Finalmente ya hay fecha de arranque para el ordenamiento monetario en Cuba, con sus múltiples y complejos impactos en las empresas estatales, el sector privado y la ciudadanía, al desencadenar un conjunto de procesos que deben reimpulsar el plan de reformas económicas aprobado hace casi una década.
A partir del primero de enero de 2021, este país insular caribeño pondrá fin a 27 años de dualidad monetaria y cambiaria.
El proceso bautizado como Tarea Ordenamiento es valorado por las autoridades como “una de las tareas más complejas que en el orden económico ha enfrentado el país” en las últimas décadas.
Esa decisión “debió ejecutarse en años anteriores; traerá consigo la necesidad de acelerar otras reformas anunciadas que potencien la producción de bienes o servicios”, comentó a IPS el economista Omar Everleny Pérez.[pullquote]3[/pullquote]
Según Pérez, a partir de ahora deberá “quitarse más trabas a la empresa estatal socialista y publicar el listado de actividades que no pueden ejercer los trabajadores por cuenta propia”, como se conoce aquí al sector privado que solo puede emprender a partir de un grupo de actividades autorizadas.
Otras decisiones podrían permitir “las pequeñas y medianas empresas (pymes), así como acelerar las aprobaciones de las cooperativas no agrícolas y las de segundo grado en la agricultura, entre ellas las comercializadoras”, abundó el analista.
Para abril de 2022 debe ser aprobada una Ley de Empresas, la cual pudiera adelantarse en el nuevo contexto, con el objetivo de regular el funcionamiento de entidades estatales y privadas y dar lugar a las largamente reclamadas pymes.
La Tarea Ordenamiento “pondrá al país en mejores condiciones para llevar a cabo las transformaciones que demanda la actualización de nuestro modelo económico y social”, dijo el viernes 10 el presidente Miguel Díaz-Canel durante una alocución especial para comunicar oficialmente su inicio.
Lo acompañó Raúl Castro, ahora primer secretario del Partido Comunista de Cuba, y bajo cuya presidencia (2008-2018) se aprobaron en 2011 los Lineamientos, el programa de reformas socioeconómicas actualizado en 2016, donde se pautó la necesidad del reordenamiento económico y financiero del país de gobierno socialista y economía altamente centralizada.
Autoridades y expertos argumentan que el fin de la dualidad monetaria y cambiaria permitirá un análisis adecuado de la situación económico financiera de las empresas, al igual que disponer de indicadores correlacionados con el mercado mundial.
“El ordenamiento monetario es una medida necesaria para lograr una mejor medición de los resultados económicos”, consideró a IPS una experta financiera cubana que solicitó el anonimato.
No obstante, acotó la académica, “no resultará la única solución a los problemas del sector productivo. Se precisan medidas de acompañamiento que estimulen y desaten las fuerzas productivas”.
El próximo primero de enero en Cuba quedará una sola moneda de curso legal, el peso cubano (CUP), con una tasa de cambio de 24 unidades por dólar, aunque el peso convertible (CUC), la moneda que en 2004 sustituyó al dólar con un valor equivalente, podrá seguir transándose durante los siguientes seis meses.
A partir del Día Cero, como se conoce a la jornada cuando arrancará el proceso, además de cesar la circulación del CUC y unificarse los tipos de cambios, se devaluará el CUP, se incrementarán los precios mayoristas y minoristas, quedará eliminado un conjunto de subsidios y aumentarán salarios y pensiones.
El salario mínimo mensual será de 2100 pesos (87,5 dólares), equivalentes a 1,3 veces el costo de alimentos, bienes y servicios básicos calculados en 1528 pesos, monto similar al de la pensión más baja.
Innumerables interrogantes han generado en la sociedad cubana las 110 normas jurídicas que validan el ordenamiento, acompañado de un amplio despliegue informativo por parte de ministerios y medios de comunicación, a fin de explicar el conjunto de transformaciones durante las próximas semanas.
