AFGANISTÁN: La OTAN a la espera

La corrupción, las crecientes dudas sobre el gobierno de Hamid Karzai y el vacilante apoyo público han emergido como los principales obstáculos para una mayor presencia de tropas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Afganistán.

El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, promovió en la reunión celebrada la semana pasada en la capital de Eslovaquia un aumento de tropas para el territorio afgano. El comandante de las fuerzas en ese país, Stanley McChrystal, había pedido unos 40.000 uniformados adicionales.

Rasmussen hizo enérgicos pedidos a los estados miembros para que respaldaran el plan general, que también llama a un cambio de estrategia para proteger mejor a la población afgana y para entrenar a los militares y policías locales.

Al final del encuentro, Rasmussen dijo que los ministros de Defensa habían dado pleno respaldo al informe de McChrystal. Pero quedó claro que no habría compromisos de la mayoría de los países europeos para mandar más efectivos mientras hubiera dudas sobre el gobierno de Karzai.

"El plan de la OTAN es hacer que el gobierno central asuma el control del país y haga funcionar las instituciones, y después irse", explicó a IPS el director de política exterior y defensa del Centro para la Reforma Europea, Tomas Valasek.
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"Pero el problema es que el gobierno por el cual las potencias occidentales hacen todo esto es visto por los afganos comunes como cada vez más incompetente, y Karzai está trayendo a los antiguos señores de la guerra a su administración, mientras las personas se quejan de la corrupción propagada", explicó.

"No hace una diferencia cuántas tropas envías a la OTAN si el gobierno no tiene el respaldo de la gente. Tan pronto como las tropas se vayan, todo se vendrá abajo", indicó.

Hay 65.000 soldados en Afganistán, y otros 39.000 de los estados aliados. Más de 1.000 soldados aliados han muerto desde el inicio de las operaciones militares en 2001.

El informe de McChrystal subraya la prioridad de proteger a civiles afganos de los ataques de insurgentes. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) reportó 1.013 muertes de civiles en los primeros seis meses de este año, 818 más que en el mismo periodo del año pasado. La ONU indicó que las tropas de la OTAN y las fuerzas afganas eran responsables por 30,5 por ciento de las muertes.

Este lunes murieron 11 soldados y tres agentes antidroga estadounidenses que viajaban en tres helicópteros que se accidentaron.

La Casa Blanca evalúa la solicitud de McChrystal desde fines de agosto, y expertos afirman que el pedido de más tropas en un momento de crecientes bajas aliadas generó divisiones entre los estados miembros de la OTAN.

Gran parte de la opinión pública en Europa está en contra de la guerra. Expertos consideran difícil que los gobiernos persuadan a los votantes de apoyar el envío de más soldados para ayudar al gobierno en Kabul, cada vez más visto como corrupto.

El denunciado fraude en las últimas elecciones presidenciales y las acusaciones al gobierno de Karzai de hacer la vista gorda al narcotráfico no ayudan a cambiar esa percepción.

Mientras Gran Bretaña prometió enviar más soldados, Francia adelantó que no lo hará. Altos funcionarios en Bratislava revelaron a IPS que líderes de Alemania le dijeron en forma privada a sus pares de Estados Unidos que no estaban dispuestos a aportar más efectivos.

El ministro de Defensa de Alemania, Franz Josef Jung, dijo en el encuentro de la capital eslovaca que definitivamente no aumentaría el número de uniformados antes de la conferencia de la OTAN sobre Afganistán prevista para comienzos del año próximo.

Analistas mantienen incertidumbre sobre la posibilidad de que los aliados europeos alcancen algún acuerdo para el aumento de tropas. "Se necesita un consenso, y eso no sucederá sobre este tema entre tantos miembros", dijo a IPS el experto en defensa Ivo Samson, del grupo Política Exterior Eslovaca.

El ministro de Defensa de Dinamarca, Soeren Gade, informó a la prensa en Bratislava que sólo enviaría más soldados si Kabul se comprometía a tratar los principales problemas nacionales afganos. "Tenemos que asegurarnos de que el nuevo gobierno en Afganistán se comprometa a su tarea antes de mandar más tropas", afirmó.

Analistas señalan que la OTAN afronta una decisión clave sobre Afganistán de cara a la segunda ronda de las elecciones, que se realizarán a comienzos del mes próximo.

"La Casa Blanca lleva adelante una revisión de su estrategia en Afganistán, y otros miembros de la OTAN esperan ver qué es lo que planea hacer Estados Unidos, el mayor contribuyente de tropas. Hasta entonces, ellos no pueden hacer realmente nada", dijo Valasek a IPS.

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