CUBA-EEUU: Obama sigue rompiendo nudos

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, cumplió con una de sus promesas de campaña al levantar todas las restricciones a los viajes de cubano-estadounidenses a su país de origen, así como a enviar remesas de dinero a sus familiares en la isla.

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En el decreto al respecto, Obama también autorizó a las compañías de telecomunicaciones de Estados Unidos a solicitar licencias para hacer negocios en Cuba, con la intención explícita de aumentar el flujo de información que recibe el público de la isla.

Además, se ampliarán los tipos y a la cantidad de bienes de carácter humanitario que pueden enviarse a Cuba desde Estados Unidos.

El decreto marca el primer cambio sustantivo en la política de Washington hacia la isla desde que Obama llegó a la presidencia hace casi tres meses.

Estas medidas, tomadas en vísperas de la Quinta Cumbre de las Américas que se celebrará del viernes al domingo en Trinidad y Tobago, recibieron aplausos en filas de organizaciones de la sociedad civil que hace mucho exigen el levantamiento del embargo comercial de Estados Unidos contra Cuba.
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Pero algunas de esas organizaciones criticaron al gobierno de Obama por no ir aun más lejos.

"Todos estos pasos son bienvenidos. Pero lo correcto sería permitir todos los viajes de estadounidenses a Cuba, abrir el comercio y comprometerse con La Habana diplomáticamente y resolver los problemas en interés bilateral", dijo la directora del Centro para la Democracia en las Américas (CDA), Sarah Stephens.

"El presidente tiene una oportunidad histórica, no de ser el último presidente de la Guerra Fría sino de ser el primer presidente que da vuelta la página en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba", agregó. "Creo que él hará más, y que éste será el primero de muchos pasos hacia una mejor relación con Cuba." Al mismo tiempo, cubano-estadounidenses anticastristas deploraron la decisión.

"El presidente Obama cometió un grave error al aumentar unilateralmente los viajes y remesas de cubano-estadounidenses a la dictadura cubana", dijeron los representantes Lincoln Díaz-Balart y Mario Díaz-Balart, del opositor Partido Republicano y elegidos en el sudoriental estado de Florida.

"Las concesiones unilaterales alientan a la dictadura a aislar, encarcelar y tratar brutalmente a activistas pro-democráticos y a continuar dictando qué cubanos y qué cubano-estadounidenses pueden entrar en la isla", además de que "aportan apoyo financiero a la dictadura", dijeron los legisladores.

Otros legisladores cubano-estadounidenses, como el también republicano de Florida Mel Martínez, coincidieron en la preocupación de los hermanos Díaz-Balart de que el gobierno del presidente Raúl Castro pueda beneficiarse financieramente, en especial por el levantamiento de las restricciones a las remesas.

Sin embargo, Martínez consideró que la decisión de Obama representa "buenas noticias para las familias cubanas separadas por la falta de libertades en Cuba". El decreto "ayuda a las familias en estado de necesidad", agregó.

Que Obama podría aliviar las restricciones impuestas por su antecesor, George W. Bush (2001-2009), era algo que se sabía desde antes de las elecciones del 10 de noviembre pasado.

El propio Obama realizó en mayo de 2008 los anuncios al respecto en Miami, principal bastión anticastrista de este país, ante una de las organizaciones más importantes de esa comunidad, la Fundación Nacional Cubano-Estadounidense (CANF).

Se preveía que el presidente realizaría el anuncio antes de la cumbre en Trinidad y Tobago, pues todos los jefes de Estado latinoamericanos con los que Obama se reunirá han pedido a Washington el levantamiento del embargo y la normalización del vínculo con La Habana.

Pero "no creo que esto impresione mucho a la mayoría de los jefes de Estado latinoamericanos", sostuvo el experto en asuntos cubanos William LeoGrande, decano de la Escuela de Gobierno de la Universidad Americana.

"Ellos pedían novedades de Estados Unidos hacia Cuba, y esto no es realmente una novedad", dijo LeoGrande a IPS.

Desde Cuba, el economista Omar Everleny Pérez dijo que el decreto de Obama "es una buena señal y un buen gesto", pero aclaró que "el impacto económico no será inmediato". "Por ahora, será moderado debido a las tensiones financieras y el desempleo en Estados Unidos", explicó.

Por su parte, Manuel Cuesta, dirigente del opositor Partido Arco Progresista, de línea moderada, consideró que las medidas eran "muy positivas y esperadas" con el fin de "aliviar la economía de miles de personas en Cuba".

