EEUU-CHINA: Venta de armas a Taiwan agrava tensión

Las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China parecen pasar por su peor momento en los últimos años. Beijing públicamente amenazó con sanciones a las firmas estadounidenses que participen de un acuerdo sobre venta de armas a Taiwan.

Esto llevó a algunos importantes observadores a expresar su preocupación sobre la creciente guerra de palabras entre Beijing y Washington.

Si bien siempre China ha manifestado su oposición al apoyo militar estadounidense a Taiwan, el nivel de las protestas de Beijing en la última semana desató nuevas tensiones en las relaciones bilaterales.

"Tenemos un vínculo de amplio rango con China. Es una de las relaciones bilaterales más importantes en el mundo. Y dentro de nuestro diálogo estratégico y económico, tocamos una amplia gama de temas", dijo el lunes el secretario de Estado adjunto estadounidense Philip J. Crowley.

El mes pasado se produjeron varios reveses en la relaciones bilaterales, comenzando con el anuncio de la empresa Google de que dejaría de censurar los resultados de su motor de búsqueda en Internet en China, como había acordado con Beijing, en respuesta a una serie de ataques informáticos contra sus cuentas de correo electrónico.
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El anuncio de Google desató una guerra de palabras entre Bejing y Washington. El gobierno chino acusó al estadounidense de "imperialismo informático".

Por su parte, la secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Hillary Clinton, hizo una crítica sin precedentes a la supuesta censura realizada por las autoridades chinas a la web, y las acusó de robo de propiedad intelectual y de espionaje cibernético.

Luego, Beijing amenazó con sanciones a las compañías estadounidenses que participen del acuerdo de venta de armas a Taiwan anunciado la semana pasada por el Departamento de Defensa de Estados Unidos, por 6.400 millones de dólares, que incluye misiles Patriot, helicópteros Black Hawk, barcos barreminas y otros armamentos.

El pacto no incluye aviones de combate F16 modernizados ni submarinos, armas que Beijing ha tratado de impedir que lleguen a Taiwan de manos de Estados Unidos.

"Desde el punto de vista militar, ya que China ha logrado una supremacía militar en el estrecho de Taiwan, las consecuencias de esas ventas son casi nulas", dijo a IPS el diplomático retirado estadounidense Chas Freeman, ex consejero en asuntos de seguridad internacional.

La venta de armas fue aprobada durante el gobierno de George W. Bush (2001-2009) y en el marco de la Ley de Relaciones con Taiwan, que obliga a cualquier administración a proveer a la isla asiática "armas de carácter defensivo".

La fuerte respuesta de Beijing fue vista por expertos como un intento de disuadir la futura venta de armas y de mostrar músculos políticos.

"La continua propensión de Estados Unidos a vender armas a Taiwan y no mantener nuestra palabra es algo exasperante para los chinos", dijo Freeman, quien también fue intérprete del presidente Richard Nixon (1969-1974) en su viaje a China de 1972.

"No es la venta por 6.400 millones de dólares lo que está perturbando, sino el hecho de que la administración (de Obama) considera una próxima venta de (aviones) F16", señaló.

Expertos han alertado que, mientras el discurso de Beijing se ha enardecido, el gobierno chino no sería capaz de avanzar hacia una ruptura de las relaciones bilaterales con Washington.

"Cuando un país hace algo que le desagrada mucho a China, Beijing puede tomar acciones punitivas a corto plazo que hieran a alguien o a algunos negocios en la nación con la que está molesto", dijo a IPS el asesor en negocios con China Robert A. Kapp.

"Sin embargo, esas medidas tienden a tener corta vida. Es un gesto. El dolor es infligido. En China queda la impresión de que se ‘castigó’ a extranjeros, pero en el largo plazo, tres o cuatro años, los efectos económicos tienden a ser limitados y transitorios", añadió.

Otro tema que oscurece aun más las relaciones es la próxima reunión entre el líder espiritual tibetano Dalai Lama y Obama.

"El Dalai Lama es un religioso y líder cultural internacionalmente respetado, y el presidente se reunirá con él en tal condición", señaló.

El desarrollo de estas "tensiones políticas, militares y económicas", como las describió Freeman, en las relaciones entre Estados Unidos y China despierta temores entre analistas de que ambos países puedan adoptar más políticas comerciales proteccionistas.

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