Los glaciares de Kirguistán retroceden a un ritmo alarmante a causa del cambio climático, alertaron científicos. Esto no sólo afectará la seguridad energética e hídrica de éste y otros países de Asia central, sino que también devastará los ecosistemas.
«Los animales y la vegetación no quedarán inmunes, y los riesgos de algunas especies serán grandes», dijo a IPS la ambientalista Ilia Domashov, vicepresidenta de la organización no gubernamental BIOM Enviromental, con sede en Bishkek.
Más de cuatro por ciento (8.400 kilómetros cuadrados) del territorio de Kirguistán consiste de glaciares.
El proceso natural de liberación de agua de los glaciares, que se derriten en verano y se congelan nuevamente en invierno, alimenta a muchos de los ríos y lagos del país. Hasta 90 por ciento del agua en los ríos de Kirguistán provienen de los glaciares, dijeron expertos locales.
Este flujo de agua no es sólo importante para las necesidades energéticas y agrícolas, sino que también alimenta los ecosistemas interconectados, asegurando el hábitat de una diversa flora y fauna.
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La biodiversidad de Kirguistán es una de las mayores en la región y se despliega a través de una variedad de hábitats climáticos, que van desde los glaciares hasta los ecosistemas templados y subtropicales.
Aunque sólo cubre 0,1 por ciento de la masa continental mundial, Kirguistán es hogar de uno por ciento de las especies del planeta, según informes del gobierno a agencias de la Organización de las Naciones Unidas.
Varias son únicas de este país, incluyendo a más de 200 clases de plantas, más de 3.000 invertebrados y 17 vertebrados.
El país es hogar de algunos de los animales más raros, como la oveja Marco Polo, el oso marrón del Himalaya y la cabra montés siberiana, así como el leopardo de nieve en riesgo de extinción, cuyos hábitats están estrechamente vinculados con los glaciares.
Los glaciares son la fuerza motriz detrás de esos ecosistemas únicos en la región, explicaron científicos.
«Uno puede pasar de un desierto seco a exuberantes pasturas verdes en un viaje de apenas dos horas de automóvil. Los glaciares son responsables de gran parte de eso», dijo a IPS el científico Stephan Harrison, profesor de la británica Universidad de Exeter.
Pero científicos en Kirguistán y en organismos internacionales de monitoreo climático alertaron que los glaciares han retrocedido al menos 35 por ciento en el siglo XX, y el derretimiento se hace cada vez más rápido.
Según el Instituto de Hidroenergía en la Academia Nacional de Ciencias en Bishkek, los glaciares ahora retroceden a un ritmo más de tres veces mayor que en los años 50. Algunos grupos han reportado un retroceso de 50 metros al año.
Expertos locales afirmaron que los glaciares ahora tenían sus propios ecosistemas. El agua derretida se filtra en el suelo, lo que afecta la vegetación, que sirve de alimento para los animales en las zonas más altas, algunos de los cuales son a su vez presa de otros animales.
«Algunos animales están profundamente conectados con los glaciares, como el leopardo de nieve, y serán afectados por el rápido derretimiento. Lo que sucederá es que, en el corto plazo, el nivel de agua subterránea caerá ya que los glaciares desaparecerán, y esto tendrá un impacto en los sistemas ecológicos en torno a los ríos», explicó Domashov, de BIOM.
Hay otras serias amenazas a los ecosistemas derivadas del proceso. Mientras los glaciares se derriten, grandes depósitos de sedimento se forman en los valles. Esto afecta al suelo, a los ríos y sus ecosistemas.
El derretimiento también puede causar grandes inundaciones, así como el surgimiento de represas naturales formadas por el rompimiento de hielo, enviando letales torrentes de agua desde lo alto de las montañas y destruyendo bosques enteros.
También ha habido alertas de expertos locales de que el derretimiento de los glaciares, combinado con un aumento pronosticado en las temperaturas, incentivará la desertificación.
Una de las áreas biodiversas más importantes del país es el lago Issyk-Kul. A una altitud de 1.600 metros en la cordillera de Tien-Shan, en el norte de Kirguistán, es el segundo lago de montaña más grande del mundo.
En él habitan más de 20 tipos de peces, y un gran número de especies viven en los diversos paisajes que lo rodean, desde semi-desiertos hasta la cordillera, hogar de más de 4.000 diferentes especies de plantas.
El lago en sí es también importante escala de las aves migratorias, y al menos 80.000 se reúnen allí en invierno.
Pero su ecosistema también podría estar en riesgo por el derretimiento de glaciares. Los cambios en los niveles del agua del algo en la última década han sido atribuidos a ese derretimiento.
Se ha constatado tanto un aumento como una disminución del nivel del agua, y algunas especies han sido destruidas por estos cambios.
Los efectos ya son notados por la población. Agricultores afirman que los ríos han comenzado a secarse y las plantas mueren por falta de agua. Pastores han dicho a medios locales que ya no ven a algunos glaciares en las montañas.
El informe de Kirguistán a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, publicado el año pasado, predijo que los glaciares del país retrocederían 95 por ciento en el próximo siglo. * Este artículo es parte de una serie de reportajes sobre biodiversidad producida por IPS, CGIAR/Bioversity International, IFEJ y PNUMA/CDB, miembros de la Alianza de Comunicadores para el Desarrollo Sostenible (http://www.complusalliance.org).