SAN SALVADOR – El chef Oscar Cornejo hacía fila en una céntrica calle de la capital salvadoreña para ingresar al cajero automático instalado en el lugar por el gobierno, a fin de poder realizar una operación en bitcoines, la criptomoneda vigente en El Salvador desde el 7 de septiembre.
Cornejo explicó a IPS que quería retirar una remesa enviada en bitcoines por su hermana, Alba Cornejo, desde la ciudad de San Francisco, en el occidental estado de California, en Estados Unidos.
La operación se realizaría por medio de la billetera electrónica creada también por el gobierno salvadoreño, la llamada Chivo Wallet, una aplicación que permite enviar y recibir, desde un teléfono celular, remesas en bitcoines sin pagar comisiones, así como realizar pagos por productos y servicios. Chivo, en la jerga local, representa algo agradable o genial.
Pero mientras avanza en la fila, el código que su hermana había enviado ya, para que él cobre el dinero, aún no llegaba a la cuenta del cocinero, que él monitoreaba a cada instante en su teléfono celular.
“Tengo el problema de que no me cae el código, no sé qué pasa”, dijo Cornejo, quien dejó el país en 1986 y se aventuró en el viaje como indocumentado hacia Estados Unidos para, años después, convertirse en chef. Regresó a El Salvador hace un año y acaba de estrenarse como chef ejecutivo en un restaurante de comida mexicana.
La plataforma Chivo Wallet viene funcionando, no exenta de fallas técnicas, desde que el 7 de septiembre El Salvador se convirtió en el primer país del mundo en adoptar el bitcóin como moneda de curso legal, lo que causó un revuelo no solo en el país sino en los círculos financieros internacionales.
Dos meses después de que el presidente Nayib Bukele le apostó al bitcóin, sin que analistas económicos se expliquen los entresijos financieros y sociales de la abrupta medida, su gobierno se esfuerza por resaltar los logros generados, que para los críticos aún están por verse.
El 1 de noviembre, el gobierno anunció que con el excedente generado con el incremento en el valor de los bitcoines ya adquiridos, se construirán 20 escuelas. Y en octubre anunció que también se edificaría un hospital veterinario estatal.
Según medios especializados en criptomonedas, el gobierno ha comprado hasta ahora 1120 bitcoines, que el promedio equivalieron al adquirirlos a 53,49 millones de dólares y que con el repunte que ha tenido el criptoactivo en las últimas semanas, ahora su valor subió a 71,42 millones.
¿Audacia exitosa o fiasco?
Pero tras dos meses de haberse puesto en vigencia, aún es poco tiempo, estiman los analistas, para hacer un balance más certero de si la audacia del mandatario está comenzado a dar los frutos previstos, o es un fiasco.
“Estamos en ese periodo gris aún en el que está anunciada la medida, tiene un breve periodo de implementación, pero aún falta para ver cuáles son las grandes lecciones aprendidas”, dijo a IPS la analista Nayda Acevedo Medrano.
Y agregó: “En la medida en que la gente ya tiene acceso a la aplicación, y haya cosas que se deben de ir ajustando, así la va a ir aceptando”.
Una de las premisas fue, precisamente, eliminar los cobros de comisiones que se hacen al enviar remesas por medio del sistema financiero tradicional.
El gobierno ha calculado esos cobros en 400 millones de dólares anuales, que ahora serán ahorro para quienes envían dineros a sus familiares en El Salvador.
“Es un ahorro para nuestros amigos y familiares en el extranjero, que ya no van a estar pagando la comisión de 15 a 20 dólares por envíos, que es la que solía pagar mi hermana”, explicó el chef Cornejo, de 51 años, mientras avanzaba en la fila.
La aplicación permite que esos envíos en bitcoines sean convertidos en dólares por quien los recibe en El Salvador, si así lo desea. La convertibilidad es posible porque el gobierno creó un fondo de 150 millones de dólares con ese fin.
Si no lo quieren, puede mantener ese criptoactivo en su cuenta de la Chivo Wallet y pagar con ello bienes y servicios.
Sin embargo, si bien puede que haya cada vez más comercios y negocios que aceptan bitcoines, aún son una pequeña fracción del total de esos sectores.
Una encuesta realizada a principios de octubre por la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades) reveló que apenas un 3,9 por ciento de las empresas del país encuestadas reportaron ventas en bitcoines.
Ese criptoactivo ahora convive con la moneda estadounidense, que también es de curso legal desde que en 2001 se dolarizó la economía de este pequeño país centroamericano, de 6,7 millones de habitantes.
La remesas, claves
El envío de remesas en bitcoines es quizá la medida que más promete desarrollarse, sobre todo porque en Estados Unidos viven cerca de tres millones de salvadoreños, que envían anualmente unos 6000 millones de dólares, con los cuales se mantiene a flote la economía del país.
Si es cierto lo que dice el mandatario, que entre uno y dos millones de dólares se transfieren al día en remesas en bitcóin, entonces al año se estarían enviando alrededor de 600 millones de dólares, que representa 10 % de los envíos totales.
