Todo intento por aliviar la pobreza y el hambre y alentar la economía de África será infructuoso si se ignoran las necesidades y el potencial de la agricultura de pequeña escala, así como las barreras comerciales.
"Hay unos 80 millones de agricultores de pequeño porte en África. Producen muy poco, no porque no quieran sino porque no pueden", dijo Florence Wambugu, fundadora de la Fundación Internacional de Biotecnología Africa Harvest.
Esta organización, con sede en Kenia, promueve a los agricultores de África oriental alentando el uso de mecanismos como la manipulación genética.
"Elevar la productividad de esos agricultores es posible. Es clave para consolidar la seguridad alimentaria del continente y el crecimiento económico", dijo a IPS, que la entrevistó en el Foro Económico Mundial sobre África que se celebró este mes.
Falta de infraestructura, de acceso a créditos y a nuevas tecnologías, así como de apoyo gubernamental y de instituciones financieras, figuran entre los muchos obstáculos a los que deben hacer frente.
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"La pequeña agricultora africana promedio está sola", dijo el ex secretario general de la ONU y actual presidente de la Junta de la Alianza para la Revolución Verde en África (AGRA), Kofi Annan. "Y digo 'la' porque la mayoría de las que viven en África son mujeres."
"Carecen de seguros contra los eventos climáticos erráticos, no reciben subsidios ni tienen acceso al crédito", estimó.
La no gubernamental AGRA está dedicada aliviar la pobreza en las comunidades rurales.
La escasa infraestructura de riego es una de las claves en las dificultades por las que pasan los agricultores de la región, según Nick Moon, cofundador de la organización no gubernamental Kickstart International, que desarrolla tecnologías de bajo costo para el sector.
"Apenas entre cuatro y cinco por ciento de las tierras agrarias de África están irrigadas. El resto se nutren de las lluvias", explicó. Pocas pequeñas haciendas están "cerca de una fuente de agua, sea superficial o subterránea. Esto es un problema, en especial a la luz del cambio climático."
"Por lo tanto, cuando se trata de pequeñas haciendas, deberíamos prestarle más atención a la infraestructura de agua e irrigación", agregó.
El acceso a los mercados también es crucial, según Wambugu. "Las barreras comerciales con que los países ricos protegen a sus agricultores son perjudiciales, pero también las regionales", sostuvo la experta.
"Crear un mercado regional para los productos africanos estimulará su producción, pues serán capaces de vender sus excedentes, lo cual mejorará la seguridad alimentaria del continente y, en consecuencia, toda la economía", aseguró.
El informe de Perspectivas Económicas Africanas, preparado por el Banco Africano de Desarrollo, indica que el comercio intrarregional en 2008 ascendió a 424.140 millones de dólares, del cual 17,1 por ciento correspondió a la agricultura.
Durante el Foro Económico Mundial sobre África, que concluyó el día 12, también se evaluó que los gobiernos africanos deberían apegarse a su compromiso de invertir 10 por ciento de sus presupuestos en el desarrollo agrícola, además de abrir sus fronteras al resto de los países de la región.
Ese compromiso fue establecido en la Declaración de Maputo de 2003, y debía haberse cumplido en 2008, en el marco de las medidas recomendadas para alcanzar los Objetivos de las Naciones Unidas para el Desarrollo del Milenio relativos al combate contra la pobreza y el hambre.
Hasta ahora, seis países africanos cumplieron con esa meta. El promedio de gasto presupuestal en agricultura para toda la Unión Africana es de entre cinco y seis por ciento.
Uno de los países que cumplió con su promesa es Ruanda. "La agricultura es un importante motor del desarrollo económico, especialmente en África, donde gran parte de la población depende de la agricultura para sobrevivir", dijo el presidente de ese país, Paul Kagame.
"Si se ayuda a los campesinos a aumentar su productividad, aumentará el producto interno bruto y la población saldrá de la pobreza. África podrá convertirse en el granero del mundo, pero hay que trabajar para lograrlo. Invertir en agricultura es más fácil que tener millones de personas muriendo de hambre", agregó Kagame.
Wambugu considera que los gobiernos africanos deben concentrarse aun más en el desarrollo rural. "En esa área es donde vive la mayoría de la población. Si no se la vuelve atractiva, la gente seguirá emigrando a las ciudades en busca de una vida mejor. Eso irá en perjuicio de la seguridad alimentaria del continente", dijo.
La tasa de urbanización de África, de 3,5 por ciento anual, es la mayor del mundo, según la ONU. Se estima que para 2030, si la tendencia no se revierte, la mitad de la población vivirá en ciudades y asentamientos rurales.