AGRICULTURA-ÁFRICA: Científicos apuestan a la biotecnología

África debe apelar a los transgénicos o se arriesga a quedar excluida de una gran revolución biotecnológica que ha aumentado la producción de alimentos en Europa, América del Norte y Asia, coincidieron organizaciones científicas.

El director de la Red de Biociencia de África Occidental y de la Iniciativa de Biociencia de la Nueva Sociedad Económica para el Desarrollo Africano (NEPAD, por sus siglas en inglés), Diran Makinde, sostuvo que el continente "se perdió la Revolución Verde, que ayudó a Asia y a América Latina a ser autosuficientes en producción de alimentos".

"África no puede darse el lujo de quedar excluida o perder otra gran revolución tecnológica global, especialmente ante el aumento de la población", añadió.

Participantes de una conferencia organizada en mayo en Entebbe, Uganda, por el Instituto Internacional de Investigaciones sobre Políticas de Alimentos (IFPRI, por sus siglas en inglés) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de Uganda, señalaron que el cambio climático, la pestes en los cultivos y los altos costos de producción requieren de urgentes inversiones para desarrollar una biotecnología agrícola para África.

"En los próximos años, las crecientes poblaciones, la estancada producción agrícola y el avance del cambio climático harán más difícil para África luchar contra la pobreza y la desnutrición", señaló el director de la División de Ambiente y Producción Tecnológica de IFPRI, Mark Rosegrant.

"Para afrontar esos desafíos, muchos países africanos evalúan una serie de herramientas, incluyendo las biotecnologías, que significan una gran promesa para mejorar lo cultivos", añadió.

Rosegrant dijo a IPS que la cosecha de África por unidad de tierra es la más baja del mundo. "La producción de boniato, un alimento básico, es de seis toneladas por hectárea, comparado con el promedio mundial de 14 toneladas por hectárea. China produce un promedio de 18 toneladas por hectárea, tres veces más que el promedio africano"

La directora ejecutiva del grupo de presión Foro Africano de Accionistas en Biotecnología (ABSF, por sus siglas en inglés), Norah Olembo, dijo a IPS que los avances científicos suponen también una vía para evitar el daño ambiental causado por los métodos convencionales de producción agrícola.

"Todavía languidecemos en la pobreza, en el hambre y en la devastación en África. Cada año escucharás que una parte de África muere de hambre, y aun si no estamos muriendo de hambre, estamos en la pobreza. Pero las cosechas y la producción de árboles pueden traer riqueza de varias maneras", sostuvo.

"En Kenia, la demanda de plantas de semilleros alcanza los 14 millones por año. Podemos usar las técnicas de biotecnología para detener la deforestación e impulsar la reforestación desarrollando árboles de rápido crecimiento para determinadas partes del país", agregó.

El ABSF es una plataforma para promover el uso de cultivos genéticamente modificados en África creada por el Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agro-biotecnológicas (ISAAA, por sus siglas en inglés).

El ISAA, por su parte, es patrocinado, entre otros, por las multinacionales Bayer Crop Sciences y Monsanto.

A pesar de los múltiples esfuerzos para impulsar la biotecnología en la agricultura africana, Rosegrant dijo que su adopción ha sido lenta en la mayoría de los lugares, debido a lo que describió como "altamente organizados y efectivos opositores a la tecnología", así como a las limitadas oportunidades de ganancias con los productos transgénicos en África.

Los promotores de la biotecnología creen que la mayoría de los países africanos carecen de regulaciones apropiadas.

Makinde dijo a IPS que la NEPAD ha comenzado a encarar el desafío. "Es verdad que la adopción de la biotecnología ha sido lenta en África, a pesar de haber visto los beneficios de esta herramienta en el resto del mundo, sobre todo en los países en desarrollo asiáticos", indicó.

"Sentimos la necesidad de alertar a nuestras autoridades que estamos perdiendo muchos beneficios al no adoptar estas tecnologías", añadió.

"Nosotros en NEPAD y en otras redes regionales de biociencia estamos involucrados en fortalecer la habilidad de nuestras autoridades para tener esa confianza, ese conocimiento y capacidad para procesar solicitudes. Lo que sucede ahora es que cuando un instituto, público o privado, hace una solicitud para realizar una prueba, toma mucho tiempo, porque lo gobiernos no saben cómo" revisarla, señaló.

"Estamos capacitando a nuestra autoridades para que puedan aprobar o desaprobar cualquier proyecto que piensen sea bueno o no para los países", indicó.

El hecho de que las variedades de cultivos transgénicos y la investigación de la biotecnología estén controladas por corporaciones trasnacionales es también un obstáculo.

"Estamos buscando reformas al comercio multilateral para ver cómo los agricultores africanos pueden beneficiarse de la investigación para aumentar su producción de alimentos", dijo Theresa Sengooba, del Programa para Sistemas de Bioseguridad del IFPRI.

"Por supuesto, sabemos que las investigaciones son caras y que las compañías de semillas tienen que hacer dinero. Pero tienen responsabilidad social, y yo creo que esto puede hacerse mediante negociaciones, como ha sucedido entre Monsanto y el gobierno de Ghana", indicó.

Rosegrant dijo a IPS que la situación está cambiando gradualmente, como el caso de corporaciones como Monsanto que muestran interés en desarrollar productos que puedan adaptarse a las condiciones africanas.

"Las compañías privadas que han estado desarrollando las mejores tecnologías de transgénicos ahora se han dado cuenta de que el mercado africano está creciendo, así que están desarrollando cultivos apropiados para África", indicó.

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