Por el petróleo, Uganda se olvida del oro

El gobierno de Uganda pone su atención en la riqueza petrolera y olvida por ahora los vastos recursos mineros. Crédito: Wambi Michael/IPS

Uganda se dispone a explotar unos 2.000 millones de barriles de petróleo descubiertos cerca de su frontera occidental, mientras presta poca atención a grandes recursos mineros que se encuentran en algunas de las zonas más pobres de este país.

Las riquezas minerales ugandesas deberían aprovecharse para crear empleos y combatir la pobreza, dijo a IPS el director ejecutivo del no gubernamental Instituto de África para la Gobernanza Energética, Dickens Kamugisha.

“Los ingresos de esa rica base de recursos tienen potencial para transformar nuestra economía. Se podría así redoblar la lucha contra la pobreza y las enfermedades y mejorar los servicios sociales para todos los ugandeses”, sostuvo.

Esta nación de África oriental cuenta con importantes yacimientos de oro, cobre, cobalto y uranio.

En 2006 se descubrieron reservas petroleras de unos 2.000 millones de barriles (de 159 litros) en la zona del lago Albert, cerca de la frontera con la República Democrática del Congo.

Uganda redujo la proporción de población pobre de 50 por ciento, en los años 90, a 24,5 por ciento en 2010, según el Informe 2013 de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

No obstante, la pobreza sigue arraigada en algunas áreas rurales, donde viven más de 85 por ciento de los 36 millones de habitantes.

El informe “Is anybody listening?” (¿Alguien está escuchando?), publicado en octubre por la Red de Asesoría sobre la Pobreza Crónica, señala que, a pesar del crecimiento económico sin precedentes de Uganda, “el desempleo todavía es alto, mientras los más pobres y los más vulnerables siguen teniendo dificultades para acceder a servicios sociales básicos”.

“Por ejemplo, más de 30 por ciento de las niñas y los niños de los hogares pobres no están inscriptos en la escuela”, según el estudio.

En las últimas dos décadas, el producto interno bruto de este país creció en promedio 7,5 por ciento al año.

Según Onesmus Mugyenyi, analista de la Coalición de Defensores para el Desarrollo y el Ambiente, el grado de pobreza persistente se relaciona estrechamente con la incapacidad del gobierno para explotar en forma sostenible los recursos naturales.

La población rural “se emplea en actividades que dependen de recursos naturales, particularmente la agricultura. Por tanto, una explotación sostenible es clave para reducir la pobreza”, dijo Mugyenyi a IPS.[related_articles]

El analista reconoció que hay leyes y políticas adecuadas para administrar la riqueza natural, pero no se aplican.

“Estamos degradando los mismos recursos que deberíamos aprovechar para reducir de la pobreza”, afirmó.

El ministro de Desarrollo Minero, Peter Lokeris, admitió que el gobierno aún no cuenta con la capacidad necesaria para explotar en forma provechosa la minería, el petróleo y el gas.

“Se necesita experiencia y recursos financieros. Hemos puesto en práctica leyes y construido capacidades para comenzar la explotación de esos minerales”, dijo a IPS.

Por ahora, esa explotación se hace ilegalmente.

Los mineros artesanales se dedican a la extracción informal de oro con métodos inadecuados que ponen en riesgo su propia vida, indicó Kamugisha. “Lo peor de todo es que no se puede seguir el rastro del oro extraído, pues no es declarado”.

Kamugisha estima que esa minería artesanal produjo 28,3 millones de dólares en oro en 2008, mientras las exportaciones formales del metal totalizaron 35,3 millones de dólares.

En Karamoja, noreste de Uganda, hay yacimientos de más de 50 minerales. Pero su población está hundida en la pobreza.

Alrededor de 82 por ciento de los habitantes de Karamoja son pobres, y solo ocho por ciento tienen acceso a saneamiento, según datos de la Oficina de Estadísticas de Uganda.

La desnutrición aguda afecta a 10,9 por ciento de los habitantes de la zona, mientras el promedio nacional es de seis por ciento.

“El sector minero en Karamoja se caracteriza por métodos insostenibles, malas condiciones sanitarias y de seguridad, trabajo infantil, desigualdad de género, precios injustos y degradación ambiental”, describió Isaac Kabong, director ejecutivo de la Organización Cristiana Ecológica, en diálogo con IPS.

La extracción de recursos naturales es difícil en la región por la inseguridad reinante, que debe atribuirse al abigeato y a los choques entre clanes tribales, según Bob Opio, representante del gobierno central en Moroto, uno de los siete distritos de Karamoja.

Este clima «abrió la puerta a los contrabandistas de minerales de países vecinos, como Sudán del Sur y Kenia. En medio de esa confusión, la autoridad del distrito no puede recolectar las regalías que beneficiarían a la población local de Karamoja”, explicó Opio a IPS.

En la Actualización Económica de Uganda, publicada en agosto, el Banco Mundial insistió en la necesidad de diversificar la base económica y proveer nuevas fuentes de empleo.

Según el informe de la Red de Asesoría sobre Pobreza Crónica, la mayoría de los ugandeses dependen de la agricultura para subsistir.

“Aunque la economía de Uganda creció rápidamente en la mayor parte de la década pasada y seguirá haciéndolo, una significativa proporción de la población no se beneficia de esa expansión”, dice en el informe Philippe Dongier, director del Banco Mundial para este país, Tanzania y Burundi.

Uganda, según el estudio, debe administrar la fuerza laboral para que abandone la agricultura de subsistencia y se incorpore al sector industrial y de servicios.

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