EEUU-SOMALIA: Si no puedes contra los islamistas, únete a ellos

Estados Unidos debería aceptar una «autoridad islamista» en Somalia, dentro de una estrategia de «retirada constructiva» de ese país africano que ha ocupado y atacado desde los años 90, sostiene el influyente grupo de estudios Council on Foreign Relations (Consejo de Relaciones Exteriores).

En el informe "Somalia, A New Approach" (Somalia, un nuevo enfoque), de 39 páginas, se llama a Estados Unidos a reconocer esa "autoridad islamista" aun si ésta incluye a Al-Shabaab ("la juventud", en árabe), una organización insurgente que se ha declarado leal a la red extremista Al Qaeda, liderada por el saudita Osama bin Laden.

El texto, presentado el miércoles, considera "contraproducente" la postura de Estados Unidos a favor del Gobierno Federal de Transición.

Éste no sólo está segregando a grandes sectores de la población somalí, sino que también está dividiendo a los musulmanes en "moderados" y "extremistas", señala el informe.

Aunque el estudio alienta una "posición inclusiva" de Estados Unidos hacia los fundamentalistas somalíes, sugiere que se debería mostrar "‘tolerancia cero’ a actores transnacionales que intentan explotar el conflicto de Somalia", en apariencia refiriéndose a Al Qaeda.
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"Al Shabaab es una alianza por conveniencia, y su dominio sobre el territorio es más débil de lo que parece. Es probable que los fundamentalistas somalíes —cuyas ambiciones son principalmente locales— rompan filas con Al Qaeda y otros agentes extranjeros a medida que disminuya la utilidad de la cooperación", plantea el informe, cuyo autora es Bronwyn Bruton, experta en asuntos internacionales.

"Estados Unidos y sus aliados deben ayudar a que esas divisiones se hagan más hondas", agrega.

Pero el diplomático David Shinn, embajador de Estados Unidos en Etiopía en los años 90, no cree que la dirigencia de Al-Shabaab esté lista para participar en un futuro acuerdo político en el país.

"Al-Shabaab se ha vuelto más radical, y no veo que tenga ningún líder pragmático" ni fisuras internas, dijo Shinn, quien a fines de los años 80 también se desempeñó como embajador de Estados Unidos en Burkina Faso.

"Buena parte del informe se basa en que es posible negociar con Al-Shabaab, y yo pienso que es una ilusión", expresó.

El informe también advierte que el continuo apoyo al Gobierno Federal de Transición ha demostrado ser "ineficaz y costoso".

"Es incapaz de mejorar la seguridad, brindar servicios básicos o avanzar hacia un acuerdo con los clanes y grupos de la oposición de Somalia, que aportaría una base más fuerte para la gobernanza", señala el reporte.

El Gobierno Federal de Transición se creó en 2004 en Kenia, con mediación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), buscando poner fin a la crisis de Somalia, a la que se trasladó en 2005. Sin embargo, no pudo lograr "ningún avance en las tareas de creación del Estado", debido a las divisiones internas, según el International Crisis Group, con sede en Bruselas.

Se esperaba que la investidura como mandatario de Sharif Ahmed, ex presidente de la Unión de Cortes Islámicas (que aplica la shariá o ley islámica) en enero de 2009, atrajera a una cantidad suficiente de líderes islamistas para dominar o por lo menos fragmentar a las fuerzas de Al-Shabaab.

Bruton "parece creer que el Gobierno Federal de Transición está destinado al fracaso. Yo no estoy convencido de eso", declaró Shinn, quien integró el Comité Asesor del informe.

"El hecho de que el Gobierno Federal de Transición presidido por Ahmed exista desde hace más de un año ya ha sorprendido a muchos expertos somalíes. Es erróneo presumir que va a fracasar", agregó.

El documento se publica en un momento crítico para la política estadounidense hacia Somalia. Esta semana, el diario The New York Times informó que fuerzas especiales de este país están ayudando al gobierno somalí, que tiene unos 7.000 efectivos en Mogadiscio, en una ofensiva militar para desalojar a combatientes de Al-Shabaab de la capital.

