El palestino Nasser Abdulhadi es conocido por su trato afable en su restaurante. Pero un día, cuentan sus amigos, dejó a un lado su jovialidad. Decidió luchar por un reconocimiento internacional para uno de los platos nacionales de su país.
La campaña de Nasser comenzó cuando un amigo le contó que, durante un viaje a Estados Unidos en la línea aérea israelí El Al, le sirvieron "mosakhen", una comida hecha con pan, pollo, cebolla picante y zumaque púrpura, y la presentaron como "plato nacional de Israel".
"Eso fue difícil de digerir. Todos saben que el mosakhen es palestino. Han intentado eso antes, con el hummus (plato hecho a base de puré de garbanzo) y el falafel (croquetas de garbanzos servidas en pan de pita). Fue un golpe bajo", dijo este palestino que vivió en Nueva York y regresó a su tierra natal a comienzos de los años 90.
"Yo lo considero el chutzpah (descaro) israelí en su peor manifestación", añadió. "Tenía que arruinar su ataque sin gusto cocinando algo que en cambio celebrara nuestra cultura nacional palestina y nuestra identidad en el mundo".
El vehículo que utilizó para colocar a la cocina palestina en el centro de la mesa internacional fue el Libro Guinness de los Récords.
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Y lo logró. Un certificado orgullosamente adorna su restaurante "Zeit and Zaater" ("aceite de oliva y tomillo") en la calle principal de esta central ciudad cisjordana, frente a la famosa heladería Rukab. "Libro Guiness de los Récords: la ensalada más grande del mundo", reza el texto.
Vaya récord: la ensalada "tabouleh" es usualmente una entrada, simplemente un aperitivo o un acompañamiento. Pero no la de Nasser. Elaboró una gigante, con 1.081 kilos de perejil picado, cilantro, trigo bulgur, cebolla, tomate y menta. "El plato tenía un diámetro de cuatro metros y medio", dice orgulloso.
Lo que recuerda más cariñosamente es la "victoria política" frente al jurado del Guiness.
"Me tomó un año y medio convencerlos de inscribirlo como un plato de Palestina, y no como TOP (Territorios Ocupados Palestinos) ni Cisjordania ocupada, ni siquiera Palestina ocupada, simplemente Palestina", contó.
La Organización de las Naciones Unidas denomina TOP a Gaza y Cisjordania. La ocupación israelí motivó dos Intifadas (rebeliones populares palestinas), una en 1987 y otra entre 2000 y 2005.
Con su ensalada, Nasser irritó a un rival gastronómico importante en la región: Líbano.
Los libaneses lanzaron una campaña propia por el Guinness. Decidieron cocinar el mayor plato de hummus del mundo, y así vencer a Israel, que poseía el récord.
"Creo que puedes llamarme belicista", dice Nasser entre risas. "Parece como si hubiera comenzado la guerra por la comida en Medio Oriente".
Nasser conoce bien el poder del Guinness: "Necesitamos reconocimiento, como cualquier pueblo, por lo que hemos conseguido en la vida. No somos simplemente un movimiento de resistencia que lucha contra la ocupación".
"Somos parte del mundo. Como la gente de cualquier lugar, amamos a nuestros hijos, protegemos a nuestras familias, somos chefs, bailarines, plomeros, agricultores, seres humanos comunes y corrientes, parte de la familia de las naciones", subrayó.
"Sé que es importante que al mundo le cuenten cómo sufrimos bajo la ocupación, sobre las injusticias de la vida diaria en Palestina. Pero lo que más impresiona a las personas es cuando pueden identificarse con otras de otras partes pero que son iguales. También reímos, lloramos, amamos, bailamos, comemos A veces podemos también ser mejores. El mundo debe saberlo", añadió.
Tras el éxito de su tabouleh, Nasser y su equipo de 18 chefs y asistentes quieren hacer el mosakhen más grande del planeta. "Quiero mostrarle al mundo que somos más de lo que piensan cuando nos ven en las noticias", afirmó.
"Se trata de hacerle entender al mundo que Palestina existe. Al competir, nos hacemos más parecidos a los demás, aceptados como personas. Y debemos servir a todos, incluyendo a los israelíes", sostuvo.
En la búsqueda de ese reconocimiento internacional, otros palestinos siguen los pasos de Nasser.
El mes próximo, en las playas de Gaza, miles de niños y niñas intentarán romper el récord del número de barriletes volando al mismo tiempo. Y en octubre, no menos de 10.000 palestinos se reunirán en la oriental ciudad cisjordana de Jericó para realizar el baile típico "debka".
Nasser tampoco se limita a los platos. "El año pasado, solicité que la de Palestina fuera reconocida la más larga ocupación" de la historia, contó.
Sin embargo, la idea fue rechazada. "Primero dijeron que la del Tíbet era más larga. Yo respondí que el Tíbet no se había postulado. Entonces dijeron: Usted sólo quiere provocar. Bien, entonces ahora estoy postulando a Palestina para el título de La ocupación más maravillosa. ¿Por qué deberían objetar eso?", contó.