CAMBIO CLIMÁTICO-ASIA: Pasando el sombrero

La necesidad de financiar de modo adecuado la ayuda para que los países en desarrollo respondan al desafío del cambio climático quedó de manifiesto este lunes en la capital de Tailandia, al abrirse dos semanas de negociaciones internacionales al respecto.

Noeleen Heyzer, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica y Social de las Naciones Unidas para Asia y el Pacífico (Unescap), llamó a afrontar el desafío al abrir este lunes en Bangkok el diálogo entre las partes de la Convención Marco sobre Cambio Climático (CMNUCC).

"Pudimos encontrar el dinero para impedir la debacle de nuestro sistema financiero. Necesitamos el mismo compromiso y los recursos para impedir la debacle del planeta", dijo Heyzer.

La instancia en Tailandia es una de las rondas finales de negociaciones hacia la 15 conferencia de las partes de la CMNUCC que se celebrará del 7 al 18 de diciembre en Copenhague, prevista para sellar un "acuerdo completo, justo y efectivo" en materia de cambio climático que sustituya al Protocolo de Kyoto cuando concluya su vigencia en 2012.

Este Protocolo de la CMNUCC, acordado en Kyoto, Japón, en 1997 y en vigor desde 2005, obliga a 37 países industrializados a reducir sus emisiones de gases invernadero en al menos 5,2 por ciento para 2012 respecto de los niveles de 1990.
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Los temores acerca de la dificultad para obtener el financiamiento masivo para reducir el cambio climático y mitigar sus efectos surgen por la crisis económica mundial, desatada luego de la 14 conferencia, celebrada en la isla indonesia de Bali en diciembre de 2007.

La economía mundial recibió aportes de fondos públicos por miles de millones de dólares desde el año pasado para atacar la crisis financiera internacional suscitada tras el colapso hipotecario y bancario en Estados Unidos.

Mientras, la CMNUCC consideró necesario aumentar los gastos previstos para atender el impacto del cambio climático entre 36.000 millones y 135.000 millones de dólares al año hacia 2030.

Los países industrializados deben "comprometerse urgentemente a asignar un aporte financiero por la vía rápida", exhortó en Bangkok la ministra de Clima y Energía de Dinamarca, Connie Hedagaard.

Eso es "necesario para responder a las necesidades urgentes de adaptación ya identificadas y para dar el puntapié inicial a las acciones de mitigación y de consolidación de capacidades" sorteando, al mismo tiempo, la crisis climática, dijo la funcionaria danesa.

Representantes de una organización no gubernamental describieron el financiamiento al desarrollo y a las políticas de adaptación como el "elefante en el bazar" de la sesión inaugural de la reunión en Bangkok.

Más de 4.000 delegados, observadores y periodistas se registraron para participar en las reuniones, consideradas un paso fundamental hacia la conferencia en Copenhague.

Se trata de la penúltima instancia de negociaciones antes de diciembre, pues en noviembre las delegaciones volverán a deliberar en Barcelona, España, durante cinco días.

Hedagaard manifestó malestar con el resultado de la cumbre de la semana pasada en Pittsburg, Estados Unidos, del Grupo de los 20, que reúne a los países más industrializados y a las principales economías emergentes.

"Honestamente, estoy desilusionada. No tomaron las decisiones sobre financiamiento climático que esperaba", dijo la ministra.

A comienzos de este mes, la Comisión Europea, rama ejecutiva de la Unión Europea, alertó en un informe sobre las consecuencias que acarrearía para la economía otro fracaso en la lucha contra el cambio climático.

El estudio ubicó las pérdidas potenciales de algunos países a causa del fenómeno en alrededor de 20 por ciento de la producción nacional.

"El acuerdo mundial debe contemplar las necesidades de los países en desarrollo para adaptarse al impacto del cambio climático, sin desatender su crecimiento socioeconómico y la erradicación de la pobreza", exhortó en la reunión el ministro de Recursos Nacionales y Ambiente de Tailandia, Suvit Khunkitti.

Mientras los delegados llegaban a Bangkok, se conocieron los primeros balances de la devastadora tormenta que asoló Filipinas el fin de semana, que daban cuenta de 70 muertos y unos 330.000 desplazados.

Organizaciones no gubernamentales aprovecharon el evento meteorológico para llamar la atención sobre la amenaza de las condiciones climáticas extremas y su costo para la población y las comunidades.

"Las inundaciones en Filipinas deberían recordarles a los delegados reunidos para las negociaciones climáticas de las Naciones Unidas en Bangkok que no están discutiendo sobre una montaña de papeles sino sobre el destino de millones de personas", sentenció en una declaración divulgada este lunes el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).

El mismo día, la fundación Oxfam Internacional alertó que la cantidad de seres humanos afectados por las crisis climáticas aumentará 54 por ciento, a 375 millones, en los próximos seis años, lo cual pondrá al mundo en dificultades para responder adecuadamente.

El secretario ejecutivo de la CMNUCC, Yvo de Boer, consideró crítico el objetivo de alcanzar un acuerdo sobre financiamiento. "El plan de acción de Bali es muy claro en establecer que el compromiso de los países en desarrollo depende del apoyo financiero de las naciones ricas", dijo De Boer a la prensa.

El costo de las limitaciones a las emisiones de gases invernadero en el Sur pobre y de la adaptación de las comunidades al cambio climático se estima en miles de millones de dólares.

"Es realmente importante que en Copenhague se acuerde algún tipo de fórmula para compartir los costos a lo largo del tiempo, de modo de no afrontar negociaciones anuales, pues las necesidades aumentarán", aseguró el funcionario.

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