PENA DE MUERTE-PAKISTÁN: Un Estado y una sociedad brutalizados

Pakistán ejecutó a un condenado a la pena capital cada tres días en 2007. Otros 7.000 perecen un poco cada minuto en los pabellones de la muerte, dijo a IPS el director de la independiente Comisión de Derechos Humanos de Pakistán (HRCP), I. A. Rehman.

En esta entrevista exclusiva, Rehman atribuyó el gran aumento de las ejecuciones registrado el año pasado a la "brutalización del Estado y de la sociedad".

IPS: —¿Cómo explica este incremento?

I. A. REHMAN: —Hubo 134 ejecuciones en 2007, frente a las 83 de 2006. Eso es un aumento de 61 por ciento. Las ejecuciones han aumentado año a año, de las 18 de 2003, las 21 de 2004 y las 52 de 2005. Eso se debe a varias razones, pero, fundamentalmente, a la brutalización del Estado y de la sociedad.

También por la prohibición de los indultos y de las conmutaciones a raíz de la Ordenanza de Quisas y Diyat (que dispone el perdón del condenado tras el pago de una reparación en dinero a la familia de la víctima), la desesperación del gobierno por el costo de la creciente población en los pabellones de la muerte y por la gran cantidad de delitos para los que se prevé la pena capital como castigo.
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—Amnistía Internacional ubica a Pakistán, en su informe anual, en el segundo lugar por sus condenados a muerte.

—Pakistán tiene una alta cantidad de condenas. Hubo 455 en 2004, 362 en 2005, 445 en 2006 y 319 en 2007. El patrón es claro. Cada año aumenta la población en los pabellones de la muerte.

Obviamente, el Estado decidió no esperar, porque los condenados podrían librarse de la ejecución por posibles "concesiones".

—Cuál es el patrón de los delitos cometidos por los condenados, sus circunstancias y sus edades?

—El grupo principal se compone de hombres acusados de homicidio, 147 en 2007. Hubo también dos mujeres condenadas por ese delito el año pasado. Otros delitos castigables con la pena capital son los de narcotráfico, el secuestro extorsivo, la violación, el asalto a mano armada, el terrorismo. No tengo detalles de sexo y condición social.

—¿Hay algún modo de reducir esos números?

—La única forma es reducir la cantidad de delitos castigables con la pena capital y restablecer las conmutaciones. En los últimos dos años, la HRCP ha demandado una moratoria de las ejecuciones, rumbo a la abolición de la pena de muerte.

—La HRCP informó que Pakistán tiene a más de 7.000 personas en los pabellones de la muerte. ¿Cómo se explica la selección de los 134 ejecutados el año pasado?

—No hay una manera lógica de explicarla. Aquellos que terminan el proceso de proceso, juicio, revisión y solicitud de clemencia pueden terminar en la horca. Puede suceder así: primero el juicio, que insume hasta tres años; luego la confirmación de la sentencia en un alto tribunal, que puede tomarse otros dos o tres años; la apelación a la Corte Suprema de Justicia, muchos años; y, finalmente, un periodo de negociaciones y petición de clemencia, de carácter indefinido.

En algunos casos, como los de terrorismo si el blanco del atentado es el presidente o un general del ejército, la ejecución puede realizarse muy pronto, incluso dentro del año posterior a cometido el crimen.

—¿En qué condiciones esperan la ejecución los condenados?

—Horrendas. Antes era peor: los condenados eran recluidos en confinamiento solitario, es decir, de a uno por celda. A menudo eran encadenados, con bola y grillete en la boca. Hoy, viven tres o cuatro presos en una celda. Eso es, de todos modos, un avance. También en el pabellón de la muerte hay convictos en mejores condiciones que otros.

—¿Esas condiciones son mejores o peores que las que viven el resto de los presos en las cárceles superpobladas de Pakistán?

—Tengo la impresión de que no son peores que en el resto.

—¿Qué impide a Pakistán abolir la pena de muerte? ¿La política o la religión?

—La religión más que la política, pero diría que, sobre todo, la inercia. El Estado es víctima de la creencia de que el Islam obliga a imponer la pena de muerte y por eso cree que no puede hacer nada al respecto.

—Pero ¿acaso el Islam no predica el "ojo por ojo"?

—El "ojo por un ojo" es la interpretación clásica del verso coránico. Pero existe espacio para el debate. ¿El sistema de justicia actual se corresponde con el sistema de justicia incorruptible necesario para la aplicación de la norma coránica?

Acuso a los clérigos pakistaníes de obediencia selectiva al Islam. También aprueban el matrimonio de niñas pequeñas, entre otros, sin luchar contra la explotación ni apoyar el salario digno a un trabajo honesto.

—Con una democratización en ciernes, ¿es usted optimista sobre la posibilidad de que se detengan las ejecuciones?

—Presionaremos por una moratoria. Teníamos más esperanzas cuando Benazir Bhutto estaba viva, porque ella entendía nuestro punto de vista. Ella indultó a muchos condenados en 1988. Hubo muy pocas ejecuciones en los dos periodos en que fue primera ministra.

Tal vez podamos lograr algo ahora, a pesar de que las coaliciones no son vehículos buenos ni rápidos.

—¿Usted cree que el nuevo gobierno está preparado para escuchar sus ideas?

—La esperanza no hace daño.

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