REFUGIADOS: Arrancados de raíz

Conflictos y persecuciones desarraigaron en 2008 a 42 millones de personas, entre ellas 15,2 millones de refugiados, 823.000 solicitantes de asilo y 26 millones de desplazados, informó este martes la agencia de la ONU especializada en la materia.

Aunque se trata de 700.000 personas menos que el año pasado, otros desplazamientos registrados en 2009 no están reflejados en el estudio "Tendencias globales 2008", elaborado por la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

"En 2009 ya hemos observado numerosos nuevos desplazamientos, concretamente en Pakistán, Sri Lanka y Somalia", dijo el Alto Comisionado, Antonio Guterres, al presentar el informe en la capital estadounidense.

"Mientras algunos desplazamientos pueden ser breves, otros pueden tardar años o incluso décadas en resolverse. Continuamos afrontando varias situaciones de desplazamiento interno a largo plazo en lugares como Colombia, Iraq, República Democrática del Congo y Somalia. Cada uno de estos conflictos también ha generado refugiados que huyen cruzando sus propias fronteras", agregó.

El informe enumera 29 grupos diferentes de 25.000 refugiados o más en 22 naciones que han estado exiliados al menos cinco años y para los cuales no hay soluciones inmediatas a la vista.
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Según el informe, 80 por ciento de los refugiados del mundo se encuentran en las naciones en desarrollo, al igual que la gran mayoría de desplazados internos. En 2008, entre los principales países anfitriones de refugiados figuraron Pakistán, con 1,8 millones; Siria, con 1,1 millones; e Irán, con 980.000 millones.

"Desafortunadamente, no podemos decir que la generosidad y la riqueza sean proporcionales entre sí", dijo Guterres, refiriéndose a la enorme carga que pesa sobre las naciones que son menos capaces de afrontarla.

Los principales países de origen son Afganistán e Iraq, que suman 45 por ciento de los refugiados asistidos por Acnur.

La escalada de los enfrentamientos entre fuerzas del gobierno de Pakistán y el movimiento extrenista Talibán causó "la crisis de protección más desafiante desde la de Ruanda", a mediados de los años 90, señaló Guterres.

Según la organización de derechos humanos Human Rights Watch, más de dos millones de civiles han huido de sus hogares en el valle de Swat, en la Provincia de la Frontera Noroccidental, y áreas adyacentes en el área pakistaní de Malakland, desde que el ejército lanzó el 7 de mayo una gran operación militar para expulsar al Talibán de la zona.

Miles de civiles, sin poder o disposición a escapar, permanecen en la zona de conflicto. El área está sometida a un toque de queda indefinido impuesto por el gobierno, el cual se levanta intermitente y brevemente para permitir que los civiles se vayan u busquen alimentos y otros elementos básicos para subsistir.

De los dos millones de desplazados en Pakistán, 80 por ciento no están en campamentos, sino con comunidades pobres que los reciben.

Según Guterres, la situación presenta un desafío para la comunidad internacional.

El clima caluroso, al que no los refugiados procedentes de las montañas no están acostumbrados, hace que la ONU (Organización de las Naciones Unidas) deba esforzarse particularmente para mejorar las condiciones en los campamentos.

La inminente temporada monzónica, caracterizada por lluvias torrenciales, sumará un nuevo factor de tensión.

"El mundo no puede darse el lujo de que estas personas se sientan abandonadas", dijo Guterres, agregando que el no brindarle apoyo a Pakistán y a las organizaciones humanitarias internacionales puede tener serias implicaciones en materia de seguridad.

"Ellos no tienen suficiente asistencia internacional", dijo esta semana el enviado de Estados Unidos, Richard C. Holbrooke, a un periodista local que siguió su recorrida por un campamento de refugiados en Pakistán.

"Estados Unidos está brindando más de la mitad de la asistencia. Eso no está bien. ¿Dónde están los europeos? ¿Dónde está la Conferencia Islámica?", preguntó.

Colombia tiene una de las mayores poblaciones mundiales de desplazados internos, estimada en unos tres millones de personas. A fines de 2008 Iraq tenía 2,6 millones, de los cuales 1,4 millones abandonaron sus hogares en los últimos tres años.

Según el informe, las mujeres y niñas constituyen 47 por ciento de quienes buscan refugio y asilo, y la mitad de todos los desplazados y retornados. Cuarenta y siete por ciento de los refugiados y solicitantes de asilo son menores de 18 años.

Alrededor de dos millones de refugiados y desplazados pudieron volver a sus hogares en 2008, lo que representa una reducción en relación al año anterior. La repatriación de refugiados fue 17 por ciento menor, mientras que la de desplazados disminuyó 34 por ciento.

La disminución refleja, en parte, el deterioro de las condiciones de seguridad, especialmente en Afganistán y Sudán, establece la investigación.

La cantidad de solicitantes de asilo que hicieron sus peticiones de modo individual aumentó 28 por ciento, a 839.000.

Sudáfrica fue el mayor receptor de esas gestiones, seguida por Estados Unidos, Francia y Sudán. Se estima que 827.000 postulaciones no habían sido procesadas para el final del periodo cubierto por el informe.

Del total de personas desarraigadas en todo el mundo, 25 millones —que incluyen a 14,4 millones de desplazados y 10,5 millones de refugiados— están en la órbita de Acnur. Los otros 4,7 millones de refugiados son palestinos, y reciben asistencia a través de otro organismo de la ONU, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA). A medida que aumentan los conflictos y los efectos negativos de la creciente urbanización y el cambio climático, el espacio humanitario se reduce.

"La capacidad de organizaciones humanitarias como la nuestra está disminuyendo", dijo Guterres. Cada vez más gobiernos con un punto de vista radicalizado contra las organizaciones humanitarias, así como la a veces difusa distinción entre la asistencia humanitaria y las operaciones de mantenimiento de la paz.

También exigió una mayor concientización de la comunidad internacional y un aumento del financiamiento de todas las agencias humanitarias que se dedican a temas de refugiados.

"Las sumas necesarias para rescatar a la gente son inferiores a lo que se necesita para rescatar a los bancos", aseguró Guterres.

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