“Si la gente se da cuenta de que esto es más barato, este porcentaje va a crecer. Yo diría que si ya un 30 o 40 por ciento comienzan a enviarse a través de este canal lo consideraría un éxito”, explicó a IPS el economista Carlos Acevedo, expresidente del Banco Central de Reserva (BCR).
El experto agregó que el otro aspecto a considerar es que, como activo especulativo, el aumento en el valor de la criptomoneda, que ha superado los 60 000 por bitcóin, es buena noticia para quienes tienen los medios para invertir. Pero obviamente esto no es para toda la población.
Además del ahorro en comisiones por remesas, el presidente Bukele habló de que también llegarían nuevas inversiones al país: millonarios que ya le apuestan a esa criptomoneda, como activo especulativo, y vendrían a El Salvador atraídos por la novedad que ofrece un país “bitconoizado”.
Pero eso no ha pasado, al menos todavía.
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“Tengamos por seguro que si estuvieran llegando esos inversionistas, el presidente lo estaría tuiteando y los estaría presentando todos los días”, señaló el economista Luis Membreño, en referencia a la actitud del mandatario de ser él el único que informa sobre ese y otros temas de interés nacional, la mayoría de las veces mediante las redes sociales.
Membreño añadió: “Fue un impulso del presidente, lo plantea un sábado y el miércoles siguiente ya es ley de la República, por medio de un decreto mal pensado, mal ejecutado”, en referencia a la celeridad con que la Asamblea Legislativa, con amplia mayoría oficialista, aprobó la norma.
El gobierno también le está apostando a que cada vez sean más los salvadoreños que transan con bitcoines en el día a día, es decir, la usan como moneda de curso legal.
Incentivos y trampas
Para fomentar ese uso, el gobierno otorgó desde el principio 30 dólares a cada persona que se registrara en la Chivo Wallet, y más recientemente otorga un descuento del equivalente a 0,30 centavos de dólar por galón (3,8 litros) a quienes compran combustible con bitcoines en cualquier gasolinera del país.
Según el propio Bukele, que es el único portavoz del gobierno y el único que emite información y opiniones por medio de tuits, más de tres millones de personas se ha registrado ya en la aplicación.
Pero eso no necesariamente significa que estén usando activamente los bitcoines que puedan tener en su cuenta de la billetera electrónica.
Los analistas y la gente de a pie entrevistados por IPS sostuvieron que probablemente, en su gran mayoría, esas tres millones de personas bajaron la aplicación simplemente para beneficiarse de los 30 dólares, y nada más.
Además se ha reportado cientos de casos de robo de identidad de personas que han querido registrarse en la Chivo Wallet pero al intentarlo se han dado cuenta que otra persona se ha registrado ya por ellas, con la intención de hacerse con los 30 dólares.
Se cree que alguna banda criminal, con acceso a los números de los documentos de identidad personal de mucha gente, necesarios para registrarse, se han dedicado a esta operación fraudulenta.
“Creo que la mayoría ha bajado la aplicación por las ganas de tener los 30 dólares. Yo igual, lo tuve en mi cuenta quizás como un mes, luego me lo gasté”, contó a IPS una empleada de la tienda minorista WalMart, Raquel Torres, quien también hacía cola en otro cajero automático de Chivo, en otro sector de San Salvador.
“En este país nadie le hace mala cara a 30 dólares, pero habría que ver cuánta gente la está utilizando como moneda de curso legal”, es decir, que la usa para pagar bienes y servicios en el día a día, explicó Acevedo, el expresidente del BCR.
Según el economista, esa es otra de las premisas que se están cumpliendo poco: la gente de a pie no está usando la criptomoneda de forma masiva ni mucho menos.
La encuesta de Fusades, publicada el 6 de octubre señaló al respecto que solo 2,1 % de los consumidores están utilizando el bitcóin en sus compras diarias. Habrá que matizar, no obstante, que el sondeo solo abarca las respuestas de las 233 empresas analizadas, y no incluye las operaciones que alguien pudiera hacer en otras áreas.
Los detractores del mandatario han encontrado en el bitcóin un nuevo frente de batalla donde arreciar los ataques contra él y su gobierno, en un ambiente ya crispado en extremo desde que Bukele llegó al poder en junio de 2019 y comenzó a mostrar actitudes arrogantes y autoritarias.
Su última maniobra notable de ese tipo, el 1 de mayo, fue cercenar la Sala de lo Constitucional, compuesta por cinco magistrados, e imponer unos afines al oficialismo, luego de mover los hilos en la Asamblea Legislativa, de 84 escaños, para que los 56 diputados de su partido Nuevas Ideas aprobaran un decreto para realizar dichas remociones.
Mientras, el chef Cornejo se sintió aliviado de que por fin cayera el código para cobrar su remesa, y entró alegre a la caseta del cajero automático.
“El bitcóin va a ser beneficioso y va para largo, ya se quedó entre nosotros”, aseguró a IPS con ojos risueños y la mascarilla tapándole el resto del rostro.
ED: EG