La Corporación Financiera Internacional, brazo del Banco Mundial para el sector privado, rescindió un financiamiento de 45 millones de dólares concedido en 2007 al Grupo Bertin, la mayor empresa brasileña de carne vacuna. La rescisión, “de común acuerdo”, se debió a la crisis económica, según la empresa. Pero ambientalistas la celebraron como un triunfo de sus denuncias contra frigoríficos que compran carne de ganaderos ilegales que deforestan la Amazonia.
El próximo paso es hacer que el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) deje de financiar la deforestación, dijo Roberto Smeraldi, director de Amigos de la Tierra-Amazonia Brasileña.
“El BNDES se asoció a las empresas” y como tal será responsabilizado, así que “su salida es cambiar la política de compras de las empresas y sanar los daños ambientales”, dijo Smeraldi a Tierramérica.
