COMERCIO: Países ricos aplican doble moral en la OMC

Funcionarios sudafricanos afirman que los países ricos aplican una doble moral para imponer sus intereses por sobre los de las naciones de África en las negociaciones comerciales de la Ronda de Doha, que se desarrollan en el marco de la OMC.

Estados Unidos, Japón, la Unión Europea (UE) y Canadá, entre otros, quieren que se adopte un criterio flexible para poder continuar con sus prácticas que distorsionan el mercado internacional de productos agrícolas, dijo a IPS Faizel Ismail, representante de Sudáfrica en la OMC (Organización Mundial de Comercio).

"Pero dan la espalda a la hora de abordar problemas específicos que enfrentan Sudáfrica y sus socios en la Unión Aduanera de África Meridional (SACU, por sus siglas en inglés)", agregó.

"Lo que pedimos es un tratamiento justo en la Ronda de Doha, para revertir algunos graves errores cometidos en la Ronda Uruguay, que finalizó en 1995, por el gobierno sudafricano del apartheid", régimen de segregación institucionalizada en contra de la mayoría negra que llegó a su fin en 1994.

"Es una situación muy desagradable, en la que países ricos como Japón, Estados Unidos y los miembros de la UE insisten en obtener flexibilidades y las consiguen sin pagar ningún precio", señaló Ismail.
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Mientras Japón podrá continuar aplicando aranceles de importación de más de 500 por ciento al arroz y otros productos agrícolas, Estados Unidos quiere mantener sus subsidios que distorsionan el comercio internacional de granos en un nivel de 15.000 millones de dólares, aunque el año pasado sólo entregó realmente a sus productores alrededor de 8.000 millones de dólares.

"Sin embargo, nosotros estamos siendo examinados en forma sin precedente, en todos los frentes, para justificar nuestras preocupaciones en materia de desarrollo", afirmó Ismail.

Cuando la OMC lanzó en 2001 la Ronda de Doha se prometió que el tema del desarrollo de los países pobres sería abordado, para permitirles integrarse en el sistema de comercio internacional.

Siete años después, las tratativas se han transformado en negociaciones que sólo buscan garantizar acceso a los mercados a los países ricos y sus grupos de presión domésticos, según representantes de varias naciones en desarrollo.

Mientras los miembros de la OMC se esfuerzan al máximo para establecer las denominadas "modalidades" para la agenda de desarrollo de Doha sobre agricultura y acceso a los mercados de los productos industrializados, muchos países africanos enfrentan una difícil batalla para hacer realidad sus aspiraciones fundamentales en ambas áreas.

Las "modalidades" se refieren al nivel de los aranceles de importación y subsidios agrícolas, al igual que a las rebajas de aranceles para productos industrializados que deberán aplicar tanto los países del Norte como del Sur.

"Los 'grandotes' —Estados Unidos, Japón, la UE y Canadá— se están comportando como glotones que quieren consumir y embolsarse todo, sin tomar en cuenta que la situación de los miembros de la SACU demanda un tratamiento flexible", dijo a IPS Ben Katjipula, representante de Namibia ante la OMC.

El tema en discusión es si se otorgará a Sudáfrica y los otros miembros de la SACU —Botswana, Lesotho, Namibia y Suazilandia— flexibilidad para encarar las circunstancias específicas de la evolución de su unión aduanera.

En los años 90, durante la Ronda Uruguay, el gobierno sudafricano aceptó compromisos como "país desarrollado", por lo que sus aranceles de importación son en promedio de 17 por ciento, mientras que el promedio para las naciones en desarrollo se ubica entre 30 y 40 por ciento.

Esos bajos aranceles también se aplican a los otros miembros de la SACU, que se ven afectados por la facilidad con que los productos importados ingresan en sus mercados, lo que castigó severamente a sus sectores textil, de autopartes, muebles y productos de cuero, entre otros.

El desempleo en esos sectores aumentó, advirtió Ismail, quien señaló que si en la Ronda de Doha no se permiten flexibilidades adicionales para proteger a ciertas industrias de uso intensivo de mano de obra los gobiernos de la SACU deberán enfrentar más pérdidas de puestos de trabajo.

Pero los países ricos no están dispuestos a hacer concesiones, argumentando que provocarían problemas "sistémicos" y abrirían la puerta para que otras naciones plantearan reclamos similares.

"Quieren que respaldemos nuestras demandas con datos de producción y empleo, mientras que ese tipo de análisis no se hace para las concesiones que van a recibir en materia de productos agrícolas", dijo Katjipuka.

Sudáfrica y sus socios de la SACU enfrentan genuinos problemas a causa de la peculiar estructura arancelaria para los bienes industrializados y merecen un tratamiento especial, señaló Ester Busser, representante de la Confederación Internacional de Sindicatos.

"A diferencia de otras naciones en desarrollo, deben contar con flexibilidades adicionales para asegurar la protección de algunas industrias sensibles, como la textil, que es vital para mantener el nivel de empleo", afirmó Busser.

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