Las fuerzas de seguridad de la República Democrática del Congo (RDC) son responsables de la muerte de por lo menos 24 personas desde el 9 de este mes, cuando se anunció la reelección el presidente Joseph Kabila, aseguró Human Rights Watch (HRW).
«Al menos 24 personas fueron asesinadas por las fuerzas de seguridad entre el 9 y el 14 de diciembre, incluyendo a 20 en Kinshasa, dos en la oriental provincia de Kivu del Norte y dos en la central Kasai Occidental», señaló este jueves 22 la organización humanitaria internacional, con sede en Nueva York.
HRW «también documentó un incidente en el que jóvenes locales en Kinshasa lanzaron piedras contra un sacerdote que luego murió de las heridas».
Desde que la Comisión Electoral de la RDC divulgó los resultados el 9 de este mes, señalando que Kabila había ganado los comicios celebrados el 28 de noviembre, «las fuerzas de seguridad han disparado contra pequeñas multitudes, al parecer intentando impedir protestas», dijo Anneke Van Woudenberg, investigadora sobre África en HRW.
Entre las víctimas hay una mujer de 21 años que murió baleada cuando la policía disparó contra manifestantes opositores en Kinshasa, la capital del país, según el grupo. La sobrina de la mujer, de ocho años, también recibió un disparo en la garganta y fue internada en un hospital, informó.
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HRW señaló que recabó la información de activistas locales y testigos.
Las fuerzas de seguridad habrían intentado ocultar las muertes removiendo rápidamente los cadáveres, indicó HRW, mientras que unidades militares, incluyendo la guardia presidencial, fueron acusadas de mantener detenidas a varias personas en campamentos castrenses.
«Diversas fuentes informaron a HRW que el gobierno había instruido a los hospitales y a las morgues que no proveyeran información sobre el número de muertos ni detalles sobre heridos de bala a los familiares, a grupos de derechos humanos y a personal de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), entre otros», indicó el grupo.
«La ONU y los socios internacionales del Congo deberían exigir urgentemente al gobierno que controle a sus fuerzas de seguridad», afirmó.
«Tácticas sangrientas» «Estas tácticas sangrientas socavan aun más el proceso electoral y dejan la impresión de que el gobierno está dispuesto a hacer todo lo necesario para permanecer en el poder», dijo Van Woudenberg.
El grupo por los derechos humanos señaló que, tras entrevistar a 86 víctimas y testigos, recibió «decenas de informes de otros asesinatos y ataques perpetrados por las fuerzas de seguridad que ahora trata de confirmar, mientras prosigue sus investigaciones.»
En un informe anterior, HRW indicó que 18 personas habían sido asesinadas por las fuerzas de seguridad congoleñas en vísperas de las elecciones, algo negado rotundamente por el gobierno.
La oposición en la RDC no reconoció la victoria de Kabila, arguyendo fraude, lo que desató protestas callejeras. El proceso electoral también fue criticado por observadores locales y extranjeros, que constataron irregularidades.
La Comisión Electoral le adjudicó a Kabila 49 por ciento de los sufragios, mientras que el principal líder opositor, Etienne Tshisekedi, se quedó con 32 por ciento.
Tshisekedi, de 79 años, cuestionó los resultados, reconocidos por la Suprema Corte y la Comisión Electoral.
Kabila juró el martes 20 por otro periodo de cinco años, y se teme que Tshisekedi realice, como señal de protesta, una ceremonia propia de asunción, lo que podría agravar la violencia.
* Publicado en acuerdo con Al Jazeera.
