Puja por aumento del salario mínimo federal en EEUU

Presidente Barack Obama con el senador Tom Harkin en el salón oval de la Casa Blanca. Crédito: Fotografía oficial de la Casa Blanca de Pete Souza.

En su discurso sobre el Estado de la Unión de principios de año, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, reclamó que se aumente el salario mínimo federal, que el Congreso legislativo mantiene inamovible desde 2007 pese a varios intentos.

En el Senado se tramita un proyecto de este tipo que cuenta con mejores posibilidades que anteriores de ser aprobado gracias a la mayoría existente del gobernante Partido Demócrata.

Es que el denominado proyecto de ley de Salario Mínimo Justo de 2013 fue presentado por el senador demócrata Tom Harkin, del estado de Iowa, y cuenta con 29 patrocinadores.

Además hay una iniciativa similar en la Cámara de Representantes, presentada por George Miller, del estado de California y también demócrata, que cuenta con 140 firmas.

El 15 de marzo, la mayoría de los representantes consideraron un aumento del salario mínimo de forma indirecta, a través de una moción de agregarlo a otra norma sobre el desarrollo de la fuerza laboral. Pero fracasó al recibir 184 votos a favor y 233 en contra. Ningún republicano la apoyó.

“Sabemos que nuestra economía está más fuerte cuando recompensamos un trabajo diario honesto con un salario honesto. Pero en la actualidad, un trabajador de tiempo completo que gana el salario mínimo recibe solo 14.500 dólares al año”, señaló Obama, el 12 de febrero. “Aun con exenciones fiscales, una familia con dos hijos que cobre ese monto vive en la pobreza”, afirmó.

“Esta noche, declaremos que en la nación más rica de la Tierra, nadie que trabaje tiempo completo debería vivir en la pobreza, y aumentemos el salario mínimo federal a nueve dólares la hora. Deberíamos poder lograr eso”, añadió.

“Cuando escuché eso, casi me abalanzo sobre la televisión y le doy un beso”, dijo la reverenda Harriet Bradley, del capítulo de Atlanta de la organización 9to5. “Decía la verdad”, añadió. El actual salario mínimo federal es de 7,25 dólares la hora.

[related_articles]Bradley trabaja como enfermera a domicilio para personas afiliadas a Medicare. También recibe un reembolso de dos dólares por hora por traslados, pero no tiene atención médica ni ningún otro beneficio. Vive en un hotel donde paga por semana, no mensual, porque le resulta más económico que un apartamento pequeño.

Al ser consultada sobre cómo hace para sobrevivir, respondió: “El Señor, Jesucristo me ayuda todos los días”.

El último aumento del salario mínimo federal fue en 2009, correspondiente al incremento otorgado por el Congreso en 2007.

El valor real del salario mínimo federal es en la actualidad 31 por ciento menor que en su máximo de 1968, pese a que la productividad aumentó. Si hubiera aumentado acorde a la inflación desde 1960, en la actualidad estaría en más de 10 dólares la hora.

Pero si hubiera aumentado con el incremento de la productividad de los trabajadores, se ubicaría en los 22 dólares la hora.

Como el salario mínimo está por debajo de la línea de pobreza, muchos trabajadores están obligados a recurrir a programas de ayuda social para vivienda y cupones de alimentos, entre otros.

El Comité de Salud, Educación, Trabajo y Pensión (HELP, en inglés) solicitó el 14 de marzo que los futuros aumentos estén atados a la inflación, un hito en la historia de este país.

Solo tres senadores participaron en la sesión del comité: los demócratas Harkin y Elizabeth Warren, de Massachusetts, junto al republicano Lamar Alexander, de Tennessee.

Harkin es un gran defensor de la clase trabajadora, que se retirará al término de su actual mandato. Pero una de sus mayores prioridades antes de eso es lograr que se apruebe un aumento del salario mínimo federal.

En la misma sesión, Warren fue muy dura con dos pequeños empresarios que arguyeron que forzarlos a aumentar el salario los obligaría a despedir trabajadores.

Diecinueve de los 50 estados de este país tienen salarios mínimos más altos que el federal y 10 de ellos está atado al índice de inflación.

En la sesión del comité, Arindrajit Dube, profesor de economía de la Universidad de Massachusetts, testimonió que en los estados con salarios mínimos más altos se perdieron pocos o casi ningún puesto de trabajo.

Aumentarlo es “importante porque la desigualdad en Estados Unidos aumenta desde hace décadas, y los que están en los cargos más altos se llevan la recompensa por la mayor productividad de la economía”, indicó Roger Hickey, uno de los directores de la organización Campaign for America’s Future.

“Un aumento del salario base, que no hay desde hace muchos años, no solo beneficiaría a las familias a las que les cuesta llevar el pan a la mesa, sino que es bueno para el crecimiento económico si más personas con bajos salarios tienen un aumento de sueldo”, explicó.

“Habrá mayor demanda en la economía para los productos y servicios que las corporaciones producen y tendremos un mayor crecimiento, por lo tanto, más empleo; todo el mundo gana”, remarcó.

“Creo que está asumido que se tratará antes del debate sobre el proyecto de ley de inmigración, y, con suerte, se apruebe. Pero si los republicanos lo frenan o lo rechazan, será, sin duda, un asunto electoral”, añadió.

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