ISRAEL: Impasible ante renovada presión de EEUU

En el pasado, los nervios de Israel se ponían de punta cada vez que había algún atisbo de presión de Estados Unidos. Pero ahora todo cambió.

Hace nueve meses, el clima se tensó de modo considerable cuando el entonces flamante presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el nuevo primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, se enfrentaron en la Casa Blanca.

La insinuación de que Washington puede estar renovando su presión comenzó con un informe según el cual el jefe de gabinete ministerial del gobierno de Obama, Rahm Emanuel, dijo a un diplomático israelí que su país está "harto" de la falta de avances en las negociaciones, y advirtió que contempla reducir su compromiso para con los esfuerzos de paz.

Emanuel expresó que su país está cansado de que Israel estanque esas iniciativas y que solamente esté dispuesto a adoptar las ideas de Estados Unidos cuando ya no pueden ser efectivas.

Esto quedó expuesto durante una entrevista con el senador George Mitchell, enviado especial de Obama para Medio Oriente, emitida el viernes por la cadena estadounidense PBS.
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Mitchell planteó la posibilidad de que, en el caso de que se desbarate su política de paz, el gobierno retenga las garantías de créditos concedidos a Israel.

Ambos comentarios parecieron improvisados, pero probablemente fueron bien calibrados.

Esto evoca la época en que James Baker era secretario de Estado (canciller), durante el gobierno de George Bush (1989-1993) y amenazó con que Estados Unidos diera la espalda a Israel, para luego condicionar su ayuda económica a que éste accediera a asistir a la cumbre de paz de Medio Oriente de 1991 en Madrid.

La presión funcionó. Israel cedió a ella.

Esta semana, mientras Mitchell vuelve a partir hacia la región, en Israel el estado de ánimo es, extrañamente, relajado, disfrutando del inusual sol invernal como si no soplaran vientos helados desde Washington o Europa.

"Examiné toda la transcripción dos veces, y no hay ni siquiera una insinuación de presión", dijo Dan Meridor, alto miembro del gabinete de Netanyahu, desestimando la entrevista de Mitchell con PBS.

Según el ministro de Finanzas Yuval Steinitz, "en realidad, Estados Unidos e Israel renovaron nuestro acuerdo de garantías de préstamos hace apenas dos meses. De cualquier modo, no estamos planeando usarlas en el futuro cercano".

Steinitz se refirió así a la declaración del gobernador del Banco de Israel (banco central del Estado judío), Stanley Fisher, en cuanto a que "la economía israelí no está en absoluto afectada por un clima político inestable, como presumen algunos en el exterior".

De hecho, "esa estabilidad ha contribuido con un clima positivo en materia de inversiones, permitiendo a Israel sobrellevar con bastante éxito la crisis mundial", dijo Fisher a La Voz de Israel.

Además, lo senadores estadounidenses Joe Lieberman y John McCain, ambos de visita en Israel, dijeron que "no hay absolutamente ninguna manera" de que el Congreso legislativo le niegue el apoyo al Estado judío.

Así que, si no se contempla una presión real contra Israel, ¿hacia dónde se dirige la política estadounidense en relación a Medio Oriente? Durante el fin de semana, la secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton se unió a Mitchell al señalar la dirección de la nueva ofensiva de paz estadounidense.

Clinton y Mitchell se reunieron en el Departamento de Estado con los ministros de Relaciones Exteriores de Egipto, Ahmad Abulgheith, y Jordania, Nasser Judeh.

Egipto y Jordania son los únicos dos países árabes que mantienen relaciones diplomáticas formales con Israel, y se los considera cruciales para hacer avanzar el proceso de paz.

La secretaria de Estado señaló que el gobierno decidió impulsar las conversaciones estancadas salteándose el tema de los asentamientos, antes considerado crucial, centrándose en cambio en la delimitación de fronteras en pos de la solución de dos estados.

Según fuentes del Departamento de Estado, se espera que la nueva campaña de Estados Unidos incluya la redacción de cartas que establezcan las áreas a abordar en un acuerdo final. También se espera que garanticen el apoyo estadounidense para ambas partes en la implementación de un plan de paz.

Llegar primero a un acuerdo sobre las fronteras de un futuro estado palestino servirá para abordar las preocupaciones palestinas en relación a la construcción de asentamientos, insistió Clinton.

"Resolver las fronteras resuelve los asentamientos", dijo, sobre el intento de remozar la iniciativa de paz de Estados Unidos.

"Necesitamos elevar nuestra mira, y mirar el bosque en vez del árbol", declaró luego de las reuniones.

El "árbol" son los asentamientos, y el "bosque" las fronteras.

Israel es categórico en cuanto a que la culpa por el fracaso en el reinicio de las conversaciones radica en otra parte.

"Nadie tiene ni una sombra de duda sobre quién es responsable", dijo el ministro de Educación, Gideon Saar, cercano a Netanyahu.

"Los palestinos siguen planteando condiciones. Nuestra voluntad sin precedentes de imponer un congelamiento de las colonias muestra que hablamos en serio", agregó.

Saeb Erekat, principal negociador palestino, respondió al llamado de Clinton a reanudar las negociaciones "a la brevedad posible" y sin condiciones, reiterando el reclamo palestino de poner fin a toda la construcción de asentamientos en los territorios ocupados.

"No se puede discutir sobre fronteras mientras el territorio en el que uno quiere establecer su estado es consumido por los asentamientos", dijo Erekat a IPS.

Probablemente el gobierno de Obama no querrá que le recuerden el fracaso de su primera incursión en los esfuerzos de paz.

Pero aunque los palestinos se centren en reclamar un congelamiento total de las colonias, el canciller jordano se alineó con el enfoque estadounidense: "Si se resuelve la cuestión de las fronteras, entonces no sólo se resuelve automáticamente los asentamientos en Jerusalén, sino que se identifica la naturaleza de la base de la solución de dos estados", dijo Judeh.

Y la semana pasada, tras una reunión entre Netanyahu y el presidente de Egipto Hosni Mubarak, el canciller de ese país formuló un raro elogio al primer ministro israelí. "No puedo decir que haya venido con una posición cambiada, pero está avanzando. Todo está sobre la mesa", expresó.

Dada la versatilidad del enfoque estadounidense —que dejó de insistir en un congelamiento total de las colonias—, ahora los palestinos enfrentan un riesgo real de ser etiquetados como los responsables de la nueva táctica de paz de Obama, de ir directo a las negociaciones y fracasar nuevamente.

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