SIERRA LEONA: No todo lo que brilla es mineral de hierro

La selva de Gola, en Sierra Leona, está en el ojo de la tormenta porque la próxima semana la comunidad lugareña demandará a su jefe por el controvertido contrato de usufructo otorgado a una compañía minera por 50 años.

Miembros de la Jefatura Tonkia sostienen que su territorio ancestral en las montañas de Bagla, en la selva de Gola, fue entregado de forma ilegal en abril por su jefe a la compañía británica Sable Mining.

Las compañías mineras codician ese territorio desde hace tiempo por la posibilidad de extraer mineral de hierro, cuyo valor podría ascender a 150.000 millones de dólares.

El Fondo Monetario Internacional (http://www.imf.org/external/spanish/index.htm) estima que ese recurso natural permitirá que la pequeña economía de Sierra Leona registre el mayor crecimiento del mundo, alcanzando a 51,4 por ciento en 2012 gracias a la actividad minera y a la exportación de mineral de hierro.

"El jefe es el guardián de la tierra, no puede venderla", arguyó Alfred Williams, miembro de la Asociación de Descendientes Tonkia, a IPS. La comunidad no sabía nada hasta que el asunto apareció en la prensa local tras una declaración de Sable Mining a la Bolsa de Valores de Londres.
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La empresa anunció (http://www.sablemining.com/Investments/Iron_Ore/Bagla_Hills.html) en mayo la compra de 80 por ciento de las acciones de la compañía Red Rock Mining, que al parecer arrendó por 50 años 206 kilómetros cuadrados en las montañas de Bagla al jefe Tonkia.

El acuerdo se hizo más polémico cuando el presidente de Sierra Leona, Ernest Bai Koroma, declaró este mes área protegida y parque nacional a 75.000 hectáreas de selvas allí mismo. Se trata de un ecosistema que está entre los 25 sitios más importantes del mundo en materia de biodiversidad.

El gobierno lanzó una investigación sobre el hecho, que calificó de venta ilegal de tierras.

Kate Garnett, de la estatal Unidad de Gestión de Vida Silvestre y Conservación de Bosques, señaló que "Sable Mining fue engañada por un hombre local". El gobierno emitió un comunicado diciendo que la venta de las montañas de Bagla y las actividades mineras en la selva son ilegales.

El director de Minas, Jonathan Sharkar, declaró que el Ministerio de Recursos Minerales (http://www.slminerals.org/content/) nunca había trabajado con Sable Mining Africa.

"Sable Mining nunca solicitó una concesión minera a este país, no tenemos ningún acuerdo con ellos", subrayó Sharkar. Todo derecho sobre tierras es solo de superficie, pues los minerales son propiedad del Estado, añadió.

Un portavoz de Sable Mining, que pidió reserva de su identidad, confirmó (http://tools.euroland.com/investortools/rnsclient/LoadAnnouncement.aspx?aID=10842086&tidm=SBLM&cid=56364&transLang=en&sesLang=&source=rns) que no tienen una licencia para operar en las montañas de Bagla.

La compañía no quiso hacer comentarios respecto del derecho sobre la tierra y remitió a IPS a los comunicados divulgados este año. En ellos señala que los documentos de registros de tierras que prueban que Sable Mining tiene jurisdicción en las montañas de Bagla fueron presentados a la oficina competente. Pero el gobierno niega el hecho.

Sin embargo, este asunto sigue siendo tema de programas de entrevistas de este país de África occidental. También hubo manifestaciones y, en septiembre, el ministro residente William Juana Smith pidió a la prensa que dejara de divulgar historias que pudieran generar conflictos, y amenazó con tomar duras medidas contra quien así lo hiciera.

Pero el tema es delicado porque está relacionado con el sustento de la comunidad, que en una época vivió de la extracción de oro, la venta de madera, el cultivo y la caza. Todo esto se acabará con el contrato de usufructo, indicó Williams.

"Mientras el jefe se enriquece, la población Tonkia queda pobre y apenada, sin escuelas, hospitales ni trabajo. Los jóvenes necesitan trabajo, algunos en la extracción minera y otros en la reserva de Gola", indicó Williams.

Augustine Sannoh, del movimiento de la sociedad civil de Kenema, en la provincia Este, señaló que el jefe comunitario movilizó a una pequeña banda de personas a favor de la minera.

"Él sigue reuniendo apoyo, aun con una demanda en la justicia. El problema es que a la población local le cuesta ver los beneficios económicos del Parque Nacional de la Selva de Gola", indicó.

"Ahora solo puedes conseguir madera y pescar para el consumo personal. Pueden cosechar miel o productos de junquillo para vender, pero tienen un valor económico inferior a la caza y a la minería", explicó.

Williams también dijo que el Programa de la Selva de Gola (GFP, por sus siglas en inglés) que gestiona el parque nacional, todavía debe ayudar a la gente a encontrar alternativas laborales, como prometió.

Pero Gui Marris, del GFP, niega la acusación.

"Ayudamos con caminos, puentes, alcantarillas y centros de salud", indicó. Pero reconoció que es clave ofrecer a la población formas alternativas para ganarse la vida, y preservar la selva.

Hay varios proyectos en marcha, entre ellos uno de comercio de carbono (http://www.carbonplanet.com/REDD) "que podría significar decenas de millones de dólares", así como una pequeña empresa y actividades de ecoturismo.

"Es un proceso, llevará tiempo, pero mientras, tenemos instrucciones de representar al gobierno, no se permiten actividades mineras de personas ni empresas", indicó Marris.

Pero las comunidades siguen creyendo que la minería cambiará sus vidas, observó Garnett.

La Unidad de Bosques tiene previsto llevar a la gente de visita a las minas para "mostrarle cuan pocos impactos positivos tiene la minería", indicó.

"La ley prohíbe las actividades mineras y estamos de acuerdo con la conservación por ahora", señaló Musa Taimeh, presidente de la Asociación de Descendientes de Tonkia. "Pero tengo que decir que la gente quiere a la minería porque es una forma rápida de hacer dinero. Nadie quiere ser pobre, todos quieren ser ricos", añadió.

Natalie Ashworth, de la organización no gubernamental Global Witness (http://www.globalwitness.org/), señaló que la gente tiene una expectativa poco realista de lo que la minería ofrece.

"La gente piensa que cambiará todo y que habrá miles de puestos de trabajo, lo que, por supuesto, no es así. Dudo que Sable Mining hubiera adquirido Red Rock Mining si no pensara obtener en algún momento un contrato de explotación", arguyó.

"Mientras Sierra Leona siga siendo pobre, la selva de Gola seguirá amenazada", sentenció.

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