"Pero el decreto también trae un mensaje político: significa que el nuevo enfoque hacia Cuba del gobierno de Obama va en serio. Creo que el presidente Raúl Castro tendría que responder ahora con medidas de apertura interna", sostuvo Cuesta.

La crisis económica "de alguna manera restringe la generosidad, pero si 100.000 personas en Estados Unidos enviaran cada una 100 dólares a sus familiares en Cuba, sí se puede hablar de un impacto importante".

Obama había sancionado en marzo una ley que alivia el embargo a Cuba, al atenuar restricciones a los viajes, las remesas y las exportaciones a la isla.

La norma priva al Departamento del Tesoro (ministerio de hacienda) de financiamiento para asegurarse el cumplimiento de ciertas restricciones impuestas por Bush (2001-2009), lo cual, de hecho, las deja sin efecto.

Las cláusulas de esa ley presupuestal referidas a Cuba también permiten la emisión de una licencia general para viajar a ciudadanos y representantes de compañías estadounidenses a la isla con el propósito de vender productos agrícolas e insumos médicos.

Senadores y representantes de los dos grandes partidos de Estados Unidos respaldan proyectos de ley que pondrían fin a medio siglo de embargo contra Cuba, e incluso a la prohibición de viajar a esa isla de régimen comunista.

Otro proyecto de ley, denominado "libertad de viajar a Cuba", fue presentado el 31 de marzo en el Senado por el demócrata Byron Dorgan y el republicano Michael Enzi, a los que se unieron otros 20 legisladores, entre ellos los influyentes Christopher Dodd y Richard Lugar. Un proyecto idéntico fue presentado dos días después, el 2 de abril, en la Cámara de Representantes por el demócrata Bill Delahunt y el republicano Jeff Flake como principales patrocinantes, acompañados por 121 diputados.

Analistas en el Congreso legislativo prevén que la norma tiene buenas posibilidades de ser aprobada antes del fin de este año fiscal, el 30 de septiembre.

Lugar, el miembro más destacado por el Partido Republicano del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, llamó a Obama a levantar todas las restricciones a los viajes a Cuba y a forjar un vínculo diplomático bilateral pleno en cuestiones como narcotráfico, energía, inmigración.

También propuso alentar el reingreso de la isla a la Organización de Estados Americanos (OEA), cuya membresía está suspendida desde los años 60, y al Fondo Monetario Internacional (FMI).

Por su parte, organizaciones empresariales como el Consejo Nacional de Comercio Exterior y la Cámara de Comercio de Estados Unidos llamaron a poner fin al embargo.

La Cámara dijo sentirse "muy alentada" por el anuncio de Obama, aunque agregó que "es apenas un paso adelante". "En última instancia, nos gustaría ver el fin del embargo comercial a Cuba", declaró en un comunicado.

De todos modos, las medidas presidenciales no colman las expectativas de una gran coalición de organizaciones a favor de una normalización total del vínculo entre Washington y La Habana.

Muchas de esas instituciones creían que el mandatario también aliviaría las restricciones al intercambio científico, educativo, cultural y otros tipos de contacto directo y personal, como los abiertos durante la presidencia de Bill Clinton (1993-2001). La Casa Blanca indicó que eso está aún en estudio.

"Habría sido más fácil aliviar ese tipo de restricciones en un paquete con las relativas a los viajes y remesas de cubano-estadounidenses", según LeoGrande. "Creo que no lo hicieron así porque la agenda de política exterior está tan llena que resultaba poco factible luchar con legisladores recalcitrantes respecto de Cuba."

Pero el experto destacó que Obama fue aun más allá de lo permitido durante la presidencia de Clinton, y pronosticó que el decreto tendrá un gran impacto económico. Bush permitía a los cubano-estadounidenses una sola visita anual a la isla y remesas por hasta 75 dólares mensuales.

"Esto es muchísimo menos de lo que los inmigrantes envían a República Dominicana a El Salvador, y los cubano-estadounidenses son mucho más ricos, por lo que podrían enviar mucho más", sostuvo LeoGrande, quien recordó que, antes de las restricciones de Bush, las remesas a la isla ascendían a 1.000 millones de dólares anuales.

En cambio, Stephen Clemons, del instituto New American Foundation, calificó el decreto de Obama de "cínico e insuficiente".

"Que nuestro primer presidente afroestadounidense emita un decreto que supone una apertura no para todos los estadounidenses, sino para un sector étnico específico —en este caso, los cubano-estadounidenses—, no es algo democrático", dijo. "No fue así como nos acercamos a Vietnam. No le pedimos a los vietnamitas estadounidenses que nos abrieran el camino."

*Con aportes de Patricia Grogg (La Habana).

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