DROGAS: De la retórica de guerra a la bandera blanca

La producción mundial de heroína y cocaína cae, pero aumentó el consumo de drogas sintéticas, especialmente en Medio Oriente, indicó la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) en su informe anual.

El estudio de 314 páginas analiza la situación de cuatro categorías de sustancias —opiáceos (entre ellos la heroína), la coca y la cocaína, la marihuana y los estimulantes del tipo de la anfetamina—, así como las actividades delictivas derivadas de su comercio.

Una de las tendencias más notorias constatadas por los autores del informe es la estabilización o caída del consumo de opiáceos, cocaína y marihuana.

Cae la producción de adormidera (o amapola, de la que derivan el opio, la morfina y la heroína) y de coca (insumo de la cocaína) en las zonas de mayor cultivo, declaró el miércoles, al presentar el reporte ante la prensa, el director ejecutivo de la UNODC, Antonio María Costa.

El cultivo de coca descendió 18 por ciento el año pasado en Colombia, y el de adormidera, 19 por ciento en Afganistán, sostuvo Costa.
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Pero también surgieron estadísticas problemáticas. La captura de cocaína de 2008 duplica la de 2002, aunque se registró una reducción de 49 toneladas respecto de 2007. El uso de marihuana, por otra parte, sigue siendo generalizado en todo el mundo.

Además, el consumo de drogas sintéticas está al alza, en especial en Medio Oriente. Se trata de un tráfico particularmente difícil de rastrear y combatir, pues su producción no se procesa en campos cultivados sino en laboratorios.

La producción de opiáceos y cocaína no cayó tan precipitosamente como el cultivo de sus materias primas. Esto puede denotar que los productores encontraron mecanismos para mejorar el rendimiento.

El mercado de la cocaína muestra señales contradictorias. En Estados Unidos, el mayor consumidor de drogas del mundo, aumentó el precio y cayó la pureza. "Estos dos indicadores muestran un mercado ajustado", dijo Costa.

Del lenguaje del informe se destaca una atención más concentrada en los usuarios de drogas que en las propias sustancias.

"En Estados Unidos estamos abandonando la retórica divisionista de la 'guerra contra las drogas'", dijo Gil Kerlikowske, director de la Oficina de la Casa Blanca para la Política Nacional de Control de Drogas, o, como suele denominarse a quien ocupa ese puesto, el "zar antidrogas" de Washington.

"Cuanto más temprano podamos intervenir ante la gente con problemas de drogas, mejor. El gobierno de Obama está dedicado a darles tratamiento a las personas que lo necesiten", agregó Kerlikowske.

Esta forma de pensar resulta útil a nivel global, consideró Costa. "La drogadicción es una enfermedad", dijo, y por lo tanto, en el largo plazo, su tratamiento es la única manera de reducir el uso de estas sustancias, y no la cárcel.

"Llamo a los heroicos defensores de los derechos humanos a ayudar a la UNOCD a promover el derecho de los drogadictos a la salud", escribió el funcionario en el prólogo del informe.

"El propósito del arresto y la prisión es rehabilitar a los que transgreden las leyes antidrogas. Para determinadas clases de delincuentes, no cumple con esos objetivos. Para los usuarios de drogas, la cárcel rara vez es eficaz", advirtió Costa.

"Urjo a los gobiernos a recalibrar la combinación política, sin retrasos, hacia un mayor control de los delincuentes, sin reducir los controles", añadió.

La criminalidad y la seguridad nacional en relación con las drogas es cada vez más importante para el gobierno de Estados Unidos. Por esa razón, África occidental se ha vuelto paradigmática del debate sobre el control del consumo y de la producción.

"El actual ambiente político y económico en la región brinda a los terroristas y narcotraficantes una oportunidad de auge sin precedentes", dijo la semana semana ante el Congreso legislativo el administrador adjunto y jefe de operaciones de la División de Operaciones de la agencia antidrogas del gobierno estadounidense (DEA), Thomas Harrigan.

El gobierno de Barack Obama asignó 6,7 millones de dólares a la lucha contra las drogas en África.

Costa sostuvo que las estrategias en África occidental fueron exitosas, pues en los últimos años la proporción de capturas de personas que cargan cocaína en avión desde esa región cayó de 59 a seis por ciento.

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