COOPERACIÓN: Cumbre del Sur debe mirar a Oriente

El grupo integrado por India, Brasil y Sudáfrica (IBSA) podría lograr suficiente poder para hacer frente a Estados Unidos y la Unión Europea, pero para eso necesitará el auxilio de China, señalaron analistas.

El primer ministro indio Manmohan Singh junto a los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, y Thabo Mbeki, de Sudáfrica. Crédito: Embajada de India en Brasil
El primer ministro indio Manmohan Singh junto a los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, y Thabo Mbeki, de Sudáfrica. Crédito: Embajada de India en Brasil
En vísperas de la tercera cumbre anual del Foro de Diálogo IBSA, que se celebrará este miércoles en Nueva Delhi, la economista sudafricana Mohau Pheko dijo a IPS que "existe mucha preocupación respecto de la incorporación de China al grupo, pero necesita de Beijing si quiere convertirse en una fuerza poderosa".

Aunque el grupo tiene un enorme potencial, a veces se ve afectado por la divergencia de intereses, agregó.

India y Brasil quedaron en bandos opuestos en el disenso que hizo fracasar en julio a la Ronda de Doha de negociaciones multilaterales de comercio, tras cinco años de liderar en conjunto el Grupo de los 20 (G-20) que representó al Sur en desarrollo en las deliberaciones.

El G-20 había logrado un protagonismo innovador en la mediación y representación de los intereses del mundo en desarrollo.
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Pheko agregó que las decisiones adoptadas en el seno del IBSA frecuentemente toman mucho tiempo para convertirse en realidad, ya que "las negociaciones comerciales son complejas y estos países están envueltos en otras tratativas al mismo tiempo. Es difícil manejar cinco o más negociaciones, simultáneas y divergentes".

El analista político Willie Breytenbach, profesor de la Universidad de Stellenbosch, cercana a Ciudad del Cabo, se mostró en cambio escéptico sobre el potencial del grupo. "Los tres países son poderes regionales, pero como grupo no han hecho mucho más que tomar una posición contraria a la Organización Mundial de Comercio (OMC)", señaló.

"Los tres comparten preocupaciones sobre la liberalización del comercio de productos agrícolas, pero tienen más diferencias que puntos en común. Durante la Ronda de Doha se apuñalaron por la espalda uno al otro cuando les resultó conveniente", agregó.

"India y Brasil todavía tratan de mantener políticas proteccionistas en materia de subsidios a la exportación, mientras que Sudáfrica renunció a ellos hace ya mucho tiempo", dijo Breytenback.

"El grupo no ha realizado ningún avance para generar una posición colectiva. No comparten fronteras, ya que se encuentran en tres continentes distintos, por lo que no tienen impacto alguno estableciendo un poderoso grupo comercial como, por ejemplo, la Comunidad de Desarrollo de África meridional", argumentó.

Lyal White, investigador asociado del Instituto Sudafricano para Asuntos Internacionales, también se mostró escéptico. "No hay que esperar mucho de la cumbre de Nueva Delhi", aseguró.

El grupo fue creado en 2003 "y todavía no ha producido nada tangible, más allá de buenas ideas de cooperación, algún apoyo multilateral, aunque sólo inicialmente, y listas de grupos de trabajo", dijo White.

Hubo, sin embargo, aspectos positivos. "Sudáfrica se ha beneficiado por su pertenencia a un grupo que está claramente en otra categoría", destacó. "Las economías de Brasil e India son alrededor de cuatro veces más grandes que la sudafricana y sus poblaciones bastamente superiores. Realmente no necesitan a Sudáfrica para operar en la arena internacional", afirmó White.

"Por otro lado, Sudáfrica no ha usado el foro IBSA para encarar temas nacionales y continentales. Cuando ingresamos al grupo el resto del mundo pensaba que seríamos un país líder para África, pero en esto hemos fracasado miserablemente", agregó.

"El comercio se ha incrementado, pero en gran medida a favor de Brasil e India", advirtió White.

Asimismo, declaró que aunque se radicaron algunas inversiones de India y, más recientemente, de Brasil en Sudáfrica, las de este origen en el país latinoamericano son mucho mayores. Brasil está buscando mercados en otras naciones africanas, especialmente Angola y Mozambique.

El comercio bilateral de Sudáfrica con India se ubica en torno a los 2.300 millones de dólares anuales y con Brasil alrededor de 1.300 millones de dólares.

Pero, según White, la transferencia de tecnología es un área con un gran potencial, especialmente en las áreas de energía renovable y biocombustibles. "Sudáfrica tiene una oportunidad real de asociarse con Brasil en el desarrollo de estos sectores", afirmó.

India se ha posicionado como un actor principal en el campo de la tecnología de Internet en África, donde desarrolla un proyecto para conectar a los 53 países del continente vía satélite o a través de redes de fibra óptica.

El acuerdo de creación del grupo IBSA estableció que los proyectos de investigación y desarrollo incluyen el uso de software de libre acceso para el manejo de la epidemia del VIH/sida. India ya es líder en el campo de la provisión de antirretrovirales de bajo costo para tratamiento de esa enfermedad.

"Se pueden obtener beneficios mutuos derivados de acuerdos comerciales entre los tres países, pero deben ser más efectivos en los tratados bilaterales antes que en los multilaterales, como se dan en el marco del IBSA", dijo Breytenbach.

Pero, seguramente, en la cumbre de Nueva Delhi "el tema de discusión será la crisis financiera internacional, con los líderes de los tres países preocupados por el impacto que tendrá en sus naciones. Brasil ha sido afectado severamente y prevalecerán los intereses nacionales", afirmó White.

Sobre el futuro del grupo IBSA con el nuevo presidente sudafricano, Kgalema Motlanthe, quien asumió el mes pasado, está por verse si continúa con los planes de su antecesor Thabo Mbeki para el establecimiento de lazos internacionales, declaró Pheko.

"Uno de los puntos fuertes de Mbeki era la política exterior. Y aunque el presidente del oficialista Congreso Nacional Africano, Jacob Zuma, aseguró a los inversores extranjeros que nada cambiaría en el país, no ha promovido con fuerza la cooperación internacional. En este momento tenemos una debilidad de liderazgo en materia de política exterior", agregó.

"Los líderes quieren estabilizar la situación interna. Pero creo que tomarán finalmente conciencia de la importancia de asumir un papel de liderazgo respecto de, por ejemplo, la Nueva Alianza para el Desarrollo Africano. Sin embargo, primero se necesita asegurar la estabilidad interna", concluyó Pheko.

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