FINANZAS: Unctad aconseja inversiones sostenibles

Las inversiones extranjeras directas deben estar dirigidas especialmente al desarrollo sostenible de los países receptores, planteó la Unctad al presentar este jueves 5 su informe anual.

"Es un cambio de óptica. Se aboga por una nueva generación de políticas de inversión que no solo se preocupen por atraerla sino también por maximizar los efectos esperados", dijo a IPS el economista argentino Fernando Porta.

Este académico del Centro Redes de investigación para el desarrollo interpretó así la novedad principal del mensaje incluido en el reporte de la Unctad (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) sobre inversiones presentado este jueves 5 en Buenos Aires y otras capitales del mundo.

El "Informe sobre las Inversiones en el Mundo 2012" está subtitulado como "Hacia una Nueva Generación de Políticas de Inversión". A pedido de los países, hace una reevaluación sobre la atracción de capital y las necesidades del desarrollo.

"Los acuerdos de protección de inversiones empiezan a contemplar en mayor medida el interés de los estados parte", señaló Porta. "La idea es mantener el clima favorable a la inversión, pero dentro de una agenda de desarrollo explícita", remarcó.
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En el marco de esta idea, el informe lanza un nuevo indicador que pretende vincular la inversión extranjera directa con sus efectos en el desarrollo. "Antes, los indicadores eran básicamente cuantitativos. Esto es un intento de mejorar", comentó.

El reporte señala que en 2011 la inversión extranjera directa en el mundo creció 16 por ciento, respecto de 2010, pero prevé un estancamiento para este año debido a la incertidumbre por la crisis financiera internacional y una leve recuperación después.

Los países en desarrollo y las llamadas economías de transición acaparan 51 por ciento de los flujos de capitales, aunque con disparidades. En los países industrializados también hubo un desempeño muy heterogéneo en la captación.

Crecieron las inversiones en China e India, pero cayeron en Asia occidental y en Medio Oriente. En África el mayor volumen lo captó la región subsahariana, especialmente Nigeria y Sudáfrica, y retrocedieron los países del norte.

En cuanto a América Latina, las inversiones extranjeras aumentaron en promedio 16 por ciento el año pasado, pero el desequilibrio es importante, puesto que América del Sur registró un incremento de 34 por ciento y América Central solo cuatro por ciento, mientras que el resto fue para el Caribe insular.

Donde más crecieron en relación al período anterior es en Brasil y en Colombia.

Según el estudio, este incremento de inversiones en América del Sur se debe principalmente a la expansión de sus mercados de consumo, a las tasas de crecimiento económico relativamente altas y a su riqueza en materia de recursos naturales.

También se registró un crecimiento moderado en Argentina, Chile y Perú y, en cambio, en México hubo una caída. Para Porta, la mayor actividad está relacionada con la reinversión de utilidades para el aprovechamiento de mercados internos.

"En Argentina y Brasil hay un relativo fomento de inversiones industriales y barreras comerciales que permiten hacer reservas de mercado y, entonces, las empresas tienden a saltar esas trabas ampliando la capacidad local de producción", explicó.

El informe destaca que en la región hay un repliegue de flujos de Estados Unidos y la Unión Europea y una avanzada de Asia, tanto de países emergentes como de Japón, y también, cada vez más, de otros estados de la región como Brasil, México y Colombia.

En casi todos los casos predominan los proyectos de aumento de la capacidad productiva y, en menor medida, los flujos que van a las adquisiciones y fusiones. Aunque en el caso de Chile, sí predominan estas últimas.

En los países industrializados, las inversiones crecieron hacia Estados Unidos y Canadá, en Europa en menor medida, con debilitamiento fuerte en países en crisis como España, Portugal y Grecia, y cayeron en Japón.

El reporte subraya además la elevada liquidez de las empresas transnacionales -se estima superior a los cinco billones de dólares- y destaca la potencialidad que tienen para financiar el desarrollo en momentos de crisis.

Otro elemento de la internacionalización son los fondos soberanos, de 125.000 millones de dólares. Esos fondos de los Estados, que hace tres o cuatro años no existían como potencial de inversión, hoy son seis o siete por ciento del total, dijo Porta.

El análisis observa mayor tendencia a aplicar restricciones. "La liberalización y la promoción de las inversiones siguen siendo objetivos principales, pero numerosos países sienten la necesidad de reajustar las políticas de ‘puertas abiertas’", señala.

Al respecto, sostiene que los acuerdos bilaterales de inversión perdieron impulso y, en su lugar crecen los que tienen alcance regional. Apunta además que en 2011 se dieron 46 casos de nuevos conflictos relativos a tratados bilaterales.

Algunos de esos casos cuestionan políticas públicas nacionales claves, por lo que los Estados manifestaron un descontento creciente con respecto a las formas de resolución de conflictos entre Estados e inversores y sugieren reformas, advierte.

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