TÍBET: China pisa fuerte 50 años después

China se prepara para el 50 aniversario del levantamiento tibetano con una dura campaña de propaganda sobre los males de la opresión feudal que vivía ese territorio del Himalaya antes de 1949.

Fue hace cinco décadas que el líder espiritual del Tíbet, el Dalai Lama, huyó al exilio.

La masiva campaña china de seguridad en áreas tibetanas iniciada a comienzos de enero alentó al gobierno de Tíbet en el exilio, radicado en el septentrional pueblo indio de Dharamsala, a apelar a la ayuda de la comunidad internacional.

La campaña de alto impacto y la intensificación de otras "políticas de línea dura (de China) causarán muchas más violaciones de los derechos y las libertades fundamentales del pueblo tibetano", dijo Kesang Yangkyi Takla, ministro de Relaciones Exteriores de Tíbet, según un comunicado difundido el 29 de enero en el sitio web del gobierno en el exilio.

Takla apeló a parlamentos, gobiernos e individuos de todo el mundo para que intervengan "activamente" a fin de impedir una ofensiva similar a la que en marzo del año pasado reprimió las protestas anti-chinas en Tíbet.
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Informes difundidos en los medios estatales chinos señalan que 81 personas —acusadas de actividades delictivas— fueron detenidas hasta ahora en la ofensiva que comenzó el 18 de enero. Pero el gobierno de Tíbet en el exilio dijo que la campaña fue lanzada para impedir protestas políticas en un año cargado de aniversarios tensos.

A comienzos de enero, el parlamento regional de Tíbet, respaldado por Beijing, estableció el 28 de marzo como nuevo feriado anual para conmemorar el "día de emancipación de los siervos". En esa fecha, 50 años atrás, un millón de personas fueron liberadas de la servidumbre en la región del Himalaya, afirma China.

Desde la proclamación del feriado, los zares de la propaganda china lanzaron un enorme esfuerzo mediático para retratar lo que llaman el "Tíbet pre-liberación" como un feudo medieval de sufrimiento y tortura, donde unos pocos señores y lamas eran dueños de todos los bienes, incluidos los siervos que trabajaban para ellos y vivían endeudados de por vida.

El nuevo feriado busca "recordar a todos los habitantes chinos, incluidos los tibetanos, la histórica reforma democrática iniciada hace 50 años", dijo el subsecretario general del parlamento regional de Tíbet, Pang Boyong, tras la aprobación de la legislación, según la agencia estatal de noticias Xinhua.

Acompañados de fotografías de archivo de niños y siervos escuálidos a los que sus amos dejaron ciegos, los principales medios escritos en China han difundido artículos dedicados al nuevo día de emancipación.

El Beijing Youth Daily se refirió a la fecha como un día que señaló "la liberación de esclavos y la victoria del pueblo".

El Southern Weekend y el China Daily difundieron artículos sobre personas que escaparon del esclavismo que, según ellos, teñía con los colores más sombríos la vida bajo el régimen del Dalai Lama en esa región teocrática del Himalaya.

"Muchos extranjeros a menudo comparan al Tíbet del pasado con el paraíso utópico de Shangri-La creado por el escritor británico James Hilton en su novela ‘Horizontes perdidos’", escribió el tibetólogo Wang Xiaolin en un comentario publicado en el Beijing Youth Daily.

"Pocos de ellos pueden siquiera imaginar que hasta los años 50 Tíbet era como un país de la Europa medieval, donde 95 por ciento de la población vivía bajo la opresión feudal", agregó.

China siempre sostuvo que Tíbet es una parte integral de su territorio soberano. También insiste en que la marcha del Ejército de Liberación Popular sobre la región en los años 1950 y 1951 hizo que el pueblo tibetano se liberara del régimen feudal del Dalai Lama.

El 28 de marzo de 1959, el gobernante Partido Comunista de China anunció la disolución del gobierno existente en Tíbet. Pocos días antes, el Dalai Lama y unos 10.000 seguidores fueron forzados a huir a India tras el sofocamiento de un masivo levantamiento tibetano.

El año pasado, el 49 aniversario de ese levantamiento del 10 de marzo, condujo a protestas de monjes y civiles en Lhasa y otras áreas. Temerosos de que el aniversario más importante de este año pueda conllevar disturbios, Beijing se ha volcado con energía a difundir su punto de vista sobre los hechos de 1959.

Pero la medida fue desestimada por grupos de tibetanos exiliados como un esfuerzo por reescribir la historia y evitar abordar los problemas que enfrenta la región.

"Es mejor que aceptemos la realidad de que hay un problema dentro de Tíbet, y eso quedó claramente demostrado por las manifestaciones que tuvieron lugar en marzo del año pasado", señaló el secretario adjunto a la oficina del Dalai Lama, Tenzin Takhla.

"Así que pienso que los chinos, en vez de intentar esconder este hecho declarando este nuevo feriado, deberían abordar la cuestión de manera realista y seria", agregó.

En el último intento por promover sus propias creencias sobre Tíbet, Beijing puso a la controvertida figura del décimo Panchen Lama como un ejemplo para los tibetanos en busca de la unidad étnica.

Señalando el 20 aniversario de la muerte del monje —la segunda personalidad más importante en la jerarquía budista tibetana—, funcionarios del Partido Comunista lo alabaron como un enemigo del separatismo y un ejemplo patriótico para todos los tibetanos.

"Siempre estuvo en la primera línea de la lucha contra el separatismo y protegió resueltamente la unidad étnica", señaló Du Qinglin, alto funcionario comunista a cargo de grupos religiosos y étnicos, en un artículo de opinión publicado la semana pasada en el People’s Daily en conmemoración del aniversario del 28 de enero.

Si bien el Panchen Lama inicialmente apoyó al Partido Comunista en sus esfuerzos por dominar el Tíbet, también estuvo entre los pocos contemporáneos del presidente Mao Zedong (1949-1976) que se atrevieron a criticar y oponerse a sus políticas en los años 50 y 60.

El Panchen Lama se opuso a la independencia tibetana creyendo que los nuevos gobernantes comunistas crearían un Tíbet más justo y próspero.

Sin embargo, las escenas de profanación religiosa, matanzas de monjes y hambre que vio a fines de los años 50 durante sus viajes a Tíbet, sacudieron su fe.

Contradiciendo el consejo de sus asesores, que temían por su seguridad, el Panchen Lama elaboró un documento de 70.000 palabras que denunció las políticas de Mao de colectivización de tierras y destrucción de la religión en Tíbet.

El informe sostenía que los tibetanos estaban en una situación de inanición masiva, que el budismo estaba siendo aniquilado y que la nacionalidad tibetana o bien dejaría de existir o bien sería completamente asimilada.

Luego de presentar la petición a los líderes chinos a mediados de 1962, el Panchen Lama fue criticado y denunciado como traidor y pasó alrededor de una década en confinamiento solitario o bajo arresto domiciliario. Fue liberado en 1977, tras la muerte de Mao, y rehabilitado un año después.

Como el texto con las denuncias del Panchen Lama nunca fue publicado en China continental, ha sido fácil para Beijing ocultar la verdadera lucha de lealtades del monje.

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