DEFENSA: Argentina y Brasil abren era de cooperación militar

Ante la urgencia de proteger sus recursos naturales en mar y tierra, Brasil invierte en defensa y en desarrollo nuclear. Y lo hace en un clima de cooperación con su vecina Argentina, tras décadas de desconfianza mutua.

En los últimos meses, Brasil duplicó su presupuesto militar decidido a reactivar una industria bélica dormida. Esta voluntad del gigante sudamericano, lejos de preocupar a Argentina, resulta, en el nuevo contexto, un motor para el desarrollo conjunto de aviones, satélites, vehículos blindados y hasta submarinos a propulsión nuclear.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y su par argentina, Cristina Fernández, firmaron el viernes 22 casi una veintena de acuerdos de cooperación, la mayoría de ellos en materia de defensa y desarrollo nuclear con fines pacíficos. Más allá de los contenidos, los compromisos tuvieron un fuerte valor simbólico.

Hasta las últimas décadas del siglo XX, entre Argentina y Brasil dominó la rivalidad geopolítica, y el eje de la desconfianza estuvo en el desarrollo nuclear alcanzado por los dos países más grandes de América del Sur. Desde la segunda mitad de los años 80, hubo un mayor acercamiento político, que coincidió con un período de freno del impulso atómico.

Ahora Brasil está decidido a actualizar su industria de defensa, pero se cuida de generar recelo en su mayor socio del Mercosur (Mercado Común del Sur, del que también forman parte Paraguay y Uruguay).

"Brasil necesita invertir en el desarrollo de una industria militar pero no quiere que se lo mire con sospecha, por eso busca asociarse con los vecinos", dijo a IPS el coronel retirado el ejército argentino Ignacio Osacar, coordinador de la comisión de defensa del Centro de Estudios Nueva Mayoría (CENM).

"Argentina puede aportar recursos humanos y experiencia en lo nuclear, pero no presupuesto, a menos que haya una voluntad política muy fuerte en ese sentido", interpretó.

El gobierno brasileño anunció en octubre que el presupuesto militar se duplicaría este año, sin intención de desatar una carrera armamentística con sus vecinos, a los que considera socios y amigos. El propósito declarado es actualizar el equipamiento para aumentar su potencial disuasorio y empujar el desarrollo de una industria nacional de punta.

Se aspira a mejorar el control de las costas sobre el océano Atlántico y de la inmensa frontera terrestre en el corazón del continente. El presupuesto para el proyecto Calha Norte, que desde los años 80 prevé intensificar la presencia estatal en la extensa franja fronteriza de la Amazonia, se duplicó para este año.

El ministro de Defensa, Nelson Jobim, explicó que el concepto de defensa que interesa a Brasil es el de "inhibir". "Que a nadie se le ocurra que puede entrar tranquilamente en el espacio aéreo brasileño ni que puede concentrar fuerzas en el mar, en aguas territoriales brasileñas", advirtió.

América Latina es la región del mundo en desarrollo de menor conflictividad. Así lo señala el último informe del Stockholm International Peace Research Institute (Sipri), instituto especializado en estudios sobre desarme. Su gasto militar representa apenas tres por ciento del total mundial, y no llega a uno por ciento en la producción de armas.

En ese escenario, Brasil, Colombia, con una vieja guerra civil, Venezuela y Chile son los que más invierten. Pero los expertos no ven una carrera armamentística.

"Brasil es el único país latinoamericano con vocación de ser actor global como lo es Rusia, China o India", dijo a IPS Rosendo Fraga, estudioso de asuntos de defensa y director del CENM. "Para eso cuenta con volumen económico pero le falta peso estratégico militar si quiere ser una verdadera potencia regional", apuntó.

Osacar insiste en que Brasil "no quiere ser cuestionado como Chile, Venezuela o Colombia por el aumento unilateral de las inversiones en armamento".

Así deben interpretarse los acuerdos de cooperación firmados con Argentina, que dan prioridad a la industria bélica, opinó Fraga. Argentina y Brasil acordaron crear una planta binacional de enriquecimiento de uranio y la fabricación conjunta de un reactor nuclear que dará propulsión a un submarino.

