Hamás y la lenta islamización de Gaza

La población de Gaza está entre la espada y la pared. Mientras Israel continúa con su sitio a esa franja palestina, el gobierno de Hamás arremete contra las libertades civiles y políticas, en lo que parece ser una campaña de islamización.

Agentes de seguridad del gobierno de Hamás (acrónimo árabe del Movimiento de Resistencia Islámica) realizaron la semana pasada redadas en varios comercios y confiscaron vestimentas que presuntamente exhibían "palabras inmorales", entre ellas camisetas de algodón producidas en Gaza con el eslogan "Ropa de hombre pornográfico".

Luego, la policía arrestó a los fabricantes para interrogarlos. Algunos investigadores sostienen que se presentarán cargos alegando inmoralidad.

Esta última ofensiva contra las libertades civiles tiene lugar tras la prohibición de que las mujeres fumen narguile en lugares públicos. Según las autoridades de Hamás, las mujeres que incurren en esa práctica "contradicen las tradiciones y los valores palestinos".

"Cuando oí esto me reí y quise salir inmediatamente a fumar narguile en público", dijo Riham Abdul Karim, corresponsal jefa de la cadena Middle East Broadcasting (MBC), quien está a cargo de un equipo mayoritariamente masculino.
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"Estoy en contra de que se obligue a la gente a seguir ciertas tradiciones contra su voluntad. La sociedad de Gaza ya es muy conservadora, y la población puede resolver por sí misma qué conducta le resulta adecuada", dijo Abdul Karim a IPS.

También se prohibió a las mujeres viajar en la parte trasera de las motocicletas, y se ordenó a las escolares cubrir su cabello. Un intento anterior por obligar a todas las abogadas de Gaza a adoptar la misma medida y a usar largos abrigos no se aplicó a raíz de las críticas internacionales y las reacciones públicas que suscitó.

"Hamás es muy inteligente y pragmático. Esto no es Irán. Parece que están implementando cada vez más la islamización de Gaza, pero de un modo tal que el público se adapte lentamente y que no cause una reacción internacional", dijo Abdul Karim.

"A este fin, el gobierno de facto de Gaza ha creado actividades de fútbol y equitación para las mujeres, aunque en un entorno controlado", declaró a IPS. Muchos islamistas consideran que estas actividades son poco islámicas y poco femeninas.

Según el politólogo Samir Awad, de la Universidad Birzeit, "no hay dudas de que Hamás se está embarcando en un importante proyecto para islamizar Gaza, y para ello hay varios motivos".

"Por un lado están intentando desviar a los extremistas islámicos de ultraderecha, bajo la forma de grupos como Jayish Al-Sunna, Jayish Al-Islam y Jund Anser Allah en Gaza, que quieren establecer gobiernos al estilo del (movimiento fundamentalista) Talibán", dijo Awad.

"Y por el otro, Hamás quiere demostrarles a sus adversarios de Fatah, particularmente al gobierno de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en Ramalah, que puede instaurar exitosamente un régimen islámico en Gaza, a fin de ganar partidarios en Cisjordania y reafirmarse ante los gazatíes dubitativos", sostuvo.

El año pasado, un tiroteo entre fuerzas de seguridad de Hamás y combatientes de Jund Anser Allah en el sur de la franja dejaron unos 20 muertos.

"Hamás ya no está interesado en mantener las apariencias en lo relativo a Fatah y a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Hamás comenzó criticando verbalmente a sus archienemigos, pero luego pasó al arresto y el encarcelamiento de activistas de Fatah, así como a prohibir a la oposición política", dijo Awad a IPS.

Manifestaciones realizadas por la oposición han sido dispersadas con consecuencias a veces sangrientas. Hace varias semanas, Riham Abu Marasa, de 10 años, resultó seriamente herida cuando le dispararon, por accidente, mientras estaba en el balcón de la casa de su tío, en el norte de la ciudad de Gaza.

La niña estaba observando a la policía de Hamás dispersar violentamente una manifestación de Hizb ut-Tahrir (el Partido de la Liberación) con golpes, garrotazos y disparos al aire, cuando una de las balas impactó en su pecho.

Los organizadores sostuvieron que les habían garantizado verbalmente que su manifestación era legal.

Sin embargo, Hamás dijo que carecían del permiso necesario, y ya antes del acto empezó a confiscar retratos y pancartas. Simultáneamente, las fuerzas de seguridad de la ANP en Cisjordania impidieron a miembros de Hizb ut-Tahrir reunirse en Ramalah, y arrestaron a cientos que viajaban en autobuses al llegar a controles carreteros cuando iban rumbo a la ciudad.

El Centro de Palestina para los Derechos Humanos, con sede en Gaza, informó que varios meses antes los Servicios de Seguridad Interna de la franja tomaron por asalto a cinco organizaciones no gubernamentales y confiscaron propiedades.

Los críticos sostienen que la filiación política de las organizaciones fue el motivo real de las redadas.

El Centro también reclamó que tanto el gobierno de Mahmoud Abbas en la ANP y las autoridades de Hamás levanten las restricciones que impusieron a la distribución de diarios de la oposición.

Hace varias semanas, las autoridades israelíes anunciaron que permitirían distribuir en Gaza varios de los publicados en Cisjordania, como parte del alivio del sitio.

Cuando los distribuidores de Gaza llegaron al puesto de control del Ministerio del Interior de Hamás, en el norte de la franja, les impidieron cruzar para recolectar los periódicos y les dijeron que estos estaban prohibidos allí.

Mientras, el arresto de partidarios de Fatah, su encarcelamiento y sus presuntos maltratos en Gaza continúan incólumes.

Hamás dijo estar respondiendo al encarcelamiento y los abusos que padecen cientos de sus seguidores en Cisjordania.

Según el Centro de Palestina para los Derechos Humanos, a activistas de Fatah que intentaban salir de Gaza les confiscaron sus pasaportes.

"La actual situación no es promisoria, especialmente en relación a la unidad, dado que las posiciones de ambos liderazgos se han arraigado", dijo Awad.

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