Se trata de un asunto estratégico para la economía nacional agobiada desde hace décadas por magros crecimientos del producto interno bruto (PIB), baja productividad, obsolescencia tecnológica, descapitalización industrial, así como salarios insuficientes que provocan éxodo de profesionales y mano de obra calificada hacia puestos con mejores remuneraciones u otros países.
Ocurrirá en un contexto desfavorable para el país que a raíz de la pandemia de covid vio menguar la prestación de servicios profesionales en el exterior, el turismo y las remesas, sus principales fuentes de ingresos.
A ello se suma el peso de la deuda externa, el no acceso a créditos de organismos financieros internacionales y más de un centenar de medidas de la administración estadounidense, durante el mandato saliente de Donald Trump, para endurecer el embargo que Washington aplica contra La Habana desde 1962.
Para Mauricio de Miranda, un economista cubano residente en Colombia, en este país insular con 11,2 millones de habitantes no ocurrirá una unificación monetaria total porque “se mantiene la dolarización parcial de la economía y la segmentación del mercado doméstico de ciertos bienes”.
El experto alude a la apertura, desde 2019, de decenas de establecimientos comerciales en todo el país con una amplia gama de insumos, incluidos artículos de aseo y alimentos, para quienes dispongan de tarjetas electrónicas respaldadas por depósitos en una decena de monedas extranjeras, entre ellas el dólar.[
Las autoridades han argumentado que la medida busca recaudar divisas para la compra de productos con los cuales abastecer el resto de la red de tiendas donde concurre la mayoría de la población.
El ordenamiento “será complejo, porque desde un inicio generará una inflación calculada, pero deberá evitarse una hiperinflación, ya que cuando se incrementen unos precios, los servicios relacionados se van a incrementar”, analizó Pérez.
El analista mencionó afectaciones en los ahorros de las familias cubanas que, si bien mantendrán sus cuentas al cambio establecido, “el poder adquisitivo de esos capitales bajarán por la esperada subida de los precios”.[related_articles]
Además, opinó Pérez, “el incremento de los precios de la electricidad, será un freno al desarrollo de algunas actividades. Los restaurantes privados, por ejemplo, tendrán que bajar la calidad de los servicios –con salones sin aire acondicionado-, o encarecer sus platos, con una posible merma de clientes, enormes gastos e incluso, necesidad de cierre”.
El alza de las tarifas eléctricas centra las preocupaciones ciudadanas con respecto al incremento de precios y la eliminación de subsidios, pues un porcentaje significativo de las familias cubanas cocinan con este tipo de energía y los equipos de ventilación resultan indispensables en un país tropical de altas temperaturas casi todo el año y muy elevada humedad relativa.
Las autoridades refieren que aún con el nuevo escenario la electricidad mantiene subsidios por casi 18 000 millones de pesos del presupuesto del Estado, con los cuales se asume parte de los costos del servicio de los núcleos más vulnerables, además de beneficiar a 89 por ciento de la población.
El 12 de diciembre, Díaz-Canel y su antecesor Raúl Castro recorrieron la Zona Especial de Desarrollo Mariel, el centro logístico y portuario a unos 45 kilómetros al oeste de La Habana, presentado desde 2008 como una de las principales apuestas de la reforma económica.
La visita pudiera interpretarse como otra señal hacia los inversores extranjeros, incluido el sector empresarial estadounidense, que no serían indiferentes a un dinámico proceso de reformas aperturistas en la isla.
Analistas consultados por IPS consideran que aunque lo impide el embargo, Cuba debiera ser un mercado natural de las producciones norteamericanas y la isla tener en el país vecino un destino preferencial para sus exportaciones, separados por solo 90 millas náuticas (167 kilómetros) del estrecho de la Florida.
El demócrata Joe Biden, quien sucederá a Trump el 20 de enero, ha asegurado que retomaría la normalización de relaciones bilaterales iniciada en 2015 con la administración de Barack Obama (2009-2017), de quien fue su vicepresidente.
ED: EG