Considerando la crisis financiera, los países de América Latina y el Caribe que deseen atraer inversión extranjera directa (IED) deberán aplicar políticas focalizadas de promoción según los intereses locales, dijo el experto Michael Mortimore al presentar en la capital chilena el informe anual de la Unctad.
El monto de la IED creció 36 por ciento en 2007 en la región, respecto del año anterior, al alcanzar el récord de 126.000 millones de dólares, consigna el Informe sobre las Inversiones en el Mundo 2008, preparado por la Unctad (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo).
El mayor incremento se registró en América del Sur, que atrajo 66 por ciento de la IED regional, como consecuencia del alza de los precios de los productos básicos y del petróleo.
El documento de la Unctad se divulga en momentos que reina la incertidumbre en la economía mundial. La crisis del sector hipotecario de Estados Unidos que se inició en 2007 ha afectado fuertemente a los mercados financieros, provocando problemas de liquidez en muchos países y encareciendo los créditos.
Esta semana cayeron los últimos bancos de inversión privados de Estados Unidos, lo cual obligó al gobierno de ese país, de George W. Bush, a lanzar un plan de rescate de 700.000 millones de dólares para evitar que la crisis siga expandiéndose. Pero el planteo debe ser aprobado por el Congreso, resultado que aún es muy incierto.
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Las fuentes de inversión normalmente se caen en épocas de crisis, por lo tanto los países que busquen IED deben "redoblar sus esfuerzos" para conseguirla, dijo a IPS Michael Mortimore, jefe de la unidad de inversiones y estrategias empresariales de la división de desarrollo productivo y empresarial de la Cepal.
Mortimore fue el encargado de presentar este miércoles el informe de la Unctad en la sede santiaguina de la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe).
En el pasado, muchos países de América Latina aprovecharon las coyunturas económicas negativas para "abrir (sus mercados), desregular y privatizar", con "resultados mixtos", indicó el experto.
"Creo que hoy en día en América Latina, cada país debe definir qué clase de inversión está buscando" y aplicar sobre éstas "políticas focalizadas", en vez de adoptar una "política horizontal", que afecte a todos los sectores y a todos los actores por igual, planteó Mortimore.
El objetivo, dijo, es atraer inversiones "donde haya más posibilidades de conseguir algo de importancia".
"En otras palabras, creo que la recomendación es cambiar la perspectiva de políticas horizontales hacia políticas más focalizadas", resumió.
"En vez de entrar en una competencia abierta, de todos contra todos, hay que tratar de definir cuáles son las fuentes más importantes para nosotros y cómo podemos conseguir éxito en términos de atraer estas inversiones para que su impacto sea mayor para el desarrollo nacional", apuntó.
En la región, Brasil logró atraer la mayor cantidad de inversiones extranjeras directas en 2007, al totalizar unos 35.000 millones de dólares, seguido de México, con 25.000 millones, y de Chile, con 14.000 millones de dólares.
En orden de importancia luego se ubican Islas Caimanes, Colombia, Argentina, Perú, Islas Vírgenes, Costa Rica y Panamá.
América Central y el Caribe han resistido la desaceleración de la economía de Estados Unidos gracias al interés mostrado por los inversores extranjeros en las actividades basadas en recursos naturales y en la industria de servicios financieros, indica el informe.
La minería metálica, las industrias extractivas y la manufactura basada en los recursos naturales fueron los sectores que más atrajeron IED en 2007.
En el documento también se pone de manifiesto las diversas políticas que han adoptado los países en torno a la IED, facilitándola u obstaculizándola.
En algunos países, como Bolivia, Ecuador y Venezuela, disminuyen los incentivos, aumentaron los impuestos o directamente se nacionalizaron empresas e industrias, no sólo extractivas sino también de infraestructura y alimentaria.
En cambio, otros países como Colombia, El Salvador y Jamaica aplicaron medidas para mejorar el clima comercial y atraer más IED.
Por otra parte, la inversión extranjera efectuada por los países de América Latina disminuyó 17 por ciento, quedando en 52.000 millones de dólares, principalmente debido a la fuerte disminución de los flujos de salida de Brasil.
En esta oportunidad el informe estuvo dedicado a "las empresas trasnacionales y el desafío de las infraestructuras".
En términos generales, señala que la inversión extranjera puede contribuir a la ampliación de la infraestructura en los países en desarrollo si la planificación es adecuada.
Según la Unctad, los países en desarrollo no pueden vincularse a la economía mundial ni exportar sus productos a precios competitivos si no cuentan con buenas redes y suministros de electricidad, telecomunicaciones y transporte, así como de servicios básicos como agua potable.
En los años 90, el mayor aumento de la IED en infraestructura en los países en desarrollo se registró en América Latina y el Caribe, debido a la privatización de los servicios públicos. En cambio, ahora ha aumentado a un mayor ritmo en África y Asia.
La agencia de la Organización de las Naciones Unidas también sostiene que las empresas trasnacionales deberían ser un "complemento" y no un "sustituto" de inversiones públicas y privadas locales en materia de infraestructura, ya que es poco probable que éstas asuman los costos y riesgos de proyectos dirigidos a la población más pobre.
Se requiere que los organismos públicos tengan la capacidad técnica y administrativa para guiar, negociar, reglamentar y fiscalizar las inversiones de las empresas trasnacionales, indica.
En algunos proyectos, sobre todo de provisión de agua potable y energía eléctrica, puede ser necesario que el sector estatal siga siendo responsable de la gestión, sostiene.
Finalmente, la Unctad proyecta que en lo que resta del año seguirán aumentando los flujos de IED en la región, pero seguramente a un ritmo menor que en 2007 producto de las actuales turbulencias financieras.