El informe reseña dos décadas de violencia en esa nación del Cuerno de África, la creación del gobierno de transición y su actual lucha por retener el poder contra el movimiento Al-Shabaab y sus aliados.

Bruton alega que la política estadounidense de proporcionar apoyo militar y diplomático al gobierno de transición "ha servido solamente para aislar a ese gobierno y (…) para impulsar la cooperación entre grupos extremistas antes fracturados y aislados".

El informe sugiere que Estados Unidos haga un último intento para elevar el apoyo popular hacia el gobierno atrayendo a líderes de otras organizaciones islamistas. Pero sostiene que si la administración de Barack Obama no considera cambios políticos mayores, el Gobierno Federal de Transición seguirá perdiendo influencia.

Ese Gobierno Federal de Transición, protegido por 5.000 efectivos de la Unión Africana que actúan como una misión de mantenimiento de la paz autorizada por la ONU, controla apenas unas manzanas de Mogadiscio y el aeropuerto internacional de Aden Adde, mientras Al-Shabaab domina algunas áreas de la capital y vastas franjas del sur del país.

El interés histórico de Washington por ese inestable país del este de África se limitó a cuestiones de seguridad internacional y, en los últimos años, a impedir que se convirtiera en un santuario de Al Qaeda. En esa dinámica, Estados Unidos ha lanzado varios ataques contra objetivos somalíes supuestamente vinculados a esa organización a la que considera responsable de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.

Pero varios analistas estiman que el papel estadounidense puede promover fácilmente la expansión de la insurgencia en condiciones que ya son complejas para Somalia, un país de unos nueve millones de habitantes que ha permanecido más o menos acéfalo desde 1991 y con una gran pobreza e inseguridad. Menos de 40 por ciento de su población es iletrada y la expectativa de vida es de apenas 50 años.

Washington "decidió apoyar con firmeza al gobierno de transición y le suministra entrenamiento, inteligencia, asistencia militar y equipamiento a su ejército, anticipando una ofensiva contra Al-Shabaab", dijo el vicepresidente del Centro para la Mediación y la Resolución de Conflictos del United States Institute of Peace, David Smock.

"Esta es una gran apuesta que puede fracasar, y si eso pasa Estados Unidos podría verse aún más comprometido. Ya nos incendiamos una vez en Somalia, y nos podría pasar de nuevo", advirtió.

A fines de 1992, el gobierno de George Bush padre (1989-1993) envió tropas a Somalia, con autorización de las Naciones Unidas, para proteger el suministro de alimentos y ayuda humanitaria a comunidades que padecían una hambruna desatada por conflictos entre clanes.

Pero, en una fallida empresa de intervención, los militares estadounidenses se involucraron más y más en la guerra interna que se había desatado junto con el derrocamiento en 1991 del régimen de Mohammad Siad Barre, que gobernaba desde 1969.

El sucesor de Bush, Bill Clinton (1993-2001), sólo comenzó el retiro de tropas después de que 18 efectivos estadounidenses fueron abatidos en un desastroso ataque de helicópteros contra el líder de un clan en Mogadiscio, en octubre de 1993. El fin de la ocupación se completó en 1994.

Ahora, el Council on Foreign Relations propone una estrategia descentralizada de desarrollo, en colaboración con "las autoridades tradicionales e informales" en el terreno y un freno a la injerencia de la vecina Etiopía, que lleva años involucrada en los conflictos somalíes.

Bruton señala que Estados Unidos no debe "apropiarse de la crisis somalí". Al contrario, debe desplegar una campaña diplomática para comprometer a países europeos y de Medio Oriente en la estabilización de la nación africana y en la atención de sus necesidades humanitarias y de desarrollo.

Un informe publicado por las Naciones Unidas el miércoles sostuvo que la mitad de la ayuda alimentaria entregada por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) a Somalia es desviada por contratistas corruptos, trabajadores locales del foro mundial y militantes islamistas. El PMA desmintió esas denuncias, que consideró "infundadas".

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