AMÉRICA LATINA: China busca empleado, inútil sin calificación

El aviador mexicano Armando Arauz prepara el legajo de documentos y exámenes necesarios para trabajar en alguna aerolínea de China, respondiendo a la demanda de fuerza laboral calificada que está naciendo del otro lado del planeta.

"Los chinos son muy exigentes. Piden una serie de exámenes técnicos y prácticos. El examen médico es muy minucioso", relató a IPS este piloto de 41 años y quien hasta agosto pasado trabajaba en la firma privada Mexicana de Aviación.

La historia de Arauz muestra cómo el gigante asiático no sólo busca materias primas en América Latina, como petróleo o minerales, sino también mano de obra altamente calificada. Diseñadores, ingenieros y arquitectos son parte del menú laboral que las empresas contratistas buscan para instalarlos en territorio chino.

Los resultados de diversas investigaciones muestran "sorprendentemente que en los campos de trabajo más sofisticados, los ingresos son más altos en China que en México" y en otros países de la región, señaló a IPS Enrique Dussel Peters, coordinador del Centro de Estudios China-México, de la Facultad de Economía.

Este centro de la estatal Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se ha enfocado en estudiar las relaciones económicas, comerciales y la competitividad entre México y China.
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Si bien no hay datos duros sobre este flujo laboral desde la región, se sabe que empresas de recursos humanos se dedican a captar candidatos para trabajar en China, que ya se convirtió en la segunda economía del planeta, detrás de Estados Unidos y por delante de Japón.

El mexicano Jair Gutiérrez, de 31 años, diseña consolas electrónicas para una compañía sudcoreana asentada en México y cuyos aparatos se distribuyen en el mercado chino. En 2009 trabajó seis meses en la sureña ciudad china de Guangzhou y se prepara para emprender de nuevo el periplo.

"Me llevaron a algunas fábricas donde vi lo que mis creaciones dan de trabajo, la mayoría de las cosas las hacen a mano y en condiciones muy sencillas, también tienen algunas máquinas modernas", contó a IPS este joven ingeniero en computación egresado de la UNAM.

"El hecho de que los chips sean muy baratos hace que pueda intentar varios desarrollos. Eso facilita mucho el crear nuevos productos", explicó.

Pero la exportación de esta mano de obra latinoamericana no es sencilla, por los requisitos estrictos para trabajar en la nación asiática, altos costos del desplazamiento y la barrera del idioma, aunque obra a su favor que los trabajadores altamente capacitados no abunden en ese mercado.

El desempleo mexicano se ubicó el año pasado en cinco por ciento de la población económicamente activa, según el Banco de México (central), sin que este país se recupere aún de los problemas económicos padecidos a partir de 2009 como consecuencia de la crisis económico-financiera nacida en la segunda mitad del año anterior en Estados Unidos.

La salida de mano de obra calificada tiene impacto en el capital humano de México, el cuarto lugar mundial en fuga de "cerebros", según el Banco Mundial. Cada año pierde unas 120.000 personas calificadas, según estadísticas del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

Uno de cada ocho mexicanos que tienen alguna profesión emigra al exterior, principalmente a Estados Unidos, por las mejores condiciones laborales, indica la Secretaría (ministerio) de Educación Pública.

En 2010, China registró un crecimiento económico de 10,3 por ciento, su mayor indicador en los últimos tres años, y para 2011 se calcula que rondará entre ocho y 10 por ciento, según las proyecciones de instituciones como la Academia China de Ciencias Sociales y el Banco Mundial.

"Ir a trabajar a un lugar como China es muy atractivo, pues vas a un entorno totalmente diferente. Pagan muy buen dinero y tratan de hacer atractiva la oferta para que la gente viaje", declaró Arauz, quien trabajó 15 años para la empresa Mexicana de Aviación y posee una experiencia de 13.500 horas de vuelo.

Esa firma dejó de volar en agosto pasado por problemas financieros, por lo cual 60 aviones y 180 pilotos se quedaron en tierra. Aunque regresaría a los cielos en las próximas semanas, será con menos personal.

Representantes de compañías internacionales que se dedican a nutrir el ramo aéreo, como la firma canadiense AeroPersonnel y la británica Parc Aviation, visitaron México de septiembre a noviembre e identificaron a un grupo de candidatos para el mercado de aviación chino.

Para los aviadores, la duración de los contratos oscila entre uno y tres años. China, donde operan una veintena de grandes aerolíneas nacionales, planifica la construcción de aproximadamente 80 aeropuertos internacionales en los próximos cinco años.

"Hay una tendencia al incremento salarial. Hay que hacer notar que China está cerrando la brecha educativa, pues hay muchos nacionales que ya hablan español y que han vivido y trabajado en América Latina", resaltó Dussel Peters.

"El poder ver más productos de los que hay en México hace que tenga más ideas para mis proyectos. Puedo comprar sus productos y desarmarlos, ya que son baratos, y aprender más de ellos", indicó Gutiérrez.

"Valoro muy bien la experiencia, aprendí nuevas cosas y me capacité", aseguró este técnico, quien permanecerá esta vez en territorio chino al menos un mes.

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