La historia sin fin entre Israel y Palestina

Una segunda reunión entre negociadores palestinos e israelíes se realizó esta segunda semana de enero en Amman y, como se temía, no logró resultados concretos excepto un acuerdo para celebrar otra ronda a fines de mes.

Cómo definir los contactos entre ambas partes es ya un motivo de controversia.

Israel y el llamado Cuarteto (instancia de mediación internacional integrada por la Organización de las Naciones Unidas, la Unión Europea, Estados Unidos y Rusia) hablan de "negociaciones", pero los palestinos dicen que se trata de "conversaciones preparatorias".

De hecho, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, duda que los contactos "maduren para convertirse en verdaderas negociaciones", según fuentes de su país.

Abbas dijo haber aceptado las reuniones solo "como forma de agradecimiento al esfuerzo" mediador del rey Abdalá II de Jordania.
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En diciembre, el monarca visitó la sede de la ANP en la central ciudad cisjordana de Ramalah, mientras el canciller jordano viajó a Belén en Navidad.

Pero el líder palestino sigue condicionando las negociaciones con Israel a su vieja demanda de un congelamiento en la construcción de colonias judías.

El fin de la suspensión de 10 meses en la edificación de los asentamientos, en septiembre de 2010, supuso el cierre de la anterior ronda de negociaciones directas.

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, plantea por su parte que las negociaciones de paz deben reanudarse "sin precondiciones".

Luego de otra reunión con el rey jordano el lunes 9, Abbas prometió "explotar todas las posibilidades, aunque fueran débiles, "para hacer avanzar el proceso de paz", y anunció una tercera reunión el 26 de este mes.

Esa fecha vence el plazo fijado por el Cuarteto para que ambas partes presenten sendas propuestas en temas relacionados con seguridad y fronteras, de cara a la creación de un estado palestino independiente.

La única esperanza es que, aun ante la falta de progresos, los palestinos se aferren a su compromiso con el rey jordano y permitan que las conversaciones continúen más allá de ese plazo.

Abdalá se entrevistará el 17 de enero con el presidente estadounidense, Barack Obama, en la Casa Blanca, para analizar la situación.

Fuentes israelíes citadas en el periódico Haaretz subrayaron que el principal objetivo de los mediadores era impedir que las conversaciones directas se frustraran una vez más.

"Estados Unidos quiere que continúen de esta forma hasta lo más cerca posible de las elecciones presidenciales de noviembre", especularon.

Eso sería un logro al menos respecto de 2011, año que pasó en vanos esfuerzos para resolver el problema del congelamiento de las colonias como requisito para iniciar las conversaciones.

La construcción de asentamientos continuó durante todo el año pasado, según un informe divulgado el martes 10 por la organización no gubernamental israelí Peace Now.

El reporte, titulado "Torpedeando la solución de los dos estados", informa de un pico sin precedentes en la construcción desde 2002.

En 2011, Israel aprobó la edificación de 1.850 unidades de vivienda en Cisjordania, un aumento de 20 por ciento respecto de 2010, cuando la tasa de expansión de colonias ese año fue inusualmente baja debido a la moratoria aprobada por Netanyahu.

Además, el gobierno israelí autorizó la creación de 3.690 apartamentos en barrios judíos ubicados en la ocupada Jerusalén oriental. Hay planes por otros 2.660, y 55 unidades más fueron construidas dentro de barrios palestinos.

El domingo 8, en una columna publicada en el diario The Washington Post, el exintermediario de paz estadounidense Dennis Roos ofreció al Cuarteto sus consejos sobre cómo superar el actual punto muerto.

El polémico diplomático (según funcionarios palestinos, inclinado a favor de Netanyahu) renunció en diciembre luego de 20 años de servicios bajo tres administraciones presidenciales estadounidenses consecutivas.

Durante el gobierno de Obama, Ross habría mantenido un canal secreto con Netanyahu, socavando así el trabajo paralelo del enviado especial de la Casa Blanca a Medio Oriente, George Mitchell, mejor visto por los palestinos.

Mitchell renunció en protesta por ello en mayo de 2011, justo antes de una cumbre entre Netanyahu y Obama en la que el mandatario estadounidense iba a proponer una solución de los dos estados "siguiendo las fronteras de 1967".

Eso significa el respeto de los límites existentes antes de la Guerra de los Seis Días.

En su columna "Cómo romper el estancamiento en Medio Oriente", Ross llamó a adoptar una serie de medidas graduales para generar confianza.

"No debe haber ilusiones sobre las perspectivas de un avance pronto", dijo Ross, coincidiendo con la conocida evaluación del gobierno israelí de que solo se puede aspirar a acuerdos transitorios y a una "administración del conflicto".

El exnegociador estadounidense recomendó que Israel pusiera fin a sus incursiones militares en áreas de Cisjordania bajo control palestino.

También propuso que ampliara las zonas bajo responsabilidad mixta permitiendo una mayor accionar de las fuerzas de seguridad palestinas y un mayor acceso económico palestino a áreas bajo pleno control israelí.

Ya durante su campaña de 2009, Netanyahu habló de lograr una "paz económica" con los palestinos. Pero no ha concretado aún medidas para fomentar la confianza, como propone Mitchell.

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