COREA DEL NORTE: Pyongyang facilita ingreso de ayuda

«Aun si 100.000 personas murieran de hambre en Corea del Norte, los extranjeros que están allí no se enterarían», dijo un trabajador humanitario que pasó tres años en ese país.

"Toda agencia que trabaja en el país debe hacer una notificación al gobierno siete días antes de visitar cualquier lugar", añadió al hablar con IPS a condición de mantener el anonimato. "Es tiempo suficiente para cubrir la evidencia".

La escasez crónica de alimentos en Corea del Norte revive el temor de que se repita la hambruna ocurrida a mediados de los años 90, en la que habrían muerto entre 500.000 y un millón de personas.

Pero ahora, algunos de los tradicionales obstáculos impuestos a los pocos trabajadores humanitarios internacionales en esa nación asiática están siendo levantados.

El trabajador humanitario consultado por IPS calificó de "sin precedentes" e "innovador" el acuerdo firmado en abril entre el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y Pyongyang para proveer comida a 3,5 millones de personas, en su mayoría madres, niños, niñas y ancianos.
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El convenio le otorga al personal de esa agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) una inusual libertad para supervisar las entregas en 107 de los 208 condados norcoreanos. También permite visitas a determinados lugares con apenas 24 horas de notificación previa, conexión a Internet para seguir de cerca los envíos de ayuda y entrega de visas a personas de "cualquier nacionalidad".

"Hemos tenido las más rigurosas condiciones para operar durante 15 años", dijo Marcus Prior, portavoz de la oficina del PMA en Asia, con sede en Bangkok. "Visitar mercados locales en áreas rurales para comprender el panorama de la alimentación es algo nuevo".

Esa concesión en un país que ha sido gobernado por una dictadura comunista desde 1948 le ha permitido al PMA asegurar que la ayuda alimenticia descargada en el puerto de Nampo llegue a los destinatarios.

"El personal del PMA tiene acceso a toda la cadena de entrega: el puerto, el almacén, los camiones, los controles en los puntos de destino en escuelas, hospitales y orfanatos", explicó Prior en una entrevista.

Las operaciones del PMA desde mayo son parte de una medida de emergencia para atender "la urgente hambre entre 3,5 millones de personas vulnerables", la mayoría de las cuales viven en terrenos montañosos.

En marzo, la ONU calculó que se necesitarían unas 430.000 toneladas de ayuda para alimentar a más de seis millones de las 24 millones de personas afectadas.

"Permitir al PMA ese acceso para seguir de cerca sus operaciones de ayuda debe ser celebrado", opinó el tailandés Vitit Muntarbhorn, ex reportero especial de la ONU para los derechos humanos en Corea del Norte.

"Va de acuerdo con el principio ‘sin acceso, no hay alimentos’, que ha mantenido la ONU", destacó.

"La ayuda humanitaria debe ser incondicional y transparente para asegurar que la comida llegue a las víctimas", dijo a IPS este profesor de derecho, a quien se le ha negado ingreso a Corea del Norte durante seis años.

La nueva crisis alimentaria norcoreana se hizo evidente en enero, cuando Pyongyang informó al PMA que se habían agotado las reservas. Este año, la escasez de alimentos está relacionada con las condiciones climáticas adversas, y no con el recorte de la ayuda que brindaba Corea del Sur.

Las fuertes lluvias que azotaron 20 por ciento de las llanuras cultivables el verano boreal de 2010 destruyeron las cosechas, incluyendo los vegetales para el "kimchi", el plato más popular del país, de acuerdo con un informe especial de la ONU.

El duro invierno que siguió congeló los campos de cebada y trigo.

Corea del Sur, que detuvo su embarque anual de 400.000 toneladas de arroz a partir de 2008, apenas se conmovió ante la nueva crisis norcoreana. La administración del presidente Lee Myung-bak se mantiene firme con su política de línea dura contra el programa de desarrollo nuclear de Pyongyang.

Las relaciones entre los dos países se agravaron luego de dos ataques norcoreanos el año pasado, en los que murieron 50 surcoreanos. La actual administración conservadora de Seúl condicionó su ayuda al cese del programa nuclear norcoreano, a diferencia de los gobiernos anteriores, que habían procurado una política de acercamiento, proveyendo asistencia con requisitos mínimos.

Ni siquiera China, fuerte aliado de Pyongyang, ha respondido favorablemente a un pedido hecho por el propio gobernante norcoreano Kim Jon Il, de medio millón de toneladas de granos, según una fuente diplomática asiática.

"Ha hecho tres viajes a China en un año, pero Beijing no ayudó a llenar el vacío dejado por los surcoreanos cuando suspendieron el envío de cereales", indicó la fuente.

"Si el gobierno de Estados Unidos y Corea del Sur quedan satisfechos con el mecanismo de supervisión del PMA, entonces más ayuda será embarcada a Corea del Norte", añadió.

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