MEDIO ORIENTE: Temor por posible accionar de Al Qaeda en Gaza

Dos ataques con explosivos perpetrados en cibercafés de Gaza hacen temer a expertos en inteligencia de Israel y Estados Unidos que las organizaciones insurgentes en ese territorio palestino resulten más poderosas que el propio Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), que lo gobierna.

Los ataques de comienzo de este mes en Khan Yunis precedieron a una advertencia contenida en un estudio del Washington Institute for Near East Policy (Instituto Washington para las Políticas sobre Medio Oriente) cuya presentación estaba prevista para los próximos días.

En esa investigación se señala que las entidades palestinas insurgentes instaladas en Gaza pueden estar operando cerca de la red fundamentalista Al Qaeda, liderada por el saudita Osama bin Laden, que llama a una guerra santa mundial.

La agencia Associated Press (AP) obtuvo una copia del estudio, realizado por Matthew Levitt, un experto en antiterrorismo e inteligencia que trabajaba para el Washington Institute, y Yoram Cohen, ex subdirector de los servicios de seguridad israelíes, conocidos por sus siglas en hebreo Shin Bet.

"Es probable que Al Qaeda no esté convencida del compromiso ideológico de organizaciones como Jaish al-Islam", dijo Levitt a AP.
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"Al Qaeda también puede tener preocupaciones sobre la supervivencia de esos grupos, incluida su susceptibilidad a la infiltración por parte de la inteligencia israelí", agregó.

Se sabe que en Gaza operan varias organizaciones, entre ellas Jaish al-Islam, Jaish al-Sunna y Jund Ansar Allah. Se presume que cada una tiene entre 200 y 300 hombres, lo que las vuelve pequeñas, pero de todos modos una amenaza significativa.

El enfrentamiento más serio entre los grupos extremistas y Hamás, que ha intentado controlarlos, estalló en agosto, cuando Jund Ansar Allah declaró al meridional pueblo de Rafah como "emirato islámico" y escondió a sus combatientes en una mezquita local.

Un tiroteo entre las fuerzas de seguridad de Hamás y los insurgentes armados, que habían colocado explosivos en puntos estratégicos de ese templo, dejó unos 20 muertos, principalmente rebeldes.

La semana siguiente se pudo ver a policías de Hamás registrando automóviles en controles carreteros instalados por toda la ciudad de Gaza, mientras varias bombas explotaban en el exterior de edificios del gobierno, en evidente represalia por la balacera de Rafah.

Antes de que Hamás tomara el control de Gaza en junio de 2007, tuvieron lugar varios secuestros de occidentales, entre ellos el del periodista de la BBC Alan Johnston, a quien luego Hamás logró liberar.

Se creyó que los secuestros eran efectuados por clanes de Gaza afiliados a Al Qaeda, que antes habían administrado redes de extorsión y contrabando vinculadas a la Autoridad Nacional Palestina, que gobernaba en la franja antes del golpe de Hamás.

Desde entonces, Hamás se las arregló para llevar seguridad a las calles de Gaza. Sin embargo, la serie de ataques contra cibercafés, peluquerías y otros comercios han continuado esporádicamente.

Los extremistas consideran que este tipo de locales son occidentales y anti-islámicos, y argumentan que Hamás no aplica estrictamente la ley islámica en Gaza.

También están en contra de la tregua de Hamás con Israel.

Mientras, los servicios de seguridad del Estado judío dicen que decenas de combatientes extranjeros y extremistas islámicos han ingresado a Gaza, mediante sus túneles subterráneos utilizados para el contrabando, donde reciben más enfrentamiento en la preparación de una confrontación militar con Israel.

Se presume que muchos de los combatientes se han abierto paso hacia Gaza tras dejar Iraq, mientras las fuerzas de Estados Unidos continúan reduciendo sus operaciones allí y, por ende, se vuelven un blanco menos interesante para los insurgentes.

Los rebeldes son parte de la Jihad (guerra santa) internacional. Muchos de ellos se identifican con Al Qaeda, y pueden haber participado en unos pocos ataques contra Israel desde la franja de Gaza.

Israel sostiene que es probable que se incremente el flujo de combatientes, y declara que aunque Hamás ha podido controlar a grupos como la Jihad Islámica y el Frente Popular para la Liberación de Palestina, se está esforzando por dominar a los combatientes extranjeros.

Sin embargo, los israelíes creen que Hamás no está interesado en los luchadores extranjeros que ingresan a Gaza, dado que estos operan independientemente del movimiento de resistencia basado en la franja, y amenazan con provocar ataques en represalia por parte de Israel.

Los autores del estudio del Washington Institute creen que aunque Al Qaeda todavía no tiene vínculos firmes con las organizaciones extremistas, debido a su falta de compromiso en el abordaje de un blanco occidental, esto puede cambiar.

Samir Awad, del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de Birzeit, cerca de Ramalah, cree que es improbable que alguna vez se establezcan lazos fuertes.

"Estos grupos escindidos son pequeños y desorganizados, y (constituyen) una reacción más espontánea al bloqueo israelí de Gaza y a la falta de trabajo, esperanza y futuro", dijo Awad a IPS.

"Estas personas están desesperadas y desempleadas, y tienen demasiado tiempo (libre), y en esas circunstancias la gente se empieza a quebrar y a fijarse en maneras alternativas de aliviar la presión social y económica", explicó.

"Es por eso que el bloqueo de Israel es tan contraproducente y puede instigar una violenta reacción contra el Estado judío", dijo Awad.

Ahmed Yousef, asesor del líder de Hamás en Gaza, Ismail Haniyeh, dijo a IPS: "Mantendremos la situación bajo control y nunca permitiremos que estas organizaciones vuelvan a llevar el desorden a nuestras calles".

Mientras, en las afueras del campamento de refugiados de Burej, al sur de la ciudad de Gaza, un grupo de combatientes enmascarados y armados de Jaish al-Sunnah fue detectado realizando entrenamientos.

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