Hatoyama tropieza con base de EEUU

La base militar más grande que tiene Estados Unidos en Japón es el primer gran obstáculo que afronta el primer ministro Yukio Hatoyama para llevar adelante el ansiado cambio que prometió antes de llegar al gobierno en agosto de 2009.

La visita de Hatoyama a la isla de Okinawa, donde está la base, causó gran controversia en este país.

"Traición y enfado popular en Okinawa", tituló el miércoles el periódico japonés Tokyo Shinbun, al comentar la visita de lunes y martes.

El primer ministro no pudo resolver la controvertida reubicación de la base militar de Futenma, en las afueras de la ciudad densamente poblada de Ginowan, en el sur de Japón.

En un desesperado intento por calmar a la población, Hatoyama propuso reubicar la base en la isla de Tokushima su cometido pues chocó con una fuerte resistencia de la población local.
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El gran descontento suscitado por este asunto es un golpe para los cambios que tanto necesita el país, según especialistas.

El gobernante Partido Democrático de Japón (PDJ) y sus aliados tratan de disminuir el gasto en obras públicas que dañan el ambiente, reducir los tradicionales costos burocráticos y aumentar el presupuesto para mejorar la atención infantil.

El intento de dar más importancia a Asia y de depender menos de la seguridad de Estados Unidos había sido considerado como una medida inteligente.

Pero lo ocurrido en Okinawa muestra que las expectativas pueden quedar por el camino. Los pronósticos indican que el PDJ puede obtener menos asientos en las próximas elecciones de la cámara alta en julio, un mal augurio para la construcción de un nuevo país.

El PDJ llegó al gobierno con bombos y platillos el año pasado con la promesa de realizar un gran cambio en este país.

El amplio apoyo recibido por el PDJ en las elecciones de la Cámara de Representantes se interpretó como un signo de la creciente frustración con las políticas económicas del conservador Partido Liberal Democrático (PLD), que deterioraron la situación social, y con el pacto de seguridad con Estados Unidos.

Las 25 bases militares estadounidenses ocupan dos tercios de Okinawa.

"La gente estaba harta de los gobiernos del PLD porque privilegiaban la expansión económica por encima de todo", señaló Koichi.

Además, "quieren soluciones al gran desempleo, a la ampliación de la brecha entre ricos y pobres y que termine la diplomacia de la Guerra Fría que obligó a Japón a respaldar las políticas bélicas del gobierno de (George W.) Bush", añadió Ishiyama, ex profesor de economía internacional de la Universidad Toiin, de Yokohama.

Este país tendría que reforzar su identidad asiática y promover la creación de la comunidad de Asia Pacífico, señaló Ishiyama en un ensayo titulado "Nuevo rumbo para Japón", publicado en agosto de 2009.

Hatoyama actúa de forma precipitada, sostuvo el profesor Shinichi Kitaoka, de la Universidad de Tokio. "Hizo promesas que no necesariamente reflejan la realidad en el terreno", añadió el especialista en un artículo publicado en marzo por la revista Japan Echo.

Debió pensar con más cuidado en la reubicación de Futenma, dado el surgimiento de China como nueva potencia mundial, remarcó el especialista en relaciones entre Japón y Estados Unidos.

"Al considerar el creciente poderío militar de China y la situación de Corea del Norte, por un lado, y el gran déficit fiscal de Japón, por otro, parece evidente que ser aliado de Estados Unidos es la opción más efectiva y eficiente para este país en materia de seguridad", añadió.

La percepción de que Corea del Norte es una gran amenaza a la seguridad mundial se vio reforzada por un artículo publicado está semana por un periódico de Corea del Sur que atribuyó a un ataque de su vecino el estallido que llevó al hundimiento de un buque de bandera nacional en marzo, en el que murió la mitad de su tripulación.

Tampoco ayudan las versiones de prensa sobre la existencia de una estrecha alianza entre China y Corea del Norte y cuyo gobernante, Kim Jong Il, visitó el martes Beijing para hablar de desarme nuclear y de la asistencia del gigante asiático.

No sorprende que haya especialistas que pidan tener "sentido común" en relación con la alianza entre Japón y Estados Unidos ni consideren que el programa nuclear de Corea del Norte y el creciente gasto en defensa de China son una amenaza para este país.

Una posibilidad es que Hatoyama abandone sus promesas de mejorar la situación social y reconozca que Futenma será reubicada en 2014, ya acordado por el PLD con Washington.

Pero otro camino es buscar un tipo de alianza de seguridad "flexible", sostuvo el profesor Jitsuro Terashima, presidente honorario del no gubernamental Instituto de Investigación de Japón.

Mientras, la población de Okinawa reclama eliminar Futenma de inmediato, tal como prometió Hatoyama, lo que convierte al asunto de la base militar en el mayor desafío político que haya afrontado el primer ministro.

"Una vez que ese sentimiento crezca, no se desvanecerá", advirtió Ishiyama. "No hay duda de que Japón necesitaba un cambio, pero las posibilidades de que se concrete son funestas", añadió.

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