La acuicultura crece como recurso contra el hambre

Un recurso fundamental contra el hambre serían los productos de la acuicultura.
Mujeres recolectan almejas en una playa de Túnez. La acuicultura es vista como un recurso para incrementar los alimentos disponibles para la población mundial y bajar la presión sobre la pesca objeto de captura. Foto: Amine Landoulsi/FAO

Los productos de la acuicultura pueden ser decisivos para alimentar a la humanidad y ayudar a preservar la salud de los océanos y de las especies que los habitan, indicó un reporte sobre esa creciente actividad divulgado este miércoles 18 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

“El potencial de la economía azul sostenible para alimentar al mundo es inmenso. El océano cubre 70 por ciento de la superficie del planeta y bajo ella está más de 90 por ciento del espacio habitable del globo”, según Peter Thomson, enviado del secretario general de las Naciones Unidas para los océanos.

Thomson dijo que con la economía azul (desarrollo de las actividades económicas oceánicas de forma integrada y sostenible) “los mares desempeñarán un papel importante en la erradicación del hambre en todo el mundo”.

Según la FAO, ya en 2018 la acuicultura alcanzó un récord productivo de 114,5 millones de toneladas, con más de 82 millones de toneladas de productos animales (pescados, mariscos, moluscos) en aguas oceánicas y continentales.

La producción acuícola vegetal –plantas acuáticas como las algas- se calcula alrededor de 30 millones de toneladas –se la usa en alimentos, fertilizantes y farmacia-, a distancia ciertamente de rubros como los cereales, de los que la producción mundial sobrepasa los 2700 millones de toneladas.

Como medida de comparación, la producción mundial de carne de cerdo supera los 100 millones de toneladas, la de pollo está cerca de esa cifra y la carne vacuna pasa de 60 millones de toneladas.

Esos volúmenes contrastan con otras cifras de la FAO, como la de que un tercio de la producción mundial de alimentos se pierde en las cadenas de su comercialización y consumo, y de que 690 millones de personas en el mundo padecen hambre y decenas de millones pueden sumarse por el impacto de la pandemia covid-19.

La acuicultura es propuesta como una alternativa para superar esas situaciones mientras aumenta la población mundial, actualmente 7800 millones de personas y previsiblemente 9700 millones en 2050.

Desde 2016 la acuicultura se convirtió en la principal fuente de pescado disponible para consumo humano, con volúmenes superiores a los 74 millones de toneladas que a ese fin aportó la pesca de captura, marina y continental.

La FAO sostiene que el deterioro de las reservas pesqueras y la captura excesiva de peces en su hábitat natural es un problema permanente, pues 30 por ciento de especies “no se encuentra dentro de unos niveles biológicamente sostenibles” y otro 60 por ciento está en riesgo de caer a un nivel similar.

Pero con una gestión sostenible, la acuicultura “podría tener un efecto transformador en la forma en que alimentamos a la población mundial”, según la FAO, y expertos como Wenche Gronbrekk creen que la actual cantidad de alimentos de origen marino podría multiplicarse por seis, si se dan las condiciones adecuadas.

Grønbrekk, ejecutiva de la trasnacional noruega de cultivo de salmón Cermaq, reconoce que persisten problemas ambientales, pues la acuicultura puede conllevar la destrucción de hábitats marinos, el uso de productos químicos y medicamentos veterinarios perjudiciales, y la generación de residuos contaminantes.

Martin Exel, director de Seabos, una alianza de empresas que apoya la Plataforma de Acción Empresarial Oceánica Sostenible del Pacto Mundial de las Naciones Unidas,  dijo que ese grupo trabaja con científicos para impulsar tecnologías que puedan resolver los desafíos de la producción de alimentos de origen marino.

Entre esos desafíos mencionó “los efectos del cambio climático, la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, la esclavitud, la eliminación de los plásticos oceánicos y la forma de reducir el uso de antibióticos en la acuicultura, especialmente los que son fundamentales para la salud humana”.

Thomson considera necesario “el desarrollo de nuevas formas de acuicultura sostenible con especies y piensos adecuados, la maricultura (el cultivo de las plantas y animales marinos), el cultivo de mariscos, y prestar mayor atención a las macroalgas para la alimentación humana y animal”.

Los mayores productores mundiales de acuicultura animal son China, con 47,5 millones de toneladas (58 por ciento del mundo), India con siete millones, Indonesia con 5,4, Vietnam con 4,1 y Bangladesh con 2,4 millones de toneladas.

En la producción de algas, principal recurso de la acuicultura vegetal, también es líder China con 18,5 millones de toneladas de peso vivo, seguida de Indonesia con 9,3 millones de toneladas, y a distancia de ellos Corea del Sur, Filipinas, Corea del Norte, Japón, Malasia y Tanzania.

A-E/HM

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