicidios de defensores y defensoras de derechos humanos, seguido de México (42), Brasil (27), Guatemala y Honduras (11 cada uno), Nicaragua (10) y Perú (5), indicó AI con cifras de la organización Front Line Defenders.
En México, y considerando solo a defensores de derechos ambientales, 25 activistas fueron asesinados en 2021, siete más que en 2020, dentro de un total de 108 eventos de agresión en esa área, con 238 víctimas, dijo también este martes el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda).
El centro consideró que 2021 fue el año más violento para la defensa ambiental desde que inició sus registros en 2014. En 2017 hubo 29 asesinatos de ambientalistas, pero el año pasado se incrementaron otras agresiones, hostigamientos y amenazas.
AI también reportó el homicidio de nueve comunicadores en la región, de acuerdo con el estadounidense Comité para la Protección de los Periodistas, y destacó que en México se perpetraron ocho más en los primeros tres meses de 2022. Cuba encarceló a tres periodistas, Nicaragua a dos y Brasil a uno.
Érika Guevara Rosas, directora para el hemisferio en AI, dijo que “es intolerable y una vergüenza que muchos gobiernos hayan tratado de silenciar y reprimir a quienes protestan pacíficamente y alzan la voz para reclamar un mundo más seguro, más justo y más compasivo”.
Ello, “en lugar de abordar las injusticias y las arraigadas desigualdades que afectan a las Américas desde hace generaciones y que agravaron el impacto de la pandemia”, comentó Guevara Rosas.
En el lado positivo de la situación de los defensores de derechos en América Latina y el Caribe, AI destacó la entrada en vigor del Acuerdo de Escazú, un tratado regional sobre el acceso a la información, la participación pública y la justicia en asuntos ambientales y la protección de quienes defienden el ambiente.
El acuerdo, con el nombre de la localidad de Costa Rica donde se adoptó en 2018, fue firmado por 25 Estados (Chile el más reciente) y 12 lo han ratificado: Antigua y Barbuda, Argentina, Bolivia, Ecuador, Guyana, México, Nicaragua, Panamá, San Cristóbal y Nevis, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía y Uruguay.
El informe de AI trató ampliamente el tema de la respuesta a la covid, y denunció que en el globo líderes políticos y grandes corporaciones farmacéuticas privilegiaron sus beneficios en lugar de las personas, lo que se tradujo en muy bajas tasas de vacunación y más pobreza en los países más pobres del Sur en desarrollo.
Brasil era, al 10 de marzo de 2022, el segundo país del mundo con más víctimas mortales a causa de la covid, más de 652 000, solo superado por Estados Unidos (954 000), en tanto Perú resultó el de la tasa letal más alta, 6497 muertes por millón de habitantes a causa de la enfermedad transmitida por el coronavirus.
Para la misma fecha, 65 % de la población del hemisferio había recibido la pauta completa de la vacuna contra la covid, pero con algunas diferencias notables, pues mientras Cuba había vacunado a 94 %de sus habitantes, Haití solo había inmunizado total o parcialmente a 1,3 % de los suyos.
Otro dato aportado por el informe de AI es que en América se denunciaron 316 de los 375 asesinatos de personas trans y de género diverso cometidos en todo el mundo entre 1 de octubre de 2020 y el 30 de septiembre de 2021.
También que la pobreza afecta a 201 millones de latinoamericanos y caribeños (un tercio de la población), con 86 millones en pobreza extrema.
Respecto de la corrupción, AI citó a la entidad Transparencia Internacional, que considera a Canadá el país menos corrupto del continente, seguido de Uruguay, Estados Unidos y Chile, mientras que Venezuela y Haití serían los más corruptos.
Finalmente, el informe mencionó que la deforestación en la Amazonia brasileña afectó a más 13 000 kilómetros cuadrados en 2021, la cifra más alta desde 2006.
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