EEUU-ÁFRICA: Clinton tras una agenda geoestratégica

La secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Hillary Rodham Clinton, inició esta semana un viaje por siete naciones africanas con una agenda de seguridad militar y económica y reclamos de priorizar los derechos humanos.

La gira de 11 días incluye a Kenia, Sudáfrica, Angola, República Democrática del Congo, Nigeria, Liberia y Cabo Verde. El secretario de Estado adjunto para Asuntos Africanos, Johnnie Carson, acompaña a Clinton, que partió de su país el lunes.

En un comunicado difundido el 31 de julio, la organización Human Rights Watch (HRW) urgió a Clinton a presionar a los gobiernos anfitriones, así como al presidente de Somalia, jeque Sharif Ahmed, con quien se reunirá en Kenia, para que se juzgue a quienes violen los derechos humanos, se obligue a los militares a respetar el derecho internacional y se ponga fin a la corrupción.

Clinton también buscará reafirmar el apoyo de Estados Unidos al asediado gobierno de Ahmed, y comprometerá más armas para el combate a grupos de extremistas islamistas.

En Sudáfrica, Clinton "debería reclamar al nuevo gobierno de Jacob Zuma que juegue un rol más activo en la política exterior continental, en particular presionando para que el vecino Zimbabwe concrete cambios en derechos humanos", sostuvo HRW.
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"Con toda razón, Estados Unidos quiere promover África como un lugar de grandes oportunidades, pero los africanos no podrán materializar su potencial si se les niegan sus derechos humanos", dijo Georgette Gagnon, directora para África de HRW.

"La secretaria Clinton debería dejar en claro esta conexión", agregó.

Para el experto en asuntos africanos J. Stephen Morrison, del Centro para los Estudios Estratégicos e Internacionales, "es importante controlar las expectativas y que prevalezcan el realismo, la paciencia y una visión a largo plazo".

"Muchos de los lugares a los que la secretaria puede extender la mano y ofrecer un nuevo diálogo (…) no necesariamente estén maduros para el cambio, ni sean capaces hoy de agarrar al toro por los astas. Necesitan trabajo callado y serio durante mucho tiempo", señaló Morrison en un comentario publicado este martes en el sitio web del Centro.

En cuanto al régimen de Nigeria, que emergió de elecciones cuestionadas por observadores internacionales, Morrison sostuvo que "tenemos que comprometernos, ser francos e inflexibles, ofrecer nuestro consejo y asistencia, e intentar hacer que el gobierno nigeriano acepte la realidad".

"Pero nuestra influencia es limitada y por el momento no tenemos socios confiables. Debemos jugar un largo juego, construir nuevos vínculos con Nigeria y actuar fuera de ese país para frenar el robo de petróleo a gran escala y el tráfico de armas", añadió.

A Clinton, que comenzó su viaje por Kenia, se le unirá una delegación de empresarios estadounidenses que asistirán al Octavo Foro de Cooperación Económica y Comercial entre Estados Unidos y África Subsahariana.

La jefa de la diplomacia estadounidense también se reunirá con dirigentes políticos keniatas y representantes de la sociedad civil.

Luego viajará a Sudáfrica, Angola, República Democrática del Congo, Nigeria, Liberia y Cabo Verde, donde mantendrá conversaciones con líderes políticos y participará en encuentros públicos con empresarios, organizaciones no gubernamentales y ciudadanos particulares.

Tanto en Nigeria como en Liberia, según el Departamento de Estado, "la secretaria centrará la atención en el compromiso del gobierno de (Barack) Obama de ayudar a las naciones de todo el mundo a conseguir la autosuficiencia y la seguridad alimentarias".

En República Democrática del Congo, Clinton "pondrá el acento en los esfuerzos para combatir la violencia de género". Y en Sudáfrica se centrará en la incidencia del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), entre otros temas.

Y en Nigeria y Angola —quinto y sexto mayor proveedor petrolero de Estados Unidos, respectivamente—, debatirá sobre problemas económicos y políticos.

En una conferencia de prensa el 30 de julio, Carson admitió que "Nos preocupa sostener una buena relación en materia energética con ellos".

"También creemos que es importante (que las dos naciones) hagan frente a algunos de sus problemas internos, lo que ayudará a fortalecer su democracia", señaló.

En respuesta a la pregunta de un periodista sobre la rivalidad de Estados Unidos y China por la hegemonía en Nigeria y Angola, Carson insistió: "Nuestra presencia allí no tiene nada que ver con las operaciones de nadie más en el continente".

Otro tema que seguramente será debatido en cada escala de la gira de Clinton es el nuevo comando militar conjunto de Estados Unidos con jurisdicción en África, o Africom, que opera desde el 1 de octubre de 2008 y ha despertado una oposición casi unánime de la sociedad civil continental.

Según el general William Ward, comandante del Africom, su segundo, el vicealmirante Robert Moeller, y otros oficiales militares, este despliegue tiene tres misiones principales.

La primera es manejar la asistencia en materia de seguridad a ciertos regímenes y dirigir una intervención militar, si es necesaria para asegurar el acceso de Estados Unidos al petróleo y otros recursos de África.

La segunda misión es hacer de África un campo de batalla esencial en la "guerra mundial contra el terrorismo".

Y la tercera es demostrar la determinación de Estados Unidos de disputar a China el poder económico y la influencia política en África.

Ward se refirió a la creciente dependencia estadounidense del petróleo africano como un asunto prioritario para el Africom en una audiencia ante el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes de su país, en marzo del año pasado. Este país compra hoy más crudo de África que de Medio Oriente. Combatir el terrorismo será "el propósito número uno" del Africom.

Kenia, Sudáfrica, Angola, República Democrática del Congo, Nigeria y Liberia obtienen de Estados Unidos grandes cantidades de armas, entrenamiento militar y otras formas de asistencia en materia de seguridad. Y todos ellos esperan mantener esos estrechos vínculos militares.

Pero debido a la vehemente oposición pública al Africom, Liberia fue el único país africano que aceptó que estableciera sede en su territorio.

Sin embargo, Estados Unidos declinó el ofrecimiento por cuestiones de seguridad y escasa infraestructura del país. El Africom acabó instalando su sede en la meridional ciudad alemana de Stuttgart.

* Daniel Volman es director del Proyecto Africano de Investigación en Seguridad, con sede en Washington. Es autor de varios artículos e informes y por más de 30 años ha estudiado las políticas de seguridad de Estados Unidos hacia África, así como cuestiones de seguridad africana.

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