Interrogantes se ciernen sobre la legitimidad de las elecciones generales de Angola, en las que José Eduardo dos Santos fue reelecto presidente, cargo que ocupa desde 1979.
El Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA), que gobierna este país desde la independencia de Portugal en 1975, obtuvo la mayoría parlamentaria en los comicios del viernes 31 de agosto, con poco menos de 72 por ciento de los sufragios.
De acuerdo con la Constitución de 2010, el líder del partido con mayor cantidad de sufragios se convierte en presidente, por lo cual Dos Santos se mantiene en el cargo.
Su contrincante durante la guerra civil, la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (Unita), quedó en segundo lugar con cerca de 19 por ciento de los votos, casi duplicando los que obtuvo en los comicios de 2008.
La guerra civil de 27 años terminó en 2002, y desde la independencia en 1975 solo hubo dos elecciones.
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En tercer lugar quedó la Convergencia Amplia de Salvación de Angola Coalición Electoral (CASA-CE), con seis por ciento de los sufragios, según los resultados provisorios divulgados esta semana por la Comisión Nacional Electoral.
El MPLA, cuya ostentosa campaña habría costado en el entorno de los 70 millones de dólares, celebra su victoria, pero Unita, CASA-CE y organizaciones de la sociedad civil se disponen a presentar recursos contra el resultado electoral.
Una vez comunicados los resultados finales, hay un plazo de 48 horas para que un partido presente un reclamo ante el tribunal constitucional.
Unita emitió un comunicado el lunes 3 diciendo que llevaba su propio conteo de votos y que seguía de cerca los resultados provisorios divulgados por la Comisión Electoral.
También criticó al organismo por emplear personal de seguridad del gobierno para cuidar los centros de votación, cuestionó el proceso de transmisión de datos y se quejó de que muchos delegados y observadores no habían podido acreditarse para supervisar el proceso electoral.
El partido critica desde hace meses a la Comisión Electoral y a la organización de las elecciones, denunciando una manipulación por parte del MPLA. Las quejas se concentraron en las listas de habilitados, en cómo fueron elaboradas, auditadas y compartidas.
Unita sostiene que se agregaron miles de "votantes fantasmas" y que la demora en difundir la lista final hizo que mucha gente no pudiera votar.
"No permitiremos otro fraude ni reconoceremos la legitimidad de un gobierno surgido de elecciones realizadas fuera de la ley", declaró el líder de Unita, Isaías Samakuva, una semana antes de los comicios.
Muchas personas no pudieron votar porque no figuraban en la lista de habilitados. A otros les dijeron que estaban registrados pero a varios cientos de kilómetros, en otra provincia.
Los resultados provisorios difundidos por la Comisión Electoral muestran que el porcentaje de votantes disminuyó significativamente, pues en 2008 concurrieron a las urnas 80 por ciento de los habilitados, y este año 60 por ciento. Incluso en la capital la asistencia fue menor, de 50 por ciento.
Sin embargo, delegaciones de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC), la Unión Africana (UA) y la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa elogiaron el trabajo de la Comisión Electoral.
El jefe de la misión de la UA, Pedro Pires, expresidente de Cabo Verde, señaló algunas dificultades como la demora en la acreditación de delegados y observadores partidarios, el injusto acceso al espacio de medios públicos y las dificultades para garantizar el sufragio.
Pero señaló que los comicios fueron "libres, justos, transparentes y creíbles".
El canciller de Tanzania, Bernand Membe, quien encabezó la misión de la SADC, reconoció algunos de los argumentos de la oposición.
"Pensamos que algunas de las cuestiones que plantean son pertinentes, pero no con la magnitud como para afectar la credibilidad de todo el proceso electoral", señaló.
El rapero y activista Luaty Beirao, quien participó en varias manifestaciones y ayudó a diseñar un sitio de Internet donde se publican quejas de la ciudadanía, dijo a IPS que estaba muy decepcionado con el punto de vista de la misión de observación.
"¿Cómo pueden considerar justas estas elecciones?", preguntó. "¿Cómo puedes decir que todo estuvo bien solo porque no hubo enfrentamientos y la gente no tiró cosas contra los automóviles ni quemó llantas en la calle?".
"La paz no es la única forma de analizar si unas elecciones son justas y libres. Debemos analizar la enorme cantidad de personas que no pudieron votar", explicó.
Beirao, quien estuvo varias veces preso por su activismo, añadió: "Las elecciones fueron fraguadas y este gobierno no es legítimo".
La Comisión Electoral negó irregularidades y el MPLA acusó a la oposición de denunciar el fraude para distraer la atención de su mala votación.
Pero el MPLA ya se adjudicó la victoria y muchos ciudadanos parecen ignorar las acusaciones de Unita.
Avelino Pacheco, de 22 años y residente de Luanda, dijo a IPS: "Me parece que estas elecciones estuvieron muy bien y pudimos elegir a quien queríamos. La gente eligió al MPLA y al presidente Dos Santos".
"No hubo fraude, tenemos que respetar la elección de la gente", dijo Pacheco, quien estudia estadística.
Una mujer que hacía cola esperando un taxi y que no quiso dar su nombre dijo a IPS: "No importa el resultado, el MPLA está en el poder y así seguirá por mucho tiempo. Tenemos que aceptarlo".
Los otros seis partidos y coaliciones, incluido el histórico Frente Nacional para la Liberación de Angola, y el Partido de Renovación Social, compartieron el restante tres por ciento de los sufragios.
Este país rico en petróleo ha tenido un crecimiento espectacular desde 2002, y se prevé que este año el producto interno bruto aumente 12 por ciento, pero muy pocas personas se han beneficiado de la bonanza.
Según el Índice de Desarrollo Humano de la Organización de las Naciones Unidas, Angola está en el lugar 148, entre 187 países, y más de la mitad de su población es pobre y sin acceso a servicios básicos.
