POLÍTICA-GABÓN: El tiempo dirá

La muerte del presidente de Gabón, Omar Bongo Ondimba, a los 73 años y tras 41 de ejercer un poder absoluto en ese país petrolero de 1,5 millones de habitantes, marca el fin de una época y plantea varias interrogantes acerca del futuro.

Bongo murió en Barcelona el 8 de este mes y fue enterrado el jueves en la sudoccidental ciudad gabonesa de Franceville. Congo declaró siete días de duelo nacional. El actual presidente de este país, Denis Sassou Nguesso, tenía vínculos estrechos con Bongo, pues es viudo de su hija Edith Lucie, fallecida en marzo pasado. Bongo desempeñó un papel decisivo para que las agrupaciones que protagonizaron la guerra civil del Congo, entre 1997 y 1998, alcanzaran un acuerdo. Sassou Nguesso regresó al gobierno por segunda vez en octubre de 1997 con ayuda de efectivos angoleños que expulsaron al presidente en ejercicio Pascal Lissouba ese mismo mes. El fallecido presidente gabonés medió en el acuerdo de diciembre de 1999 entre Sassou Nguesso y sus oponentes, y luego en el diálogo nacional de 2001 que le permitió consolidar su gobierno y a los opositores regresar del exilio. Numerosos miembros de la oposición congoleña reconocen el papel desempeñado por Bongo para que pudieran regresar al país. El depuesto presidente Lissouba y sus dos primeros ministros no participaron en el diálogo de reconciliación. Pero luego Jacques Joachim Yhombi Opango y Bernard Kolelas pudieron regresar al Congo en 2005 y 2007 respectivamente.

"Gracias a Bongo pudimos hablar y fuimos capaces de destruir las armas en manos de civiles", señaló Michel Ngakala, alto comisionado para la reintegración de ex combatientes del Congo.

Otros analistas menos benevolentes critican a Bongo por haber vendido su país a Francia.

"Era casi como un vicepresidente de Francia para África. Sabía todo sobre la participación francesa, incluso sobre los golpes de Estado. Los financiaba o los respaldaba, como ocurrió en República Centroafricana cuando Ange Félix Patassé se fue, o en Congo con la partida de Pascal Lissouba", señaló el sociólogo de Brazzaville Ernest Ibambo.

"Bongo era el sirviente de Francia en África", acotó.

El fallecido presidente gabonés fue objeto de varias críticas, incluso en Francia, por financiar campañas electorales a algunos candidatos franceses.

Tras la muerte de Bongo, el ex presidente francés Valéry Giscard d’Estaing (1974-1981) acusó a su otrora rival y ex jefe de Estado Jacques Chirac (1995-2007) de haber recibido fondos del mandatario gabonés para las elecciones presidenciales de 1981, afirmación que niegan sus colaboradores.

Chirac también fue primer ministro en 1974-1976 y 1986-1988.

El periodista Joseph Bital Bitemo, director del filme documental "De Gaulle, hombre de Brazzaville", hace otro análisis de la situación.

"No adhiero a la idea de que Bongo le vendió Gabón a Francia. Creo que fue una relación recíproca. Tuvo relaciones realmente privilegiadas con todos los presidentes franceses de la V República, pero nunca vendió su país", aseguró Bital Bitemo.

"Los que dicen eso hacen un análisis superficial", apuntó.

"En el manejo de las crisis, Bongo usó dinero, fuerza y tacto. Una combinación de fuerzas que la dupla Francia-África va a extrañar", señaló en alusión a las relaciones de ese país con varias naciones africanas. "Se creará una brecha evidente".

Otros analistas le critican que no hizo nada para mejorar la situación socioeconómica de Gabón.

"Esa es al prueba. Si todo anduviera bien en su país, no se hubiera ido a morir lejos, a Europa", señaló el director ejecutivo del no gubernamental Observatorio de Derechos Humanos de Brazzaville, Roger Bouka Owoko.

"Las últimas huelgas generales de la salud muestran que Bongo no logró nada, salvo cumplir el sueño de todo dictador: morir en paz detentando el poder", añadió.

Gabón es un país con abundantes recursos naturales tales como petróleo, minerales y madera, pero en 2007 se ubicó en el lugar 124 del índice de desarrollo humano, entre los 177 estados incluidos por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Sólo 14 por ciento de los gaboneses pueden pagar consultas médicas.

La deuda de Gabón ascendió ese año a 2.500 millones de dólares, incluidos 1.100 millones adeudados a Francia. El país importa 60 por ciento del alimento que consume. Treinta y tres por ciento de la población viven con menos de un dólar al día.

La situación de Gabón no es buena, puntualizó el profesor Hervé Diata, decano de la Facultad de Economía, de la Universidad de Brazzaville.

"Es una economía al contado basada sobre el petróleo y la minería. No hay ninguna iniciativa para fomentar la competencia. La economía de Gabón no podrá sobrevivir mucho tiempo así", alertó.

"La muerte de Bongo no cambiará las cosas. Las nuevas autoridades deberán cambiar de actitud e incorporar el concepto de buena gobernanza. Eso ocurrió en Mali y en Ghana, donde la partida de sus gobernantes permitió la creación de un sistema económico fuerte", añadió. "La situación en Gabón es muy negativa".

"Los que critican la situación económica también tienen que reconocer que siempre impulsó el crecimiento en Gabón, aun si hubo poco desarrollo", alegó el presidente congoleño Sassou Nguesso.

El producto interno bruto de Gabón aumentó tres por ciento en 2008, según la Comunidad Económica y Monetaria de África central.

El crecimiento rondó dos por ciento en 2005, por encima del 0,7 por ciento de 2003, según el PNUD.

Las miradas se vuelven al futuro.

"Hay que aprovechar la oportunidad. Gabón debe organizar elecciones honestas y evitar que regresen los fantasmas del pasado, en especial los hijos de Bongo, a perpetuar el sistema mediante fraudes y estafas", indicó Boaka Owoko del no gubernamental Observatorio de Derechos Humanos de Brazzaville.

"De lo contrario el país puede tener una regresión. Tenemos que cerrar el capítulo Bongo", remarcó.

La presidenta del Senado, Rose Francine Rogombé, que asumió como jefa de Estado interina, de acuerdo con la Constitución, tiene 45 días para organizar elecciones y no puede presentarse como candidata.

"Felicitamos al pueblo de Gabón por respetar la Constitución. Sería mejor si pudieran organizar elecciones libres y justas, la sucesión adecuada a la era de Bongo", remarcó Bouka Owoko.

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