Africanos jóvenes desafían la tradición de tener muchos hijos

El ugandés Charles Kayongo es padre de dos niñas pequeñas. Aunque las tradiciones de su grupo étnico, los baganda, le obligan a tener un gran número de hijos, él se niega.

Como varios otros padres jóvenes con escasos recursos en este país de África oriental, que añoran un modelo de vida más moderno, Kayongo afirma que él y su esposa, Eunice, quieren una familia pequeña.

"Es suficiente. No quiero más hijos. Yo discutí esto con mi esposa, y hemos usado píldoras y condones en los últimos dos años. Los costos de los alimentos, de la escuela y de los medicamentos ya son demasiado altos para mí", dijo a IPS este hombre de 33 años en su hogar en la localidad de Mukono, en las afueras de Kampala.

Kayongo, propietario de un bar, dijo que gasta 10 dólares al día en su familia, y gana un total de 440 al mes.

"Estoy interesado en la planificación familiar porque nos ayuda a tener una vida mejor. Me aseguro de ir con mi esposa a la clínica. Tengo que pensar en las finanzas de mi familia", señaló.
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Uganda, con 34 millones de habitantes en la actualidad, es uno de los países con mayor crecimiento poblacional del mundo, con una tasa anual de 3,2 por ciento.

"Cada año se suman un millón de personas, pero los recursos no crecen en el mismo ritmo", explicó a IPS el jefe de programas de la Secretaría de Población del Ministerio de Finanzas, Planeamiento y Desarrollo Económico, Anthony Bugembe.

Kayongo integra una nueva generación de esposos jóvenes ugandeses que comienzan a desafiar las largas tradiciones africanas sobre paternidad, y prefieren tener familias menos numerosas y por tanto más fáciles de mantener.

Lynda Birungi, de la organización no gubernamental Salud Reproductiva en Uganda, dijo que cada vez más padres jóvenes aceptan el control de la natalidad, sobre todo por motivos financieros. Sin embargo, estos hombres todavía son minoría.

"De cada cinco mujeres que vienen a nuestra clínica, solo una viene acompañada de un hombre. Pero hace más de 20 años no venía ninguno. Ahora, la generación de padres jóvenes quiere un mejor nivel de vida y siente que esto solo lo puede lograr teniendo familias más pequeñas", explicó Birungi.

Mientras, en la sudoriental nación africana de Malawi, lo que comenzó como un teatro itinerante conformado por 10 oficiales de policía hace 11 años se transformó en un movimiento integrado hoy por más de 1.000 hombres que crean conciencia contra la violencia de género, los embarazos no deseados y la mortalidad materna

La Conferencia de Hombres Itinerantes (MTC, por sus siglas en inglés), que integran también algunas mujeres, es financiada por el gobierno de Noruega y el Fondo de Población de las Naciones Unidas.

En 2003, la MTC celebró de manera original la campaña anual internacional "16 días de activismo contra la violencia de género".

Hombres de Etiopía, Kenia y Zambia convergieron entonces en la capital malauí, Lilongwe, luego de largos viajes en autobús. En el camino, se detenían en cada comunidad por la que pasaban y dejaban un mensaje contra la violencia de género.

Desde entonces, cada diciembre, miembros de la MTC viajan en autobús por varias comunidades de Malawi para crear conciencia entre los hombres.

Wisdom Samu es integrante de la MTC. En septiembre de 2001, perdió a su esposa poco después de que esta diera a luz a su séptimo hijo.

"Gracias a la MTC entendí que yo tenía la culpa. Nunca permití a mi esposa el uso de métodos de planificación familiar porque yo quería más hijos", dijo a IPS.

Samu desde entonces persuade a otros hombres de su comunidad en Namitete, a 50 kilómetros de Lilongwe, para que también adopten métodos de control de natalidad.

"Les digo que escuchen a sus esposas y planifiquen con ellas, que les permitan usar métodos modernos de planificación familiar", señaló.

Hay historias similares a las de Samu en todo Malawi, un país donde cada día mueren 13 mujeres por complicaciones en el embarazo.

"Fueron esas atemorizantes estadísticas las que nos hicieron pensar… Aceptamos reunir y movilizar a hombres de todos los niveles y sectores para difundir estos temas a través de obras de teatro, canciones y debates", dijo a IPS la presidenta de la organización no gubernamental malauí Red de Coordinación sobre Género, Emma Kaliya.

Mientras, Malí, en el oeste del continente, hace lentos pero firmes avances.

La tasa de mortalidad materna en ese país cayó de 582 a 464 fallecimientos por cada 100.000 nacidos vivos entre 2001 y 2006, según un informe de 2010 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Esto se logró en parte gracias a las intensas campañas para involucrar a los hombres en la planificación familiar.

"Hace 10 años, mi clínica en Bamako solía recibir solo a mujeres, pero hoy vienen acompañadas por sus esposos, y eso para mí es una señal de que lo que estamos haciendo está funcionando", dijo Mountaga Toure, director ejecutivo de la Asociación Malauí para la Protección y Promoción de la Familia (conocida por su acrónimo francés AMPFF).

La asociación está afiliada a la Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF, por sus siglas en inglés).

"A veces veo a hombres que vienen por su propia cuenta para retirar anticonceptivos para sus parejas, y explican que sus esposas están demasiado ocupadas", dijo Toure en entrevista telefónica con IPS.

Eso refleja un enorme cambio en un país como Malí, de fuertes tradiciones islámicas.

Toure señaló que la AMPFF, en sociedad con la IPPF, motiva a los hombres a hablar sobre temas que siempre han sido considerados tabú.

"Para hacerlos entender, hablamos sobre la economía, sobre si un hombre puede mantener a 10 hijos… Esto les ayuda a comprender la razón por la cual necesitamos planificar con sus esposas cuántos hijos son capaces de mantener sus bolsillos", señaló.

* Con aporte de Mabvuto Banda (Malawi).

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