EEUU: «Experto» neoconservador pierde su guerra santa

Los neoconservadores de línea dura lamentan que el Departamento de Defensa de Estados Unidos haya decidido no renovar el contrato de Stephen Coughlin, su máximo experto en extremismo islámico.

Aunque se dijo que la decisión se debía a razones presupuestarias, los defensores de Coughlin afirman que fue injustamente despedido porque sus opiniones resultaban inconvenientes para los burócratas del gobierno, quienes —según los neoconservadores— quieren ser amables con grupos musulmanes que son una fachada para organizaciones "fascistas islámicas".

Los neoconservadores han lanzado una campaña en los medios de prensa para combatir lo que identifican como "doble moral" de la burocracia "políticamente correcta" de Washington. Se trata del último intento de la línea dura para retener el lenguaje de la "guerra contra el terrorismo".

Si se mantiene la decisión de no renovar el contrato de Coughlin, que vence en marzo, será un golpe "contra el hombre que es uno de los mayores expertos opuestos a la "sharia" (ley islámica), no sólo en el Departamento de Defensa sino en todo el gobierno", escribió en una columna de opinión del diario Washington Times, Frank Gaffney, presidente del derechista Centro para una Política de Seguridad.

Gaffney y otros neoconservadores continúan esforzándose en su batalla contra las ideas "políticamente correctas" y demandan la aplicación de una doctrina agresiva para confrontar con el "extremismo islámico", en lugar de buscar una aproximación a grupos musulmanes.
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Coughlin era, presuntamente, el soldado modelo en esta batalla de ideas, que ofrecía análisis duros y contundentes, en los que no se guardaba palabras. En la visión de quienes lo defienden, era un bastión contra la amenaza que el "fascismo islámico" plantea a Estados Unidos y fue víctima del equivocado temor a levantar el velo que cubre a los grupos extremistas musulmanes.

Pero más allá de su motivación y su celo, Coughlin no es un "experto", como argumentan sus defensores. De hecho, no tiene ningún antecedente académico en el área de la ley islámica o del terrorismo de esa inspiración. Reservista del ejército, cuenta con una maestría en inteligencia estratégica y se recibió de abogado en la Facultad de Derecho William Mitchell.

Un ex agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Larry Johnson, cuestionó la capacidad de Coughlin. "¿Habla árabe? No. ¿Urdu? Tampoco. ¿Dónde realizó estudios sobre el Islam? Nadie tiene la menor idea. Se recibió en una buena facultad de derecho, pero que no es conocida como un centro de estudios sobre el Islam", señaló.

Según escribió el periodista Bill Gertz en el diario Washington Times, el infortunio de Coughlin tiene se origen en un enfrentamiento con Hasham Islam, asesor de confianza del subsecretario de Defensa, Gordon England, quien aparentemente le pidió que moderara sus puntos de vista sobre el Islam.

El "experto" había enfatizado la relación entre la sharia y la doctrina de la "jihad" (guerra santa), creencia que contradice la posición de la Casa Blanca, que considera a la fe musulmana una religión de paz que cayó en manos de extremistas.

La histeria ante la "amenaza" islámica fue alimentada por el canal de noticias Fox News, con una entrevista al autodeclarado "experto antiterrorista" Steve Emerson, quien argumentó que extremistas musulmanes se habían infiltrado en el gobierno de Estados Unidos y manipulaban los nombramientos y despidos.

Emerson dijo que Asham Islam tiene simpatías con la Hermandad Musulmana y que Coughlin había analizado "centenares de miles de documentos", que se hicieron públicos durante el juicio contra la Fundación Tierra Santa, acusada de financiar a extremistas, que demostraron la existencia de una conspiración para socavar la democracia estadounidense y establecer el Califato.

"Coughlin escribió un memorando para alertar sobre lo que ocurriría si el gobierno de Estados Unidos decide empezar a dialogar con las organizaciones que buscan erosionar la seguridad nacional del país", dijo Emerson.

El juicio contra la Fundación Tierra Santa finalizó a fines de octubre de 2007 y el jurado no encontró culpable a ninguno de los acusados. El presidente estadounidense George W. Bush había anunciado en 2001 el congelamiento de los activos de la entidad, argumentando que el palestino Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) "obtuvo buena parte del dinero que paga para cometer asesinatos aquí mismo, en Estados Unidos".

Los fiscales no lograron convencer al jurado, 12 ciudadanos del estado de Texas, de que la Fundación había apoyado al terrorismo al enviar más de 12 millones de dólares a organizaciones que construyen hospitales y alimentan a los pobres. El argumento fue que estaban controladas por Hamas y ayudaban a difundir su ideología y reclutar militantes.

La crítica fundamental de los expertos en terrorismo a la posición expresada por Coughlin señala que al establecer un vínculo directo entre el Corán y los extremistas musulmanes refuerza el mensaje de grupos violentos como Al Qaeda.

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