Abordaron además la cuestión del intercambio en industria aeronáutica. La empresa brasileña Embraer comenzará a explorar fórmulas de trabajo con la fábrica argentina Área Material Córdoba, con el fin de desarrollar aviones de uso militar y eventualmente civil.

Buenos Aires y Brasilia también se comprometieron a fabricar en serie un vehículo militar liviano que ya tiene su prototipo. El "Gaucho", que comenzó a gestarse en 2005, fue resultado de la cooperación entre los dos ejércitos. "Un proyecto sencillo que funcionó como experiencia para futuros desarrollos de mayor envergadura", destacó Osacar.

En su visita a Argentina, Jobim dialogó además con su par de Defensa, Nilda Garré, sobre la idea de diseñar unas fuerzas militares sudamericanas, una iniciativa que responde al interés estratégico de proteger recursos regionales como el agua, la biodiversidad, los hidrocarburos o las pesquerías.

"Estamos haciendo un estudio muy profundo de un proyecto estratégico de defensa. Creemos que es un tema no de nuestro país solamente sino de la región", confió Jobim a Garré según comentaron fuentes argentinas a medios de prensa nacionales. "Debemos tener una sola voz en la región", dijo el brasileño, con lo que la ministra coincidió.

Por último, se acordó desarrollar un satélite para la observación de los océanos. "Argentina tiene tecnología espacial y Brasil está en un estadio maduro en el proyecto de satélites para observación terrestre", destacó Gilberto Cámara, director del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales de Brasil.

"Un satélite conjunto nos permitirá mostrar nuestra capacidad de cooperar en un área de tecnología de punta", remarcó a su regreso a Brasilia. Las Fuerzas Armadas de Brasil tienen un papel preponderante en el control aéreo de la Amazonia a través del Sistema de Vigilancia de la Amazonia (Sivam).

Brasil avanza así en la protección de sus recursos. En noviembre de 2007, el gobierno anunció el hallazgo de una reserva estimada en 8.000 millones de barriles de crudo a gran profundidad en el Atlántico y también de un enorme yacimiento de gas.

Esos descubrimientos, que fortalecen al país, deben ser preservados, opinan los expertos. "Todo país necesita tener fuerzas armadas en condiciones operacionales mínimas y Brasil las necesita para asegurar algún control en el Atlántico Sur, principal ruta de su comercio", dijo a IPS el coronel retirado Geraldo Cavagnari.

Cavagnari es fundador e investigador del brasileño Núcleo de Estudios Estratégicos de la Universidad de Campinas. Las grandes reservas de petróleo recién descubiertas son "un factor adicional" del aumento de inversiones en equipos, incluida la necesidad de reactivar el proyecto de submarino nuclear, dijo.

"Las ventajas de estos submarinos es que, a diferencia de los convencionales, son silenciosos, más veloces y pueden quedar sumergidos por más tiempo al disminuir la demanda de combustible", explicó el experto brasileño. Además, si Brasil quiere exportar uranio enriquecido, "debe probar su calidad con uso propio", dijo.

De igual modo, Osacar estimó que un submarino nuclear permitirá a Brasil "asegurar sus costas, su zona económica exclusiva, su proyección estratégica hacia los países lusitanos de África y hasta a la Antártida", un interés que se consolidó recientemente con la visita de Lula al continente blanco, recordó.

"Es comprensible que dada la importancia estratégica que posee la zona marítima y costera para Brasil, se le asigne una especial prioridad en el planteamiento militar a su defensa", estimó Osacar. "Y no es lo mismo desplegar una estrategia en un espacio marítimo con submarino nuclear o sin él", remarcó.

Los últimos ejercicios militares brasileños se hicieron sobre la hipótesis de una invasión a una zona marítima con reservas de gas y crudo, recordó. Para Argentina, en cambio, los acuerdos representan un impulso a una industria muy rezagada, donde la mayor parte del equipamiento está en mantenimiento.

Este avance brasileño no necesariamente debe ser visto con preocupación por Estados Unidos. "Para Washington nuestra región dejó de ser una prioridad hace tiempo, y si se puede encontrar un país confiable, con vocación y poder de controlar lo que ocurre en América Latina, quizás le convenga que ese país sea Brasil", opinó el militar.

* Con aportes de Mario Osava (Rio de Janeiro).

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe