SALUD-ZAMBIA: Lluvias amainan, irrumpe el cólera

Cuando la temporada de lluvias e inundaciones cede en Zambia, un fuerte brote de cólera azota a la capital.

Las inundaciones de este año fueron las peores en varias décadas. Crédito: Nebert Mulenga/IPS
Las inundaciones de este año fueron las peores en varias décadas. Crédito: Nebert Mulenga/IPS
La organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) emitió un comunicado el 9 de este mes sobre la propagación de la enfermedad.

"En las últimas cinco semanas, el número de casos de cólera ha crecido drásticamente, a más de 4.500, y más de 120 personas han perdido la vida", informó Luke Arend, jefe de la misión de MSF en Zambia.

"La semana pasada sufrimos un pico en el brote, con un total de 1.054 casos. Es por lejos el número más alto registrado en la última década", añadió.

La respuesta inicial del gobierno a la epidemia fue negarla. Incluso cuando los medios informaron sobre una creciente tasa de muertes por la enfermedad en febrero, el Ministerio de Salud insistía en que no existía un brote.
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Unos 17 distritos en todo el país han sido afectados, pero Lusaka más gravemente. La mayoría de los más de tres millones de habitantes de la capital viven en 38 asentamientos informales.

Estos tugurios sufren brotes de cólera cada año cuando las lluvias torrenciales contaminan los pozos con aguas servidas. Grandes áreas de la capital no cuentan con servicios municipales básicos.

Incluso en áreas donde la municipalidad está presente, el sistema de drenaje se obstruye, lo que permite que se produzcan inundaciones incluso con una lluvia ligera. Los lugares donde hay mercados están siempre sucios, con montañas de basura. Los baños públicos son pocos, están lejos unos de otros y se encuentran en estado deplorable.

Las últimas inundaciones, las peores en varios años, tuvieron un severo impacto a pesar de una gran inversión realizada por el gobierno en la reparación del sistema de desagüe. Las lluvias hicieron que miles de personas de la capital fueran desplazadas.

La Sociedad de la Cruz Roja de Zambia reconoció que la situación era grave. El director de la organización, Charles Mushitu, dijo que debieron instalar más tiendas de campaña fuera de la capital para los desplazados.

El campamento es administrado en forma conjunta por la Cruz Roja y la gubernamental Unidad para Migraciones y Manejo de Desastres, que proveen servicios básicos como cloro para purificar el agua y comidas en base a maíz.

Las autoridades de la capital zambiana solicitaron a aquellos que recibieron refugio temporal que regresen a sus hogares, aun cuando en muchos casos las viviendas han colapsado y los barrios se encuentran destruidos.

Esther Lungu está preocupada por la idea de volver a su barrio de Misisi. Ella fue una de las personas reubicadas por la Cruz Roja luego de que una represa fuera superada por el agua y el complejo habitacional donde vivían quedara sumergido.

A ella y a sus cuatro hijos se les dio lugar en una tienda de campaña, donde ahora dicen sentirse relativamente cómodos.

"No sé qué pasará cuando nos digan que debemos abandonar este lugar", dijo Lungu, quien no está casada y no tiene empleo formal. Antes del desastre, vendía verduras en el mercado para sostener a su familia.

Pero ahora está inquieta, pues no sabe si la pequeña vivienda que alquilaba todavía sigue en pie. Tampoco está segura si será capaz que recuperar el lugar que tenía en el mercado.

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