PAKISTÁN: Otro terremoto descubre fallas gubernamentales

La mala calidad de la infraestructura y las comunicaciones dificultan la llegada de los equipos de rescate a un área montañosa de la sudoccidental provincia pakistaní de Balochistán, afectada este miércoles por un intenso terremoto.

Los esfuerzos de alivio a los damnificados por el temblor de 6,4 grados en la escala de Richter fueron repelidos por otro, de 6,3 grados, que sacudió el lugar apenas 12 horas después del primero, alrededor de las cinco de la tarde hora local, y seguido por al menos cuatro fuertes réplicas.

El general retirado Farooq Ahmed Khan, presidente de la Autoridad Nacional de Manejo de Desastres, dijo que la situación ya estaba bajo control cuando se desató el segundo sismo.

"Pudimos hallar la mayoría de los cadáveres y brindarle alivio a gran parte de los sobrevivientes, incluso dando primeros auxilios y hospitalización, así como instalando tiendas de campaña y entregando mantas", declaró en un programa nocturno del canal Geo TV. "Pero, como anocheció poco después del segundo terremoto, es difícil saber por la oscuridad cuál es la situación en este momento", agregó.

Se calcula que al menos 200 personas murieron en el día en que ocurrió el sismo. Y se prevé que ese número aumente, dado que muchos permanecen atrapados bajo casas que colapsaron en aldeas dispersas.
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La mayoría de los sobrevivientes se refugiaron en huertos frutales, donde afrontan el frío de la región montañosa, cerca de la frontera con Afganistán.

El ejército proporcionó seis aviones C-130 para transportar a las áreas afectadas materiales de alivio, entre ellos tiendas, mantas, alimento y agua. Además, instaló dos hospitales de campaña para atender emergencias, dijo el presidente de la Autoridad Nacional de Manejo de Desastres.

El área más afectada es el centro turístico de las colinas de Ziarat, cerca del epicentro del terremoto, unos 70 kilómetros al noreste de Quetta, la capital provincial. A Ziarat se puede acceder a través de una sola carretera, dañada por el sismo, pero es más difícil llegar a una media docena de aldeas que rodean el pueblo.

La mayoría de las casas de la zona colapsaron, constituyendo la principal causa de muerte, informaron periodistas que llegaron a Ziarat. Se necesitan con urgencia tiendas, mantas, alimentos y agua, agregaron.

Balochistán es la provincia más grande de Pakistán. Su población está dispersa y es pobre, aunque la zona es rica en minerales y en gas natural. Su territorio es escarpada y escasea el agua.

La mayoría de sus 10 millones de habitantes son indígenas, criadores de ganado nómadas o cultivadores de frutos.

Situada sobre una conocida falla sísmica, la provincia no es ajena a este tipo de destrucción. La devastación causada por el terremoto de 1935 mató en Quetta a 35.000 personas en Quetta, la mitad de la población de la ciudad.

Pero sucesivos gobiernos hicieron poco por adoptar medidas precautorias o por aplicar regulaciones de seguridad que redujeran las víctimas de terremotos.

En 1935, los gobernantes coloniales británicos aprobaron un Código de Construcción, recordó M. Ejaz Khan, veterano periodista radicado en Quetta. La ley estipulaba que ninguna edificación en el área propensa a terremotos debería tener más de un piso.

"Pero en Quetta muchos edificios tienen cuatro pisos", dijo Khan en conversación telefónica con IPS.

"La mayoría de las casas de Ziarat son de barro. Varias residencias gubernamentales llegan hasta dos o tres pisos", agregó.

La comunidad internacional se ha hecho presente con expresiones de condolencias y ofrecimientos de asistencia. Así lo hicieron China, Gran Bretaña, India y la Unión Europea.

Alemania ya se comprometió a donar 315.000 dólares, así como tiendas, mantas y otros elementos esenciales.

Los funcionarios dicen que entre esos elementos figuraban excavadoras para cavar tumbas masivas, y refugios y mantas capaces de proteger a los sobrevivientes de las gélidas temperaturas invernales.

El presidente de Pakistán, Asif Ali Zardari, anunció una compensación de 300.000 rupias (unos 3.600 dólares) para la familia de cada persona fallecida y 100.000 rupias (1.200 dólares) para cada sobreviviente herido.

Sin embargo, muchas familias afectadas por el devastador terremoto que azotó hace tres años al noroeste de Pakistán, en el noroeste, todavía no han recibido la compensación que les prometieron entonces.

En esa ocasión hubo 80.000 muertos, y casi la misma cantidad de heridos y lisiados.

"Algunos demandantes abandonaron (sus esfuerzos) y tomaron la dura decisión de migrar a otras áreas, mientras que otros sacaron préstamos para la reconstrucción", según el informe "Three Years On, The Realities of People’s Lives" ("Tres años después, las realidades de las vidas de la gente"), publicado por la Fundación Omar Asghar Khan.

"Pero otros, generalmente los más pobres, incapaces de acometer ninguna de estas opciones, continúan viviendo en tiendas u otros lugares improvisados", indica el estudio, publicado el día 8, tercer aniversario del terremoto de 2005.

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