HONDURAS: Fracasa el diálogo, se distancian las partes

El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, y su sucesor de facto, Roberto Micheletti, no llegaron a un acuerdo y dieron por fracasado el diálogo para poner fin a la crisis política.

La comisión negociadora de Micheletti dio por cerradas las conversaciones, el viernes, luego de que la parte de Zelaya las declarara fracasadas desde el día anterior, al no lograr concordar sus visiones "jurídica y política" sobre la viabilidad de la restitución del depuesto gobernante.

En rueda de prensa, la ex presidenta de la Corte Suprema de Justicia y portavoz del régimen de facto, Vilma Morales, lamentó la "intransigencia e intolerancia" de la comisión de Zelaya, al rechazar las últimas dos propuestas del régimen, entre las que se contemplaba la elección de un tercero para ocupar la Presidencia o la conformación de un gobierno de integración nacional hasta enero de 2010, cuando asumiría una nueva administración.

"Lamentamos la postura de nuestros colegas negociadores que lo dieron por fracasado (el diálogo) 24 horas antes, y tras esperarlos durante dos días en las mesas de negociaciones para conversar sobre nuestras diferencias, nos vemos obligados a levantar un acta, firmarla y entregar nuestras propuestas de opción a la representación de la Organización de Estados Americanos (OEA) que ha venido observando y facilitando este diálogo, instalado el 7 de octubre", dijo Morales.

A su juicio, "dejamos de manifiesto nuestra anuencia al diálogo y sentimos no haber concluido satisfactoriamente por la intransigencia e intolerancia de los negociadores de parte del ciudadano José Manuel Zelaya, y del ex presidente mismo", acotó.
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En tanto, Zelaya, en declaraciones a medios radiales, dijo que para él era imposible aceptar una propuesta de una tercería. "No es buscando otra persona para que asuma mi cargo como se va a resolver el problema. La salida es mi restitución y punto", dijo contundente.

Además, Micheletti debe salir del cargo, "darme mi lugar y respetar la soberanía popular que mediante el voto me eligió a mí como presidente y a nadie más", añadió. Mientras no le hagan una propuesta para restituirlo, "el diálogo no sigue, no les haré el juego a los golpistas", aseveró.

Zelaya, derrocado hace cuatro meses, retornó secretamente al país el 21 de septiembre, burlando la vigilancia militar y policial. Desde entonces permanece encerrado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa, que lo mantiene en calidad de "huésped". Junto a él se encuentran unas treinta personas, del total de 300 que hubo al inicio, pero que han abandonado la sede en las últimas semanas.

Tras casi tres semanas de conversaciones y negociaciones, públicas y privadas, las delegaciones de Micheletti y Zelaya abordaron un promedio de 10 propuestas o salidas viables a la crisis.

Avanzaron en puntos colaterales como la renuncia a una amnistía, la instalación de una Constituyente, el respeto al proceso electoral del 29 de noviembre para elegir un nuevo presidente, gobierno central, local y poder legislativo, pero se entramparon en lo esencial: la vuelta o no de Zelaya al poder del que fue sacado el 28 de junio a punta de rifles por parte de los militares y puesto en un avión rumbo a Costa Rica.

Para el politólogo hondureño Ernesto Paz, "el diálogo fracasa porque se impusieron las posiciones radicales e intransigentes de ambos lados, aunque cabe resaltar que la parte de Micheletti, el sector más conservador del país junto a los militares, ha cerrado filas para la no restitución de Zelaya".

"La línea dura económica, política y religiosa más conservadora que rodea a Micheletti se mantiene firme en que Zelaya no regrese y ha dado a este golpe de Estado un sello particular de conservadurismo, anticomunismo y nacionalismo que no se había visto en este mundo globalizado y están jugándose el todo por el todo", aseguró.

"Ahora queda construir escenarios posibles, y uno de ellos son las próximas elecciones, las cuales se van a dar a como dé lugar, y el llamado Frente de Resistencia a favor de Zelaya, podrá perturbar en algún modo el proceso, pero no tienen capacidad para evitar los comicios; ellos están ahora muy fragmentados", dijo Paz a IPS.

A su juicio, otro escenario posible es que Zelaya espere a negociar con el candidato presidencial que se perfila con más posibilidades de ganar las elecciones del 29 de noviembre, y "es Porfirio Lobo, del Partido Nacional (segunda fuerza opositora política), con quien se asegura ha sostenido pláticas informales".

"Es más fácil para Zelaya negociar una vez que Porfirio Lobo haya ganado, que como se encuentra ahora, totalmente cercado. Aunque es de resaltar que el candidato del Partido Nacional enfrenta internamente fuertes movimientos opositores a favor de un arreglo con Zelaya. Habrá que preguntarse, ¿qué tanto podrá resistir?", agregó.

De los cinco partidos políticos que existen en Honduras, el Liberal, en el gobierno, y el Nacional, en la oposición, son las dos principales fuerzas que se han alternado el ejercicio del poder en los últimos 28 años. Ambas instituciones políticas tienen más de un siglo de existencia, pero el golpe de Estado ha erosionado sus estructuras sin causar aún una drástica ruptura.

A nivel de la comunidad internacional, el analista político vislumbra mayores presiones, particularmente de Estados Unidos, que esta semana canceló nuevas visas a funcionarios de facto, sin percatarse de que algunos de ellos no la tenían desde hace siete años o nunca la habían solicitado.

"Más allá de la suspensión de visas, veo difícil que Washington haga más maniobras porque los tratados comerciales y su legislación interna le complica acciones como congelar cuentas bancarios o activos", dijo.

El observador y facilitador de la OEA en las negociaciones, John Biehl, anunció su retorno este sábado a Washington para "consultas" con el secretario general, Miguel Insulza, a quien rendirá un informe y presentará las últimas propuestas que consideró "sumamente interesantes".

Biehl, quien se negó a aceptar un fracaso del diálogo por considerar que "siempre hay esperanzas", reveló que recientes encuestas en su poder indican que la mayoría de los hondureños están a favor de una salida negociada, "y la mayoría del pueblo cree que la mejor solución a la crisis es una tercería".

"En las encuestas mayoritariamente el pueblo hondureño piensa que esa debería ser una de las soluciones. Yo la expondré a la OEA. Nosotros tomamos esta suspensión del diálogo como un descanso y retornaremos al país tan pronto se nos pida o se nos instruya por parte del secretario general", dijo Biehl.

Además, señaló que para la OEA "no hay otro camino" más que el diálogo y "no es aceptable que este conflicto se resuelva con amenazas".

En tanto, el portavoz del Departamento de Estado (canciller) de Estados Unidos, Ian Kelly, llamó a las partes de Zelaya y Micheletti a alcanzar un "acuerdo ya", tras indicar que aún no considera roto el diálogo, aunque se mostró "decepcionado".

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