DESAFÍOS 2008-PALESTINA: Dos territorios y ninguna nación

El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, y el primer ministro de Israel, Ehud Olmert, acordaron hacer el mayor esfuerzo para concretar este año un acuerdo de paz que asegure la existencia de un Estado palestino independiente, pero este objetivo parece más lejano que nunca.

La razón que alimenta las visiones pesimistas debe buscarse en los episodios de violencia entre facciones palestinas ocurridos en junio de 2007, que dejaron a la Franja de Gaza y Cisjordania —las áreas que comprendería un futuro Estado independiente— no sólo separadas geográficamente sino con dos gobiernos diferentes y enfrentados entre sí.

El Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) expulsó de Gaza a los miembros del partido Fatah, moderado y secular, con el que tenía un acuerdo para compartir el gobierno, en vigencia desde el triunfo de los islamistas en las elecciones parlamentarias de enero de 2006.

Los líderes de Fatah acusaron a Hamas de traición y Abbas afirmó que los islamistas habían concretado un golpe de Estado. "Cavaron su tumba con sus propias uñas como resultado de los crímenes que cometieron en Gaza", afirmó.

Abbas disolvió el gobierno controlado por Hamas y designó a un nuevo primer ministro surgido de las filas de Fatah. "Ellos son los responsables por su pérdida de legitimidad", aseguró.
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Por su parte, los líderes de Hamas, quienes se negaron a reconocer la decisión de Abbas, acusaron a Fatah de actuar en colusión con Israel y las naciones occidentales.

Estados Unidos, Israel y la Unión Europea aplicaron sanciones económicas que quebraron la ya tambaleante economía de la Franja de Gaza controlada por Hamas. Si el movimiento islámico se negaba a reconocer la existencia del Estado de Israel y no renunciaba a la violencia, advirtieron, continuarían aislados política y económicamente.

Los países occidentales se acercaron a Abbas e Israel liberó a algunos prisioneros, miembros de Fatah casi en su totalidad, en un intento de fortalecerlo políticamente. Al mismo tiempo, Olmert le dijo a Abbas que, si intentaba dialogar con Hamas, enfrentaría un aislamiento similar.

Se hizo evidente que Hamas no tenía intención de renunciar a su control sobre Gaza, limitando la autoridad de Abbas y Fatah al territorio de Cisjordania.

El presidente de Egipto, Hosni Mubarak, fue el anfitrión, a fines de junio, de una conferencia en Sharm el-Sheikh a la que asistieron Abbas y Olmert, cuyo objetivo era fortalecer a los rivales de Hamas.

Luego, en noviembre, se concretó la cumbre de Annapolis, auspiciada por el presidente estadounidense George W. Bush, donde Abbas y Olmert acordaron reanudar las negociaciones de paz.

La duda es cómo llegar a un acuerdo sin la inclusión de Hamas. ¿Cómo hará Abbas para imponerlo en Gaza, donde no ejerce ningún control?

Mucho más preocupante para los palestinos, sin embargo, resulta el continuo deterioro de sus condiciones de vida. Un informe del Banco Mundial, difundido en diciembre, señaló que el desempleo y la pobreza se agravaron dramáticamente desde 2000 cuando, a causa de la segunda Intifada (levantamiento popular), Israel impuso un bloqueo que sacudió la economía palestina.

El producto interno bruto por persona cayó 40 por ciento entre 1999 y 2006 y es de 1.130 dólares, lo cual hace que los palestinos dependan cada vez más de la ayuda económica.

Según el Banco Mundial, "el motor del producto bruto es el gasto gubernamental y el consumo privado que se financia con remesas del exterior y aportes de donantes. La inversión cayó a niveles extremadamente bajos, por lo que prácticamente no existe la base productiva necesaria para una economía autosostenida".

La situación es más grave en Gaza, donde Israel ha detenido casi completamente el flujo de bienes, hacia o desde el territorio en un intento de debilitar a Hamas y poner fin a los ataques con cohetes disparados desde allí.

La economía colapsó completamente y las familias dependen de donaciones. El informe del Banco Mundial añade que dos tercios de los 1,5 millones de palestinos de Gaza se encuentran debajo de la línea de pobreza.

En diciembre, en una conferencia realizada en París, las naciones donantes se comprometieron a entregar 7.400 millones de dólares en los próximos tres años para revivir la quebrada economía.

Pero si el bloqueo israelí se mantiene, el crecimiento será negativo incluso con esos fondos, advirtió el Banco Mundial: el producto interno bruto se contraerá alrededor de dos por ciento cada año.

El ex primer ministro británico Tony Blair, enviado especial a Medio Oriente del "cuarteto" integrado por Estados Unidos, Gran Bretaña, la Organización de las Naciones Unidas y la Unión Europea, ha planteado a los israelíes la necesidad de levantar en parte las severas restricciones a los movimientos.

"Entiendo las razones de sus preocupaciones en temas de seguridad. Pero en los casos en los que los palestinos han demostrado que cuentan con un esquema de seguridad, deben darles la posibilidad de que lo hagan funcionar", señaló.

Blair también tuvo un mensaje para los palestinos. "Tener un Estado no es sólo una cuestión de territorio. También se trata de lo que ocurre dentro de ese Estado. Y la verdad es que no habrá un Estado palestino a menos que quede en claro cuál será su naturaleza", afirmó.

En última instancia, ese Estado independiente necesitará un territorio. Por ahora existen dos entidades palestinas —en Cisjordania y Gaza— y no hay muchas personas que puedan decir cómo van a unirse nuevamente.

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